Elecciones
Elecciones 2023: más de tres millones de personas votarían en blanco este domingo
Según un estudio, en estas elecciones pesaría el voto en blanco y muchos serían nulos.
A pocas horas de que se cumpla en todo el país la jornada para escoger en las urnas a las nuevas autoridades locales y regionales, se conoció un estudio estadístico en el cual se analizó el peso que llegarán a tener en las elecciones los votos en blanco, los tarjetones nulos y los que no se llegan a marcar.
El análisis lo preparó el laboratorio estadístico, BioIdeas, que hasta hace poco se conocía como Estrategias DC y que se dedicaba solo a los temas electorales para ahora abordar también asuntos de políticas sociales.
En este análisis de las elecciones, su director, Diego Corrales, explica que con base a las elecciones de hace cuatro años, octubre de 2019, cuando se votó por los alcaldes, gobernadores, concejales, diputados y ediles, se pudo identificar que “entre el 20% y el 30% de colombianos que salen a votar para Gobernaciones, Asambleas y Concejos, no eligen ningún candidato: lo hacen en blanco, no marcan el tarjetón o anulan el voto”.
En ese sentido, se cita que ese fenómeno, en 2019, el 21.34% de votos para concejos de ciudades capitales, el 29.45% para asambleas departamentales y el 21.34% para gobernaciones, ocurrieron de esta manera.
En el ranking por segmentos se encontró que Puerto Inírida, Medellín, Bogotá, Armenia y Cali lo fueron para concejos; Quindío, Antioquia, Risaralda, Cauca y Tolima para asambleas; y Bolívar, Quindío, Cundinamarca, Norte de Santander, Risaralda, Antioquia y Valle para gobernaciones.
Precisa que si bien técnicamente esta votación no podría denominarse pérdida porque incluso el voto en blanco es contado como válido para la repartición de curules, si puede estar ayudando a que las llamadas maquinarias se puedan beneficiar del resultado porque ante tal alta cantidad de votos que se pueden llegar botar, les es más fácil poder llegar a ganar en cualquiera de las elecciones a las que se presenten.
“Por solo citar la última contienda electoral regional, en el 2019, de 8.365.910 de votos que se depositaron para elegir concejales en las 32 ciudades capitales del país, 1.938.593 votos fueron “perdidos” (1,170,855 votos en blanco, 340,482 nulos y 427,256 personas no marcaron el tarjetón), representando un 21.34% de la votación”, destaca el reporte de BioIdeas.
En el caso de las asambleas departamentales, de 18.668.097 votos, el 29.45% (5.498.178) fueron en blanco (2,587,918), nulos (807,058) y no marcados (2,103,202), mientras que para las gobernaciones, donde el sistema de votación sería “más fácil” para el elector, al aparecer la foto y el nombre del candidato, de los 18.900.901 de votos que se depositaron, el 21.34% (4.033.909 de votos) fueron en blanco (1,870,454), nulos (420,767) y no marcados (1,742,688).
Riesgo de protestas
A vísperas de las elecciones del próximo domingo, 29 de octubre, en 24 departamentos podrían presentarse protestas, asonadas, bloqueos y alteraciones de orden público por los resultados de los comicios regionales.
Así lo advirtió la Defensoría del Pueblo al presentar un informe preventivo, a tres días de los comicios, en el que el Observatorio de Conflictividad Social da cuenta de que varios factores desenvueltos durante la campaña electoral podrían incidir en “inconformidad de los votantes”, hasta el punto de provocar diferentes conflictos.
De acuerdo con la Defensoría, en 133 municipios podrían presentarse “protestas, disturbios, asonadas, bloqueos y afectaciones a bienes públicos y privados”, principalmente por la no aceptación de los resultados. El beneficio a una candidatura u otra, según manifestó el defensor del pueblo, Carlos Camargo, “podría generar situaciones de violencia”.
En el caso de Bogotá persiste el riesgo para las localidades de Bosa, Ciudad Bolívar, Usme y Sumapaz (en el sur de la ciudad), Kennedy (suroccidente) y Suba (noroccidente).
La procuradora general, Margarita Cabello, había advertido en la víspera que, además de los riesgos por el accionar de grupos armados ilegales o de amenazas a candidatos, existía la posibilidad de que el momento poselectoral, que requiere de atención de las autoridades, estuviese enmarcado por protestas o manifestaciones ciudadanas.