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“Las esposas debemos ser influencers y amigas de nuestros maridos”, dice la actriz caleña Lina Balvuena
La actriz caleña Lina Balvuena es un ejemplo de que las relaciones de pareja se pueden mejorar día tras día, y que las esposas deben ser ‘influencers’ de sus maridos.
Lina Balvuena es caleña, tiene 39 años y fue hija de padres adolescentes. “Pensaron en abortarme y gracias a Dios, no lo hicieron, me dieron la oportunidad de vivir. Vi demasiadas cosas en mi infancia, el divorcio de mis padres, maltrato físico, abuso sexual por parte del esposo de una tía. Y cuando decidí contar lo que había pasado, para proteger a otras, no me creyeron y eso fue muy doloroso para mí”.
Se fue a vivir a Bogotá, estudió actuación, y conoció a su futuro esposo —diez años mayor—. “Nos fuimos a vivir juntos y yo, por toda esta historia, vivía muchos ataques de depresión, quería ser famosa para hallar ese reconocimiento que no tuve de mi familia”. Y lo logró como actriz, en El Último Matrimonio Feliz, del canal RCN, y Las Muñecas de la Mafia 1, de Caracol TV. Pese a ello, se sentía vacía, hasta que su suegra le enseñó la fe en Jesús. “Más allá de la religión, le encontré sentido a mi vida, decidí tener una relación personal con Dios y empezar a sanar. Fui a psicología y a psiquiatría y me ayudó muchísimo, mi psiquiatra escribe el prólogo de mi libro, El Arte de Ser Esposa. Empecé un caminar”.
Su esposo no la siguió de inmediato. “Entre más yo avanzaba, él tomaba licor, era grosero, me peleaba mucho. No vi otro camino sino el divorcio, pero no quería repetir la historia de mis papás y de mi esposo, también hijo de padres divorciados, aún de grandes vivimos las consecuencias de la separación”.
Descubre un tercer camino del que habla en su libro. “Mi esposo ve mi cambio y me dice: ‘¿Por qué estás tan tranquila?’ y comienzo a ser una esposa influencer para él, y juntos, a ser nuestra mejor versión. Al ver que las parejas a nuestro alrededor sufrían lo mismo que nosotros, les hablamos de ese tercer camino”.
Llega la pandemia, se le cierran las puertas en su intento por volver a la TV y llega a Instagram, donde, hace cuatro años comparte contenido, y una comunidad de mujeres sigue sus consejos para llevar la relación de pareja de manera distinta.
¿La convivencia mata el amor?
No, lo que mata el amor es la falta de detalles en un mundo tan caótico como en el que vivimos, en el que nos toca agendar para que el tiempo nos alcance, si no agendamos un tiempo para vivir en pareja, conocer al otro, para dedicarnos y amarnos, eso mata el amor, no la cotidianidad. Creemos que la vida es maravillosa cuando pasan grandes cosas, pero la vida tiene muchos más días cotidianos, y es en esos días donde debemos agradecer, construir. En la convivencia es donde ese amor bonito, que nos tenemos, se construye y se hace más fuerte.
¿Cómo evitar que eso pase?
Sacándole tiempo a la relación. Invito a las mujeres a que miren qué tiempo le tienen agendado a su pareja, si no, no existe, y eso puede matar el amor. Decidí dejar de tratar de convencer a mi esposo, porque entre más intentaba con mis palabras hacerle ver el mundo desde como yo lo veía, conseguía el efecto contrario. Cambié de estrategia. Él se fue dando cuenta solito, sin mi voz todo el tiempo diciéndole que estaba equivocado, que debía cambiar de parecer, y cuando me pedía consejo, en lugar de recibirlo con rabia o decirle el famoso ‘te lo dije’, le hacía preguntas, para que él, en su lógica, encontrara la solución.
¿Cree en las segundas oportunidades con la misma pareja?
Sí. Te puedes volver a enamorar de la misma persona por segunda vez, o de otro. Si hay hijos de por medio, la relación se debe manejar en torno a su bienestar, sin competir, ni crear rivalidad entre mi nueva pareja y mis hijos. Ponerme de acuerdo con mi exesposo y con mi nueva pareja. Y si se va a empezar de nuevo, debe haber ‘borrón y cuenta nueva’, el paso número uno de 8 que indico en mi libro, para transformar la relación. Si voy a cargar con el pasado, mi relación no avanza, debe haber perdón, un ‘hasta aquí sucedió esto’, y en adelante vamos a reencontrarnos, a darnos una nueva oportunidad.
¿Cuáles son las banderas rojas que no vemos en el noviazgo?
Durante el noviazgo idealizamos, minimizamos y negamos. Creemos que el otro es mucho mejor de lo que es, y no hay forma de salir de ahí, a menos de que hayamos pasado por relaciones anteriores, pero normalmente, la primera vez que decidimos casarnos o irnos a vivir juntos, lo hacemos desde un ideal de lo que será la vida en pareja. Luego minimizamos esas cosas del otro que nos molestan: “Sí, ronca duro, pero yo tengo un sueño muy profundo y no lo escucho tanto” . Hay un problema desde el principio que intuimos que más adelante se puede hacer más grande, pero lo hacemos más pequeño en ‘nombre del amor’ y negamos. Nos dicen ‘ojo, porque es muy perezoso’ y lo justificamos: “es porque el trabajo que le ha salido no le ha gustado, pero cuando le encuentre su trabajo soñado sí va a ser trabajador”. La única forma de ver esas banderas rojas, es rodearnos de verdaderos amigos, que nos digan honestamente lo que ven. Hay que tomarse un buen tiempo para conocerse, dicen que mínimo dos años, cuando baja la etapa de enamoramiento. Esa negación va bajando y aterrizas a la realidad.
¿Qué no aceptar en una relación?
Nunca se aceptan el abuso y el maltrato, vengan de donde vengan. Si bien tenemos cifras del abuso de hombres hacia mujeres, las mujeres también nos equivocamos y muchas veces maltratamos y abusamos. Debe haber un stop. No deberíamos aceptar nada que no nos guste o nos cause daño, pueden ser bromas de mi pareja. Hay que aprender a poner límites, pero no líneas que nos dividan, sino círculos que nos rodeen, yo no le digo a mi esposo ‘no me grite’, sino ‘en esta relación, no vamos a permitir los gritos’; no le digo ‘usted a mí no me va a decir mentiras’, porque eso sería una línea que lo aparta a él de mí, me pone en un bando y a él en el otro. sino un círculo donde decimos ‘en esta relación no nos vamos a mentir’.
¿Qué tan importante es tener una buena intimidad?
Normalmente creemos que la intimidad de pareja se mejora con una noche romántica juntos, lo vemos como mejorar nuestra sexualidad. Yo propongo que no nos saltemos otras etapas. Las relaciones de pareja empiezan con una amistad. Yo primero me hago amiga de esa persona, lo convierto en mi ‘parcero’. Cuando somos mejores amigos, me nace ser romántica, hablar su lenguaje de amor, tener detalles con él y él conmigo. Eso nos lleva a la intimidad sexual.
¿Es necesario ir a terapia?
Todas las parejas deberíamos ir a terapia en algún momento. El autoanálisis es fundamental, ya sea que eres una persona que vive sola, debes analizar: ¿Soy feliz? ¿Estoy tranquilo? ¿He sanado? ¿Estoy bien conmigo mismo? No puedo amar a otro si no me amo a mí mismo; no puedo soportar a otro, si yo mismo no me soporto. Desde el autoconocimiento, puedo dar lo mejor de mí, y decir: ‘Esto me cuesta, no soy capaz con esto, ¿me puedes ayudar?’ y vamos a encontrar ese complemento en nuestra pareja. Se trata de dar pequeños pasos, ¿qué puedo hacer hoy para no estar tan brava? ¿Qué puedo hacer mañana? Si todos los días damos un pasito, en ocho días vamos a haber cambiado un montón nuestro carácter. O decir: ¿Qué puedo hacer hoy por mi pareja? Le voy a comprar su dulce favorito, mañana le mando un mensaje lindo por whatsapp, pasado le hago un masajito en la espalda, y en ocho días de pasitos, avanzo.
¿Cómo sanar las cicatrices del pasado, por el bien de la relación?
La mayoría de problemas que tenemos con nuestra pareja tiene que ver más con lo que vivimos en el pasado que con lo que pasa ahora, ya sea la relación de nuestros padres o con quienes nos hayamos criado o hayamos vivido en relaciones anteriores. Nuestro cerebro entra en alerta, cuando algo pasa, si mi papá golpeaba a mi mamá, cuando mi esposo me empieza a gritar, necesito defenderme porque siento que voy a llegar al mismo límite que llegaron ellos. Es muy importante desactivar esas alertas de las relaciones de nuestros padres, comprender que no somos ellos, que no tenemos que repetir la historia.
El proceso de sanar las cicatrices nunca termina y como vivimos en una cultura tan violenta, tenemos muchas heridas por sanar, pero es posible. La habilidad emocional entre más la practicamos, con los años, se vuelve más fácil ponerla en práctica. Yo soy ansiosa, tiendo a tener ataques depresivos, y como me conozco, no me permito ciertas cosas.
¿Cuál es el rol actual de la esposa?
Antes era sinónimo de ama de casa o mamá, hoy puede que seas ama de casa, y esposa y mamá, o solo mamá y no ama de casa. Ser esposa es ser compañera, amante y amiga de quien más quiero y confío, a quien le cuento lo más íntimo, y con quien me gusta. Una esposa debe ser la mejor amiga de su pareja.
¿Una relación de pareja siempre puede ser mejor?
Siempre puede ser mejor mi matrimonio, disfrutarse más en pareja. Yo le digo a las mujeres que no se conformen con menos del amor bonito que siempre soñaron.
¿Las crisis económicas pueden ser termómetros del estado de salud de la relación?
Si la relación de pareja está basada en construir un amor bonito, a crisis económica será una oportunidad de amarnos sin la distracción del dinero.
Pódcast y libro
El Arte de Ser Esposa, además de ser libro, es un pódcast de Caracol Radio. “Allí hablamos de todo, de la suegra, de las cuñadas, de cómo enamorarnos, de cómo perdonar una infidelidad. He tenido invitadas muy importantes. Al tener esta comunidad y las mujeres al consumir este contenido, me dicen: ‘Necesitamos un taller, entonces hice uno online, que se llama igual que el libro ‘El arte de ser esposa. 21 días para transformar tu relación, empezando por ti’ y son 21 lecciones’, en las que las mujeres encuentran el propósito de su relación y comienzan a caminar, dando 21 pasos”, cuenta Lina Balvuena.
Así nace la idea del libro y editorial Oveja Negra le da la oportunidad de publicarlo, lo lanza en la Feria del Libro de Bogotá 2024 y al día de hoy, la tercera edición ha sido un éxito total, está en Amazon y en la Kindle de Amazon, así como en las librerías Panamericana, Nacional y Lerner. La autora estará el 6 de octubre en la Feria del Libro de Pereira con una charla.