Economía
Reforma tributaria y más deuda, lo que viene para los colombianos
Para analistas, el Gobierno está encaminando al país hacia un escenario de inestabilidad fiscal. Aseguran que suspender la regla fiscal no es oportuno.
15 de jun de 2025, 11:28 a. m.
Actualizado el 15 de jun de 2025, 01:52 p. m.
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Las finanzas del Estado colombiano están en riesgo. Así lo afirman muchos analistas económicos que dicen que esto tendría un efecto en los ciudadanos.

José Manuel Restrepo, rector de la Universidad EIA, comentó que desde agosto de 2022 la deuda pública ha aumentado en más de $300 billones, superando el 61 % del PIB, y el costo de esa deuda también ha escalado.
“Colombia se endeuda hoy a tasas superiores al 12 % anual (creciendo más del 40% frente al costo financiero de hace unos tres años), y por eso en lo corrido de 2025, casi un tercio del recaudo tributario se ha destinado al pago de intereses, limitando inversión social y productiva”.
Y la presentación del Marco Fiscal de Mediano Plazo, que se hizo el pasado viernes, no dejó tranquilos a los economistas ni a gran parte del país. Se confirmó la suspensión de la regla fiscal, se anunció una nueva reforma tributaria (para recaudar $19 billones) y un ajuste en el presupuesto para el 2026.
Aunque el Gobierno Nacional sinceró sus cifras, las salidas no parecen ser las mejores.
El Comité Autónomo de la Regla Fiscal, Carf, aseguró que la activación de la cláusula de escape, que permite suspender la regla fiscal, no soluciona ninguno de los desequilibrios fiscales estructurales que presenta el país. “Su capacidad de contribuir a la sostenibilidad de las finanzas públicas reposa en la credibilidad y suficiencia del plan de ajuste fiscal”, indicó la entidad en un comunicado.
Para el Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana, el plan financiero 2025 sobreestimó los ingresos y evitó reconocer la magnitud del ajuste necesario.
“Consideramos que Colombia no necesita cambiar la regla fiscal ni salidas transitorias sin rumbo, sino un verdadero plan de ajuste fiscal estructurado, transparente y gradual”.

A continuación se analizan las implicaciones de la situación fiscal del país para los colombianos (ver recuadros).
La regla fiscal y su impacto
La suspensión de la regla fiscal es un tema que tiene en vilo a la economía colombiana por el impacto que podría tener sobre las finanzas de la Nación, pero especialmente sobre la economía familiar, es decir, en el bolsillo de los ciudadanos de a pie que verían reducida su capacidad adquisitiva frente a unas elevadas tasas de interés, una inflación que no bajaría como se espera y una moneda cada vez más devaluada.
El escenario no es positivo, de ahí la importancia de entender qué es la regla fiscal y por qué es fundamental que el Gobierno sanee sus finanzas y controle el gasto público a corto plazo.
La regla fiscal se creó en 2011 con la Ley 1473 con el propósito de limitar el gasto público nacional, y con esto, hacerlo sostenible fiscalmente. Funciona como un freno de mano, se podría decir.
A modo de ejemplo, explica Juan Diego Lobo, profesor asociado de Economía de la Universidad EAN, es como cuando una persona tiene su presupuesto del mes, pero tiene que asegurarse que el salario y lo que haga con la tarjeta de crédito van a ser suficientes, sin que esto recorte lo que se necesita para los próximos meses. “La esencia de la regla es que tanto el salario como el crédito puedan usarse, pero solo hasta un límite. Si una persona se pasa, puede caer en posibles impagos, moras al saldar sus deudas o terminar con acceso más caro al crédito que puede necesitar más adelante (suben las tasas de interés, en parte por el riesgo percibido)”, manifestó Lobo.
Alejandro Useche, profesor de la Escuela de Administración de la Universidad del Rosario, dice que así como “cada uno de nosotros a manera personal, familiar y en nuestras empresas, llevamos un presupuesto y tenemos a través del tiempo una serie de ingresos y gastos, claramente lo mismo le pasa al sector público”. En muchas oportunidades, opinó, no alcanza la plata y hay que recurrir a algún tipo de deuda. “Lo mismo está pasando actualmente con el Gobierno que tiene un gran déficit fiscal como consecuencia de un desequilibrio de sus finanzas públicas”, aseveró.
¿Cómo será la nueva reforma tributaria?
El Gobierno Nacional confirmó que en julio se presentará un nueva reforma tributaria con la expectativa de recaudar $19 billones.
Para ello, se revisarán las exenciones al IVA, que según Hacienda suman $89 billones, al igual que algunas exenciones en Renta.
También se estudia poner tributos al carbono, juegos de azar, plataformas, iglesias e impuestos dirigidos a gravar la contaminación como plaguicidas, ruido, vapeadores, entre otros.
Desde el Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana comentaron que “una nueva reforma tributaria no puede basarse en supuestos económicos y políticos poco realistas. Ninguna reforma en las últimas décadas ha logrado recaudar más de $19 billones.
Por otro lado, la anterior Ley de Financiamiento no prospero en el Senado. Surge entonces una pregunta: ¿qué garantías existen de que esta vez sí se logrará un consenso político y técnico suficiente para que una nueva reforma prospere? Y de no lograrlo: ¿cómo quedarán las cuentas?”, indicó el organismo en un comunicado.
Para la entidad es hora de revisar los beneficios tributarios, ya que estos representan una porción significativa de los recursos que el Estado deja de recaudar.
Desde 2019 se han aprobado tres reformas tributarias que, en conjunto, debieron generar un aumento superior a 2 puntos porcentuales al PIB, pero en realidad solo crecieron 0,8 puntos porcentuales.
Según el Gobierno, el enfoque de la tributaria estaría centrado en la reducción del gasto tributario (exenciones) y en la ampliación de impuestos indirectos con bajo impacto sobre la actividad económica, pero no descartan revisar la estructura del IVA.

¿Cómo afectará a los colombianos la decisión del Gobierno de suspender la regla fiscal?
Las decisiones macroeconómicas no solo afectan las finanzas públicas del país, sus efectos también los sienten los ciudadanos que deberán asumir los costos de productos y servicios más caros, al igual créditos e hipotecas, un posible aumento del desempleo y menos dinero para pagar sus deudas y compromisos familiares.
El profesor Jaime Ahcar, director del Programa de Economía de la Universidad Javeriana de Cali, señaló que dando por sentado que el déficit en 2025 no será menor al -7,5% y que la deuda se incrementará hasta el 63% del PIB, los efectos de la suspensión del límite al endeudamiento tendrá varias etapas. En un primer momento, apuntó, las tasas de interés tenderán a aumentar o a bajar menos de lo deseable como reflejo del mayor riesgo de impago. “Esto puede ser compatible con una tasa de cambio entre $4100 y $4500 por dólar, al menos durante un año, luego las presiones a la devaluación podrán desatarse si el nuevo Gobierno no da signos de ajuste contundente de las finanzas en 2026”, destacó Ahcar.
En ese orden de ideas, agregó, en el 2026 podrían ocurrir dos escenarios: en el positivo inicia un ajuste fiscal que desacelera la economía, pero a pesar del efecto recesivo logra bajarle la presión a la devaluación y permite bajar la inflación sin necesidad de mayores aumentos en las tasas.
“Hacia 2027 se podrían ver tasas de inflación y de intereses bajas. Se recupera la confianza, el consumo y la inversión”.
En un escenario negativo, no se produce un ajuste fiscal en 2026 y Colombia pierde el acceso al crédito externo, en un entorno de alta inflación, altas tasas de interés y bajo crecimiento.
Entonces, según el analista, “la pobreza aumentaría en este escenario, lo que nos acercaría a los deselances a lo argentino; habrá un menor poder adquisitivo y las empresas no invertirán”.
El profesor Juan Diego Lobo también señaló que los efectos para los colombianos se verán en varios frentes.
Por una parte, con la subida de las tasas de interés es posible ver un encarecimiento de muchos productos crediticios haciendo que el consumo de bienes y servicios se reduzca o que la cartera por pagar crezca y aumente la morosidad en los créditos.
Además, la subida de la tasa de cambio puede reactivar las presiones inflacionarias, haciendo que las importaciones se encarezcan.
Con esta posible subida de precios, “hay que tener en cuenta que muchos productos de la canasta familiar son importados, haciendo que los ingresos de las familias colombianas se vean afectados negativamente”.
Finalmente, Lobo insistió en que hay que considerar que la deuda nacional la pagan los colombianos, por lo que la suspensión de la regla fiscal y el aumento del endeudamiento va a implicar que “paguemos más y más caro por recursos que podrían obtenerse desde un recorte del gasto público actual”, puntualizó Lobo.

Posibles efectos en las finanzas del país
Para el profesor Jaime Ahcar, con la suspensión de la regla fiscal y el desbordamiento del endeudamiento del país, se podría generar una crisis financiera cambiaria y económica, cuyo resultados más graves serían el desempleo, las protestas sociales y el empobrecimiento de los colombianos.
Según dijo, en la economía hay una torta finita de recursos disponibles para financiar que se compone del ahorro de los colombianos y el extranjero. Por estos recursos, agregó, compiten los hogares, las empresas y el mismo Gobierno.
“Cuando el Gobierno anuncia que va a pedir más dinero prestado del que tenía previsto hacer, le quita a hogares y empresas parte de la torta, de forma que el capital financiero que queda disponible para ser prestado aumenta de precio (sube la tasa de interés)”, precisó.
Pero, el efecto sobre la tasa de interés se amplifica por una cuestión de confianza y es que los propios bancos perciben como riesgoso a un Gobierno que ya altamente endeudado insiste en seguir haciéndolo de forma creciente.
“A esta prima adicional se le conoce como riesgo país y está relacionada con la percepción de los acreedores (bancos) de la capacidad de un gobierno de honrar sus deudas”, manifestó Ahcar.
Para el profesor Lobo, habrá necesariamente unos efectos en las finanzas nacionales: la sostenibilidad de las cuentas del país queda en entredicho; puede ahuyentar las inversiones extranjeras en Colombia e incitar a una salida de capitales necesarios para la reactivación e impulso de sectores productivos.
La salida de capitales puede ir de la mano con una depreciación del peso colombiano (sube la tasa de cambio); se encarece y limita el crédito, al que el Gobierno vaya a acceder (según José Antonio Ocampo, la línea de crédito flexible del FMI no podrá usarse por los malos resultados a nivel macroeconómico) y también la subida de las tasas de interés limita el margen para usar recursos en inversión, dado que más debe destinarse a pagar con recaudo tributario los intereses de la deuda nacional.

La realidad de las cifras del Estado
De acuerdo con la presentación del ministro de Hacienda, Germán Ávila, el Gobierno hizo una revisión a la proyección de los ingresos tributarios que estaban planeados en $299 billones para este 2025 y se ajustó en $18 billones hasta $281 billones.
Mientras que el gasto primario aumenta en $20 billones de $332 billones a $353 billones este año. Con ello el déficit de la Nación para este año llega a $129 billones.
Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, resumió la situación así: Colombia tiene una deuda pública que aumentará en 9,6 puntos del PIB (equivalente a $173 billone) en apenas tres años, en el contexto de una economía que no ha tenido ningún choque interno o externo significativo.
“El recorte del gasto, necesario e ineludible, se deja al próximo Gobierno, que heredará unas cuentas fiscales en estado crítico y deberá poner en marcha un plan inmediato de ajuste fiscal”.
De igual forma, César Pabón, director de Investigaciones Económica de Corficolombiana, comentó que el Marco Fiscal, presentado el viernes, confirma “una lamentable tradición colombiana: hecha la ley, hecha la trampa. En vez de ajustar las finanzas públicas para cumplir con la regla fiscal, el Gobierno sube el gasto en $20 billones, activa una cláusula de escape sin mucha explicación”.
Asimismo, para el Comité de Autónomo de Regla Fiscal, CARF, el plan fiscal del Gobierno implica un incremento del déficit en 2025 respecto de 2024, identifica opciones de política para incrementar ingresos y reducir gastos, pero no incluye propuestas concretas. “Además, contempla una senda de ajuste en el déficit que llevaría la deuda a máximos históricos en 2025, 2026 y 2027”.
Periodista de la Universidad del Valle con casi 30 años trabajando en medios impresos como El Espectador y El País, y desde hace unos años he incursionado en periodismo digital.