Cultura

La orquídea Nasariana, una especie recién descubierta que ya tiene su muerte anunciada como en la novela de Gabo

Descubierta por un caleño, la lepanthes nasariana hace referencia a la novela de Gabo y a su futura extinción por el cambio climático.

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Lepanthes nasariana - Juan Sebastián Moreno
La lepanthes nasariana es una orquídea miniatura y endémica, puede medir hasta 4,5 milímetros y solo se encuentra en los bosques altoandinos y páramos colombianos. | Foto: Juan Sebastión Moreno

14 de dic de 2025, 09:35 p. m.

Actualizado el 14 de dic de 2025, 09:35 p. m.

La novela tiene uno de los comienzos más atrapantes de la literatura universal: “El día que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5:30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo”. No hace falta recordar el nombre de la obra y su autor, sabido es que las mejores historias permanecen en la memoria colectiva y —aunque son ficciones— terminan ayudando a definir nuestras vidas, la naturaleza y el mundo.

Según lo planteado, la ficción se hace verdadera en cuanto —su poder metafórico— permite aproximarse a una realidad que, por lo general, es demasiado caótica como para enfrentarla directamente. Tal vez, por eso, Oscar Wilde expresó: “La vida copia al arte”.

Lepanthes nasariana - Juan Sebastián Moreno
De acuerdo con el modelaje a futuro, la lepanthes nasariana estaría casi extinta para el año 2090. | Foto: Juan Sebastián Moreno

La ciencia, en particular, está cargada de referencias literarias que ayudan a describir teorías y fenómenos descubiertos sobre el funcionamiento de la naturaleza y el universo, desde la historia, la biología, la psicología, la neurología, la química, la física, la astronomía y otras áreas del conocimiento.

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Como ‘efecto Proust’ se conoce el complejo proceso neurológico que desencadenan los olores y sabores que captan nuestros sentidos, capaces de remover recuerdos muy profundos en la mente humana. Así como pasa con el personaje de ‘En busca del tiempo perdido’, la monumental novela de Marcel Proust, quien cuando prueba una magdalena es transportado de inmediato a un bello momento de su infancia, reviviéndolo con gran intensidad.

Es lo mismo que ocurre con el crítico gastronómico cuando prueba la comida en la película animada ‘Ratatouille’.

Hay bastantes síndromes psicológicos con nombres literarios, que se explican por sí mismos: el síndrome de Madame Bovary, de Walter Mitty, de Peter Pan, de Dorian Gray, de Otelo, de Pinocho...

En matemáticas existe el complicado problema de la Hydra, y en climatología el efecto Cassandra, ambos tomados de la mitología griega.

Parece que la ciencia —a su rigurosa manera— tiene la costumbre de consagrar a los grandes escritores y sus obras clásicas.

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La constelación de ficciones: personajes, historias y situaciones extraordinarias, creadas por Gabriel García Márquez en su narrativa, novelas y cuentos, no es desconocida por la comunidad científica, todo lo contrario, se han aprovisionado de su obra para describir fenómenos sociales, psicológicos, neurológicos y —en días recientes— botánicos.

Hay diversos estudios que analizan los problemas de memoria, para los que la “peste del insomnio”, de ‘Cien años de soledad’, es una referencia obligada.

Lepanthes nasariana - Juan Sebastián Moreno
Nueva especie de orquídea colombiana bautizada en honor a la obra de Gabriel García Márquez. | Foto: Juan Sebastián Moreno

El ‘efecto Macondo’ no deja de aparecer en artículos antropológicos para señalar problemáticas en comunidades donde perdieron el sentido de realidad y lo hechos más bárbaros parecen cotidianos.

También están haciendo carrera conceptos como el ‘efecto Melquiades’ para describir la permanente capacidad de asombro, o el ‘efecto Florentino Ariza’ relacionado con los amores que se mantienen en el tiempo, pese a no tener ninguna reciprocidad.

En 2011, un grupo de arqueólogos, entre ellos Carlos Alberto Jaramillo, nombraron a una planta que existió durante el periodo Paleoceno en Colombia, como malvaciphyllum macondicus, en honor al pueblo de la familia Buendía.

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La lepanthes nasariana, una especie de orquídea colombiana recién descubierta, es la primera planta nombrada como un personaje de Gabriel García Márquez para evidenciar su propia extinción, así como ocurre en ‘Crónica de una muerte anunciada’, cuando —de entrada— el narrador revela que a Santiago Nasar, protagonista de la historia, lo van a matar.

Juan Sebastián Moreno, biólogo caleño y especialista en taxonomía botánica, es el principal autor del artículo publicado —a finales de noviembre— en la revista científica Phyto Keys, donde se confirmó el descubrimiento de la nueva orquídea.

Lepanthes nasariana - Juan Sebastián Moreno
Lepanthes nasariana, esta orquídea fue nombrada como Santiago Nasar, personaje de 'Crónica de una muerte anunciada', novela de Gabriel García Márquez. | Foto: Juan Sebastián Moreno

“Hace 7 años encontré una orquídea desconocida del género lepanthes en Totoró, al oriente del Cauca, solo tenía un ejemplar, así que comencé a describirla y —mientras la estudiaba—, a medida que pasaba el tiempo, aparecieron otros 10 registros de la misma especie entre Antioquia, Valle y Cauca. En un primer momento pensé llamarla lepanthes prodigiosa, debido a que es muy extraño encontrar tantos ejemplares y en un territorio tan amplio”, cuenta Juan Sebastián.

Debido a que la orquídea fue hallada en bosques nubosos como Los Farallones y páramos como el de Las Hermosas, ambos en el Valle del Cauca, y en otros dos departamentos, el biólogo caleño empezó a realizar un mapa de distribución de la planta, pero su colega Nicolás Hazzi sugirió algo mucho más interesante en términos ecológicos, hacer una modelación a futuro.

“Se trataba de —aprovechando todos estos registros— hacer una proyección de cómo sobrevivirá esta planta a futuro, teniendo en cuenta los efectos del cambio climático y el impacto humano sobre su hábitat”, comenta el biólogo de 35 años, que —hasta ahora— lleva registradas 80 nuevas especies.

En esta investigación contaron con la ayuda de Angie Tatiana Herrera, quien recopiló todos los datos sobre las vulnerabilidades de la nueva orquídea, las condiciones de los diferentes territorios donde se encuentra y las variaciones climáticas que podrían darse hasta el año 2090, todo esto lo analizaron con un algoritmo que arrojó diferentes escenarios de conservación.

Lepanthes nasariana - Juan Sebastián Moreno
Juan Sebastián Moreno es un caleño de 35 años, biólogo de la Universidad Icesi y especializado en taxonomía botánica de Univalle, trabaja como investigador de la Fundación Ecotonos y del Jardín Botánico de Cali. | Foto: Cortesía Brayan Coral Jaramillo

“Para ese año la planta podría perder hasta un 96 % de su territorio y quedaría reducida a pequeños refugios, es decir, estaría a punto de extinguirse. Debido a este resultado —y por sugerencia de un amigo, que me hizo caer en cuenta—, decidí bautizarla como lepanthes nasariana, igual que el personaje de ‘Crónica de una muerte anunciada’. Santiago Nasar es la única persona en el pueblo que ignora su funesto destino y —eso mismo ocurre— haciendo una extrapolación con esta orquídea, porque ahora todos sabemos que la especie podría desaparecer”, explica Juan Sebastián.

De hecho, en las condiciones actuales, según la Lista Roja de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), la lepanthes nasariana se encuentra clasificada como Preocupación Menor, pero debido a los fuertes efectos del cambio climático en los bosques tropicales y páramos, para 2090 la especie entraría en la clasificación de Peligro Crítico.

El análisis de riesgo sugiere, además, que en 100 años la lepantes nasariana podría extinguirse por completo, curiosamente el mismo tiempo que duró Macondo. A este fenómemo de extinción anunciada, que aplica para especies de plantas y animales, los biólogos colombianos decidieron llamarlo el ‘efecto Nasar’, que es “particularmente evidente en ecosistemas vulnerables, donde se puede proyectar la pérdida irreversible de especies debido a la drástica pérdida de hábitat provocada por el clima”.

Si bien aclaran en su artículo que “estas proyecciones deben interpretarse como evaluaciones exploratorias y precautorias, en lugar de categorizaciones definitivas”, lo cierto es que la lepanthes nasariana —y miles de otras especies— que habitan los ecosistemas colombianos están “sometidas a presión antropogénica, que incluye la agricultura, el pastoreo de ganado y la degradación forestal”.

La investigación y publicación del artículo sobre la lepanthes nasariana fue financiada por la Fundación Ecotonos de Cali, que promueve la conservación.

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Con este panorama a lo lejos, la taxonomía botánica —descubrir, describir y nombrar nuevas especies— se está convirtiendo en una forma de activismo ecológico que va más allá de mensajes pesimistas, como si su trabajo fuera redactar actas de defunción del reino vegetal.

“Todas las especies que descubrimos en la actualidad ya están amenazadas, por eso los nombres que les damos buscan conectar con la sensibilidad de las personas y generar apropiación, de esta forma podemos movilizar a nivel cultural actos de conservación”, subraya Moreno.

Lepanthes nasariana - Juan Sebastián Moreno
Encyclia Tuluaensis, declarada por el Concejo de Tuluá como la flor representativa de esta ciudad, que evidencia el impacto cultural de la ciencia. | Foto: Juan Sebastián Moreno

Como dice la expresión latina nomen est omen (“Nombre es destino”) y, en este caso, el simple —en apariencia— acto nombrar orquídeas con referentes literarios y culturales empezó a despertar el interés y preocupación por las orquídeas miniatura del género lepanthes, que con casi 400 especies representan la tercera parte de la población de orquídeas en Colombia, donde se registran un total de 4200.

En 2024, Juan Sebastián Moreno y un grupo de biólogos de la Dirección Territorial Pacífico de Parques Nacionales dieron a conocer ocho nuevas especies de orquídeas lepanthes, nombradas como mujeres destacadas de la cultura colombiana: Diana Trujillo, Nubia Muñoz Calero, Paola Alzate, Diana Uribe, Laura Restrepo, Nidia Góngora y Margarita Marino de Botero, lo que generó una tendencia para proteger estas especies.

El mismo año, el biólogo también promovió el registro de la orquídea encyclia tuluaensis, que fue declarada por el Concejo de Tuluá como la flor representativa de esta ciudad y, según prometieron, desarrollarán políticas públicas para su conservación, lo que evidencia el impacto cultural de la ciencia.

A principios de 2025, un biólogo de la Universidad del Tolima y el Jardín Botánico Alejandro von Humboldt, bautizó a una nueva orquídea en honor del cantautor boyaco Jorge Velosa, la llamada pleurothallis velosana, especie endémica de los bosques andinos en Boyacá y Santander.

En este sentido, reflexiona el biólogo y taxónomo caleño que “el nombre de la orquídea nasariana también es un llamado urgente a exigir políticas de conservación para que nuestra flora y biodiversidad no estén, como en ‘Cien años de soledad’, condenadas a desaparecer”.

Periodista y escritor, entre sus publicaciones destaca el volumen de ensayos ‘Libro de las digresiones’. Reportero con experiencia en temas de cultura, ciencia y salud. Segundo lugar en los Premios Jorge Isaacs 2022, categoría de Ensayo.

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