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El ‘foodie’ caleño que tiene más de 6 millones de seguidores en redes
Juan Camilo Gómez, más conocido como Juan Food Time, dejó su carrera de Medicina para convertirse en influencer y hoy tiene su propio restaurante en Cali.
Por: Tatiana Cuero Tulande, del Semillero de Periodismo UAO - El País
De cabello castaño oscuro, ojos brillantes, acento marcado y sonrisa enérgica, Juan Camilo Gómez Obando, caleño, de 23 años, dejó la carrera de Medicina a tan solo dos semestres de terminarla en la Universidad Santiago de Cali, para sumergirse en el mundo de las redes sociales, siendo ‘foodie’, es decir, como apasionado por la buena mesa, comparte sus experiencias gastronómicas en sus plataformas digitales.
La travesía en las redes sociales comenzó desde sexto semestre cuando creó una cuenta y ‘mendigó’ seguidores en Instagram. Les decía a familiares, compañeros de clase y amigos que lo siguieran porque recomendaba restaurantes en Cali. Asimismo, les escribía a establecimientos gastronómicos con el fin de promocionarlos y darse a conocer él, pero era muy difícil que accedieran. “Muchos me ignoraban”, declara.
Con la llegada de la pandemia y tiempo de sobra en su casa, aprovechó que TikTok estaba en auge e hizo un video con su hermana de 6 años, quien tiene dotes de camarógrafa. Se trataba de hacer una receta donde empleaba huevos. “Le dije que me grabara y por cosas de la vida ese video se hizo viral. Tuvo como 10 millones de vistas en una semana”, asegura el influencer, hoy más conocido como Juan Food Time. Siguió haciendo videos de recetas, pero no pegaban como el primero.
Hizo ocho videos más y ninguno pegó. Después de un mes, se le ocurrió hacer un video, pero agregándole un factor diferente: la narración. Este tuvo más de 100.000 vistas.
Al finalizar el confinamiento, Juan Camilo debía iniciar las prácticas de Medicina. Fue ahí cuando tuvo esa disyuntiva: seguir con su carrera o con las redes sociales, las cuales ya le habían dado reconocimiento y un incentivo económico importante. “La Medicina es una carrera con mucha demanda, pero no es bien remunerada, aun así, yo estaba dispuesto a invertir gran parte de mi vida en ella. Yo no quería ser influencer, pero la vida me dio una señal; hay gente que lleva años intentándolo, pero, por alguna razón, no les funciona y a mí me funcionó”. Hoy cuenta con más de 6 millones de seguidores en redes sociales.
Gracias al contenido que estaba creando podía responder con muchos de los gastos de la casa. Con ese panorama, decidió arriesgarse, dejar la bata y agarrar sartenes. Al tomar esa decisión, su mamá, familia y amigos no estuvieron de acuerdo. “Cuando él me dijo que dejaría la carrera sentí mucha tristeza e impotencia. Era un sueño ver a mi hijo como profesional”, manifiesta su madre Jined Obando.
A pesar de esas reacciones, siguió creando contenidos y los videos tenían muy buenas cifras. Superaban los 8 millones de vistas. “Lo bueno de ser influenciador es que la gente valora lo que tú haces y nadie más lo puede hacer por ti. Puede haber muchos creadores de recetas, pero esto lo hago yo y a la gente le gusta”, dice.
Entre el humor y las anécdotas
El contenido de este influencer se centra en realizar recetas fáciles de hacer, nacionales e internacionales, para preparar en casa. En 30 segundos, con humor, hace viajar a sus seguidores y provocar su paladar con recetas como pollo napolitano, pizza con doritos o corndogs coreanos.
Entre seis a ocho horas tarda Juan Camilo en hacer un video que en redes sociales tan solo dura 30 segundos. “Hay unos elementos que son fundamentales si uno quiere que un video se haga viral, como por ejemplo, el queso y la tocineta. Esas vainas hacen que un video se viralice de forma factible”, revela riendo.
Una de las anécdotas que lo marcó en esta trayectoria de creación de videos de comida fue la vez que se tardó cinco horas haciendo un pan de pizza porque no encontraba el queso ideal. “En ese momento yo no sabía qué queso era el que estiraba. Por economía, compré el más barato y ese no estiró; volví a la tienda y compré el que le seguía y tampoco; luego compré el más caro y nada. Me tocó comprar el premium y ese sí estiró. Ese día fui cuatro veces al supermercado”, rememora.
Por fortuna, el esfuerzo valió la pena, porque el video llegó a 3 millones de vistas en Instagram.
Aprendizajes
Hay errores que le han costado vistas, seguidores y dinero. El primero que le dejó una gran enseñanza fue cuando recibió un ‘shadowban’ por parte de Instagram. Esto es una restricción que hace que las publicaciones carezcan de visibilidad debido a algún comportamiento que la red social no aprueba. Ocurrió en el paro del 21 de abril de 2021. Subió un video a TikTok que había alcanzado 40 millones de reproducciones, y para aumentar las vistas lo subió también a Instagram.
“En mi ignorancia, hice una historia apoyando el paro, y subí cosas como ‘nos están matando’ para difundir. Con eso, me eché una maldición encima porque subí el video y no tenía vistas. En 24 horas solo tenía cincuenta mil vistas. Eso para mí era una cifra inaudita, nunca me había pasado”, manifiesta, aún con tono de asombro en su voz. El crecimiento en esa red se detuvo, pasaron dos meses y no crecía ni mil seguidores. De estar acostumbrado a crecer 400.000 seguidores por día, se estancó en 230.000. Con el tiempo, sus videos volvieron a tener las mismas visualizaciones.
La pérdida que tuvo de seguidores no se compara con la de $50 millones que invirtió en un restaurante que no dio frutos. Su error fue hacer parte de un negocio que no conocía. “Yo no sabía nada, yo dije: pongo esos 50 palos y la plata llega sola. Abrimos y pensé que a los 3 meses tendría resultado. Sí tuvo, pero de pérdidas de más de 13 millones solo en el primer mes, ya el resto es historia”.
Disciplina, riesgo, suerte y tiempo
A los seis meses, tuvo la oportunidad de tomar un local en la Calle 9 con Carrera 62C, en el sur de la ciudad. Juan Camilo empezó a subir muchos videos y a aceptar más campañas para recuperar el dinero perdido. Pidió un préstamo y abrió en noviembre del 2022 lo que es su restaurante ahora: Hashtag. “Saber que mi hijo a su corta edad ya es todo un empresario me llena de orgullo. Yo vivo enamorada de él y de lo que ha logrado. Cuando vi ese restaurante se me llenaron los ojos de lágrimas de felicidad”, comenta su mamá.
El influencer sostiene que ha logrado el éxito por varios factores: “Disciplina, riesgo, suerte y tiempo. La constancia al hacer las cosas, la osadía de tomar decisiones cuando todos están en contra de uno y el aprovechar las oportunidades estando preparado”.
Uno de sus momentos más felices fue cuando terminó un viaje con su mamá y su hermana el 26 de enero de 2022. Fueron a Río de Janeiro, Brasil. Estuvieron en un hotel 5 estrellas, con todas las comodidades que él siempre les quiso brindar a ellas. “Esa era una de mis metas: llevar a mi mamá y a mi hermana de viaje, pero lo imaginaba cuando fuera especialista, con 35 años y sin deudas del Icetex”, declara con orgullo.
Su vida detrás de cámaras
Pese a que graba contenido de comida poco saludable, le gusta mantenerse en forma y por eso va al gimnasio. En sus inicios grabando videos se comía todo lo que hacía, pero en el camino de las redes sociales ha conocido influenciadores ‘fitness’ que lo han llevado a cambiar su estilo de vida.
Sus días inician a las 4:00 a.m., se toma un suplemento deportivo para potenciar su rendimiento en el gimnasio y mientras espera que este haga efecto, lee sobre crecimiento personal y finanzas.
A las 5:00 a.m. va al gimnasio o a crossfit. Al llegar, se hace el desayuno, realiza la lista de ítems para la receta de ese día y prepara el almuerzo. A las 2:00 p.m., organiza el set y se desconecta del mundo para ponerse manos a la obra.
Aunque sus videos superan los 70 millones de vistas, admite que cuando sale de su residencia, asume que nadie lo conoce. “Cuando me encuentro seguidores en la calle siempre soy muy agradecido, los trato como si fueran mis amigos, porque al final un ‘like’ o un comentario es lo que me da para comer”, manifiesta con sinceridad Juan Food Time.
Jined Obando, madre del influencerEl cambio que hizo de dejar su carrera de Medicina fue para bien, siempre me lo dijo y ahora lo está demostrando
Proceso de grabación
- Las primeras dos horas de trabajo de Juan Camilo son de creatividad, de divagar en las redes sociales buscando referentes de otros países y conociendo recetas.
- Luego de saber qué hará, dedica otra hora a hacer el inventario de los ingredientes.
- Una vez comprados, organiza la cocina que es su set de grabación y comienza a crear con los ingredientes.
- Por lo general, la realización de un video dura 30 minutos.
- Después, debe hacer la narración del video. En esta actividad se tarda media hora más.
- Como último punto de la jornada laboral, arregla la cocina y la deja impecable. “A él no le gusta hacer oficio, pero es impecable cuando hace sus videos. Juan mantiene muy motivado, es disciplinado en todo lo que se propone”, sostiene su progenitora Jined Obando.