CICLISMO
Deporte sin Límites: Juan Carlos Torres, el reportero gráfico al que le amputaron un brazo y ahora es figura del paracycling
Este caleño sufrió un accidente que le dejó su brazo derecho inmóvil. Tras amputarse su extremidad, regresó a la bicicleta con el sueño de llegar a unos Juegos Paralímpicos.
Asistir a unos Juegos Olímpicos como reportero gráfico era el sueño de Juan Carlos Torres, un caleño de 25 años que tras sufrir un grave accidente mientras practicaba ciclismo en una carretera del municipio de Jamundí, lucha ahora para estar en la máxima cita del deporte internacional, pero en calidad de atleta paralímpico.
El 13 de septiembre de 2020 cambió la vida para este joven apasionado por la fotografía. Como era costumbre, Juan Carlos salió desde su casa, en el sur de la capital vallecaucana, hasta el sector de Miravalle, zona rural de Jamundí, una de las rutas predilectas de los amantes al ciclismo para realizar sus entrenamientos.
Torres descendía de la parte montañosa del vecino municipio, cuando la imprudencia de un motociclista que ocupó el carril contrario ocasionó que Juan Carlos se saliera de la vía para no chocar de frente con el vehículo.
“Me fui a un costado de la carretera y me impacté con un bolardo de madera, lo que originó una ruptura de plexo braquial”, explica el paraatleta.
Ese accidente fatal desencadenó un verdadero calvario para el corredor vallecaucano.
Aunque en primera instancia él y su familia pensaron que era un golpe con alguna fractura de por medio, los exámenes más profundos dieron un diagnóstico que cayó como un baldado de agua fría.
El plexo braquial es la red de nervios que envía señales desde la médula espinal hasta el hombro, el brazo y la mano. Cuando una persona sufre la ruptura de esa red, ocasiona que se pierda la funcionalidad del miembro superior y eso fue exactamente lo que le pasó a Juan Carlos.
Pasaron varios meses y Torres fue intervenido quirúrgicamente buscando recuperar la funcionalidad del brazo; pero, y a pesar del esfuerzo de los cirujanos, ese objetivo no se cumplió.
“En esa primera cirugía me sacaron un injerto de la pantorrilla para poner en el hombro y de las costillas para el codo, y luego mirar qué podía suceder”, explica.
En marzo del año pasado, y al ver que la funcionalidad de su brazo definitivamente no se pudo recuperar, Juan Carlos retomó sus rutinas de entrenamiento.
“En un comienzo miramos la forma que iba a darle manejo al brazo. Ya era un problema que generaba molestia y más dolores. Para entrenar, me lo acomodaba en la espalda, fue un poco más cómodo y estuve así durante dos años”, agrega.
Pero Juan Carlos no perdía su ilusión de seguir montado en la bicicleta. Inició en el ciclismo paralímpico, a pesar de las dificultades que le generaba el brazo sin funcionalidad.
“Cuando conocí a Juan Carlos, él llevaba cinco meses con el paracycling o ciclismo para personas con discapacidad. Él venía con la idea de amputarse el brazo para tener una mejor calidad de vida y rendimiento deportivo. Ese brazo inservible le pesaba alrededor de 7 u 8 kilos”, comenta Diana Marcela Ortiz, fisioterapeuta del sector paralímpico que lleva un buen tiempo trabajando en la rehabilitación de Juan Carlos.
Y es que la extremidad superior se había convertido en un estorbo, como él mismo define; algo penoso que le tocó vivir en esa época. Incluso, su estado de salud se vio afectado porque ese peso le originó alteraciones en la postura, una rotoescoliosis, dificultad respiratoria e, incluso, problemas para conciliar el sueño.
“El riesgo de caídas mientras entrenaba era muy alto porque el brazo lo tenía que acomodar adelante o atrás. Era como cargar un bebé todo el tiempo mientras estaba montado en la bicicleta”, acota Diana Marcela.
Amputar, la mejor decisión
Habían transcurrido cinco meses desde el momento del accidente cuando Juan Carlos tomó la determinación de amputarse el brazo buscando un alivio en todos los sentidos.
“Yo, inicialmente, le había comentado al cirujano que quería era la desarticulación, es decir, retirar todo el hombro. Luego, en el proceso pasaron muchas cosas, incluso con cambio de clínica y de especialista. El último médico me recomendó no amputar todo, sino hasta cierta parte donde se pudiera tener una recuperación”, explica el deportista.
La amputación se realizó el 8 de febrero de este año y de acuerdo con lo que expresa Juan Carlos, fue lo mejor que le pudo suceder.
“El haber recurrido a la amputación fue la mejor decisión. En lo personal fue una situación que me devolvió muchas cosas positivas. Fue una alegría y felicidad, es algo así como estar completo dentro de lo incompleto. Tener el brazo no me generaba ninguna utilidad, era un peso adicional y vulgarmente era un estorbo. Haber hecho el retiro de la extremidad fue un cambio total porque ya no me toca estar pendiente del brazo para realizar otras actividades”, agrega Torres.
“Acá en el postquirúrgico estamos enfocados en hacer algunas correcciones sobre lo que él venía sufriendo. Lo primero en lo que debe trabajar es mejorar su postura, el reconocimiento de su cuerpo, su orientación temporo-espacial. El lado donde le fue amputado el brazo era una zona que no utilizaba mucho, por lo que tenemos que mejorar su masa muscular. Su caja toráxica no se expande mucho y necesitamos que su usen ambos campos pulmonares para que él tenga la capacidad aeróbica de realizar el deporte que él práctica”, apunta la fisioterapeuta.
Pero no fue fácil lo que Juan Carlos le tocó afrontar para lograr la amputación. Debió luchar con todos los argumentos jurídicos ante el sistema de salud y en especial con su EPS, Emssanar, entidad que en una primera oportunidad rechazó su solicitud de cirugía de amputación por considerar que era un hecho que no comprometía su vida.
El proceso fue bastante extenso, fue más de un año de insistir ante las entidades de salud que se ‘peloteaban’ la responsabilidad de asumir la amputación de su brazo, procedimiento que hace poco se realizó con éxito.
La fotografía, su otra pasión
Juan Carlos Torres era un reconocido reportero gráfico de la ‘Sucursal del Cielo’ que siempre llegaba con su lente a documentar eventos deportivos y culturales. Durante años estuvo presente en arduas jornadas donde sus fotos retrataron conciertos musicales y títulos de los equipos de fútbol.
“Fueron casi cinco o seis años de dedicarme al foto-periodismo. Que extrañe la fotografía, no es tanto. Siento que fue una etapa de mi vida muy bonita que se cerró por culpa del accidente”, indica Torres.
Su talento como reportero gráfico lo llevó a realizar cubrimientos para medios locales y nacionales.
Su idea de ir a una olimpiadas para ser testigo con su cámara de la gloria de los atletas colombianos quedó postergada para ahora ser él el protagonista de la historia.
Una carrera promisoria
El futuro de Juan Carlos se empieza a construir en el deporte paralímpico. El paraciclista trabaja en el día a día con largas horas de entrenamiento que se van planificando con su grupo de trabajo de acuerdo con el cronograma de competencias.
Torres hace parte de la categoría C5 de ciclismo adaptado, donde reúnen a aquellos atletas con alteraciones severas de la funcionalidad de alguna extremidad, como: amputados de un brazo por encima del codo; de un brazo por debajo del codo con prótesis; de los dedos de las manos; o con lesiones neurológicas equiparables.
“Hemos participado en varias competencias nacionales con resultados muy positivos. Me mido a veces con ciclistas convencionales para exigirme y mejorar en mi rendimiento”, apunta.
Otro de los retos de Juan Carlos fue volver a subirse a la bicicleta que ya está adaptada para su discapacidad. Los cambios y frenos se instalaron en el lado izquierdo de la dirección.
“Yo tenía el temor de volver a montar porque sin el brazo ya no tenía ese peso y podía causar un desequilibrio. Al día 18, luego de la cirugía, me monté y la verdad no se me dio nada”, concluye.
Por ahora, Juan Carlos se sigue adaptando a una vida casi normal con esfuerzo y resiliencia para llegar muy lejos como lo pretende en el deporte.
Datos
Juan Carlos Torres ha hecho parte de procesos de Selección Colombia de paraciclismo.
La semana la divide en jornadas de entrenamientos en bicicleta, que arranca desde 4:00 o 5:00 de la mañana, donde recorre largas distancias en las carreteras del Valle.
Asiste al centro de terapias para atletas del deporte paralímpico, ubicado en la unidad deportiva Jaime Aparicio, donde le acompañan en su proceso de rehabilitación.
El atleta es invitado también a charlas para contar su experiencia de vida. Es muy activo en redes: @el_plexoo en instagram.