Realeza
Efecto Kate Middleton: así han aumentado las consultas por cáncer en Inglaterra
Tras semanas de rumores sobre su salud, la princesa Catalina, de 42 años, explicó en un vídeo que padece cáncer, sin especificar su naturaleza. Las consultas por la enfermedad han aumentado sin precedentes.
Después de la muerte de Diana de Gales, la casa real británica enfrentó varios de sus peores años en aprobación y popularidad. Los culpaban de la desgracia de la llamada ‘Princesa del pueblo’.
El 6 de septiembre de 1997, enterraron a Diana frente a millones de telespectadores, y con ella gran parte del brillo que durante el tiempo que estuvo casada con Carlos, el heredero de la corona, favoreció a la familia real del Reino Unido.
Años después, todo cambió con la llegada de una joven Kate Middleton, estudiante de historia del arte y compañera del príncipe Guillermo en la Universidad de St. Andrews, en Escocia.
Al anunciarse su compromiso, nueve años después de iniciar su romance, la historia cambió. El reino se puso de fiesta. El castigo del pueblo había terminado.
Catherine Elizabeth Middleton, hija de Carole Elizabeth Goldsmith, azafata, y Michael Francis Middleton, se casó con William Arthur Philip Louis, hijo de los Príncipes de Gales y nieto de la reina Isabell II, el 29 de abril de 2011 en la abadía de Westminster. Ese día recibieron el título de Duques de Cambridge.
En el 2013 nació Jorge, futuro heredero, Carlota llegó en 2018 y finalmente recibieron a Louis, el consentido del Rey, en 2018.
Desde entonces el cuento de hadas parecía escrito por los Hermanos Grimm y el pueblo británico los veía como los futuros reyes que el reino se merece.
La princesa de Gales ha utilizado su título como una plataforma para promover y apoyar diferentes causas sociales, haciendo énfasis en su compromiso con la salud mental infantil. Muchas de las labores filantrópicas de Kate abarcan un trabajo con campañas de bienestar psicológico, como también un interés particular en arte, fotografía, diseño y textiles. Catalina, como se le conoce en español, es fundadora de más de veinte organizaciones benéficas y militares, incluyendo el Centro Anna Freud, Action for Children, SportsAid y la Galería Nacional de Retratos.
Pero como en todo cuento, la historia, tiene su parte triste, y esta ha traspasado los rincones del reino.
La semana pasada, Catalina, de 42 años, puso fin a los rumores y especulaciones que circulaban desde que se anunció su intervención quirúrgica abdominal en enero -por la que estuvo hospitalizada 15 días-, informando que inició un tratamiento de quimioterapia.
“En enero me sometí a una cirugía abdominal importante en Londres. En ese momento se creía que no tenía cáncer. La operación fue un éxito. Sin embargo, los exámenes posteriores a la operación revelaron la presencia de un cáncer. El equipo médico también me recomendó seguir un tratamiento de quimioterapia preventiva y ahora estoy iniciando ese tratamiento”, empezó diciendo Catalina en un video que llegaba después de decenas de rumores que apuntaban su ausencia a problemas con su matrimonio.
“Por supuesto, esto fue un shock enorme, y Guillermo y yo hicimos todo lo posible para afrontarlo en privado, por el bienestar de nuestra joven familia”, continuó diciendo, para después confirmar que sus hijos, quienes tampoco han sido vistos en público desde diciembre, ya están enterados de su situación.
“Catalina, no estás sola”, escribió The Sun, haciéndose eco de la conmoción y del cariño a la princesa de Gales en el Reino Unido. Otro tabloide, el Daily Mail, atacó a los comentarios en las redes sociales “que han estado vendiendo repugnantes teorías de conspiración para explicar su ausencia de la vida pública”.
“La quimioterapia preventiva después de la cirugía se administra para reducir el riesgo de que el cáncer regrese en el futuro”, afirmó Andrew Beggs, investigador clínico principal y cirujano colorrectal de la Universidad de Birmingham. Beggs añadió que es “un poco como limpiar un piso con lejía cuando se derrama algo”, explicando que la quimioterapia “mata las células derramadas”.
“Como les dije, estoy bien. Retomo fuerza todos los días al concentrarme en las cosas que me ayudarán a curarme, en mi mente, en mi cuerpo y en mi moral. Tener a Guillermo a mi lado es una gran fuente de consuelo y tranquilidad, al igual que el amor y la amabilidad que muchos de ustedes me han mostrado y que significan mucho para ambos”, aseguró Catalina en su video, en el que también pidió tiempo y privacidad.
Solo un día después del anuncio sobre la salud de la futura reina, la web National Health System aumentó el tráfico en un 373% y más de 4.000 personas llegaron a consultar cuáles son los síntomas del cáncer. Una experiencia por la que también han pasado otros portales de internet, como una conocida ONG en Inglaterra, que dedica sus esfuerzos a ayudar a pacientes con cáncer, cuyas visitas aumentaron en nada menos que 100.000 usuarios.
El caso de la princesa es un ejemplo de cómo, por razones todavía sin explicar, cada vez más personas menores de 50 años padecen la enfermedad.
Se trata de una verdadera “epidemia” que empezó hace varias décadas, dijo el cancerólogo Shivan Sivakumar, investigador de la Universidad de Birmingham. Entre 1990 y 2019, la tasa de cáncer casi se duplicó (+80%) en este grupo de edad en todo el mundo, según un estudio publicado en 2023 por BMJ Oncology, centrado en los treinta cánceres más extendidos.
El fenómeno, que afecta en especial a los países desarrollados, también se refleja en el aumento de las muertes por cáncer entre los menores de 50 años. En 30 años, su número ha aumentado en un 28%.
Entre los jóvenes se ha detectado en especial un aumento de los cánceres gastrointestinales (colon, esófago, hígado). Según la American Cancer Society, son la principal causa de muerte por cáncer en hombres menores de 50 años y la segunda en mujeres de la misma edad, detrás del cáncer de mama.
Princesa moderna
La plebeya Kate Middleton entró en la familia real al casarse con el príncipe Guillermo, actualmente el primero en la línea de sucesión. Al enlace asistieron mil novecientos invitados y tuvo dos mil millones de televidentes (sin contar internautas).
Catalina, con la bendición de Isabel II, se adaptó rápidamente al protocolo y las limitaciones de la realeza, al contrario que su difunta suegra, la princesa Diana, o que su cuñada, la exactriz estadounidense Meghan Markle.
Siempre impecable, ha mantenido un perfil bajo, sin responder nunca a los rumores sobre supuestos adulterios de su marido, su figura extremadamente delgada o su presunta relación distante con Meghan.
En un país donde todas las figuras femeninas de la realeza son comparadas a Diana, Kate siempre ha sido “una verdadera princesa del pueblo”, afirma el periodista Robert Jobson, escritor de un libro publicado en 2010, sobre Guillermo y Catalina.
Kate llamó a la puerta de la casa real con 19 años, en septiembre de 2001. Había comenzado a cursar historia del arte en la prestigiosa universidad escocesa de Saint Andrews, donde también estudiaba Guillermo, al que conoció en un banco del campus.
En sus años universitarios, la pareja comenzó compartiendo apartamento con otros tres estudiantes. Pero los viajes que empezaron a hacer juntos delataron no obstante el inicio de su romance, con la prensa siempre detrás. Catalina comenzó a realizar visitas al Palacio de Buckingham, residencia oficial de la familia real, mientras Guillermo acudía también con asiduidad a la propiedad de sus futuros suegros en Buckleberry.
En octubre de 2005 realizó una queja formal a través de su abogado de acoso periodístico e indicó que no había hecho nada significante para merecer ese tipo de publicidad. En febrero de 2006 se anunció que recibiría una escolta de seguridad las 24 horas al día facilitada por el departamento de seguridad de la Casa Real británica.
No había, sin embargo, ningún paso decisivo para consolidar la relación por parte del príncipe, por lo que la prensa sensacionalista británica comenzó a llamarla ‘Waity Katty’, en un juego de palabras con el término inglés ‘wait’ (esperar).
En esa situación, la pareja puso un paréntesis a su relación en 2007. Pero volvieron en 2008, hasta que Guillermo le pidió en matrimonio en 2010, durante un paseo en Kenia.
La pareja eligió como lugar de residencia el Palacio de Kensington, en Londres, antes de mudarse en los últimos años a una casa cerca del Castillo de Windsor, donde vive con sus tres hijos.
Catalina, al contrario que Sarah Ferguson, que fue esposa del príncipe Andrés, tío de Guillermo, y quien recientemente también anunció que tiene cáncer, o Meghan Markle, mujer de su cuñado Enrique, se ganó el cariño de los británicos desde el principio.
Con una imagen de princesa moderna, Catalina es “más que nadie en la familia real” el “prototipo de la mujer del Siglo XXI”, dice Pauline MacLaran, profesora de la universidad Royal Holloway.
“Como pueden imaginar, nos tomó un tiempo, me tomó un tiempo, recuperarnos de una operación importante para comenzar mi tratamiento y, lo que es más importante, nos tomó un tiempo explicarle todo a Jorge, Carlota y Louis, de una manera apropiada para ellos, para asegurarles que superaré esto”, dijo en su video que llegó para acallar la crisis mediática que se alzó al no querer informar sobre su situación.
La publicación de la fotografía editada para conmemorar el Día de la Madre en Gran Bretaña, solo avivó más preguntas y muchos medios hicieron eco de que algo malo pasaba en el interior del palacio.
“Los últimos meses han sido increíblemente difíciles para toda mi familia, pero tengo un equipo médico increíble que me está cuidando muy bien, por lo que estoy muy agradecida”, dijo la princesa.
Reino en jaque
El anuncio sobre la enfermedad de la princesa, de la que no se dieron mayores precisiones, se produce menos de dos meses después de que su suegro, el rey Carlos III, fuera también diagnosticado de cáncer. Esto les ha obligado a desaparecer de actos públicos relacionados con su función dentro de la monarquía, la realeza británica se haya tenido que adaptar a una situación sin precedentes.
Debido a ello, el resto de los miembros de la realeza se hacen más visibles para rellenar el vacío, que es aún mayor teniendo en cuenta que los príncipes Andrés y Enrique, hermano e hijo pequeño del rey, no pueden representar ya a la familia real.
Enrique y su esposa Meghan rompieron pública y escandalosamente con la monarquía y se mudaron a Estados Unidos en 2020, desde donde produjeron un documental, concedieron una entrevista a Oprah y publicaron un libro, hablando mal de varios miembros de la familia, tachándolos de racistas, incluidos Guillermo y Catalina. Esto rompió las relaciones entre los hijos de Carlos y Diana que han evitado al máximo coincidir.
Andrés, por su parte, quedó eliminado de cualquier representación de la monarquía debido a sus vínculos con el fallecido financiero estadounidense Jeffrey Epstein y a acusaciones de agresión sexual resueltas mediante un acuerdo financiero con la presunta víctima, que no fueron informados
Al rey, Carlos III, de 75 años, que llegó al trono en septiembre de 2022, le diagnosticaron cáncer a principios de febrero. Las funciones del monarca británico son esencialmente protocolarias, pero tiene que promulgar leyes, nombrar a un primer ministro y abrir sesiones parlamentarias. También tiene funciones diplomáticas.
Tras el anuncio de su cáncer, Carlos canceló todos los compromisos públicos oficiales, pero siguió desempeñando algunas funciones oficiales, como reuniones con el primer ministro y diplomáticos extranjeros, en persona o por videoconferencia. Según la prensa británica, el rey sigue recibiendo cada mañana su famosa ‘caja roja’ con documentos oficiales y manteniendo reuniones con sus consejeros.
Carlos III es jefe de Estado del Reino Unido pero también de otros 14 países de la Commonwealth.
En ausencia del rey, el protagonismo de su heredero crece. Pero desde enero, Guillermo ha aparecido menos de lo habitual en actos públicos, debido a la operación de esposa y para poder ocuparse de sus tres hijos.
La reina Camila, de 76 años, tiene estos días más protagonismo de lo habitual y acude a numerosos compromisos públicos en nombre de la familia real, en ausencia de su marido.
El jueves viajó a Irlanda del Norte, donde se reunió con la nueva jefa del gobierno local, Michelle O’Neill, y con poetas.
Durante sus visitas, Camila da noticias sobre su esposo y recoge mensajes de esperanza para Catalina.
La hermana de Carlos, Ana, también es muy activa, mientras que también son más visibles últimamente su hermano Eduardo, el menor de los cuatro hijos de Isabel II, y su esposa Sofía, quien se dice, es la mejor amiga de la Priíncesa de Gales en la familia.