BASURA EN CALI
La guía sobre cómo desechar los tapabocas y otros elementos de bioseguridad
Tapabocas y guantes, entre otros, deben empacarse en bolsa y entregar al recolector.
En ocasiones se convierte en paisaje ver en vías, parques y otros sitios en la ciudad empaques, papeles y botellas arrojados en el suelo, y a estos desechos, en los últimos meses, se han sumado los tapabocas, guantes, caretas y hasta trajes de bioseguridad.
Sin embargo, ninguno de los anteriores deben ser depositados en la calle, dado que pueden generar un mayor riesgo de contagio para el personal de aseo que se encarga de recogerlos y manipularlos.
Los elementos de protección personal como el tapabocas, que tiene que ser usado de forma obligatoria por la pandemia, deben ser desechados con un ‘protocolo’ especial tanto en ambientes hospitalarios como en domicilios. Es decir, una vez estos artículos han cumplido su tiempo de vida útil no pueden botarse en el piso y menos sin una protección (empacados en una bolsa marcada).
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Aunque este tipo de prácticas, hasta el momento, no son tan reiterativas en la ciudad, los expertos aseguran que sí falta generar más conciencia y cultura entre los caleños para desechar estos elementos.
“Vamos a tener que utilizar tapabocas por lo menos un año más, y debemos aprender cómo botarlos, no nos puede pasar como en Europa donde los encontraban tirados en las calles generando riesgo de contaminación no solo para el medioambiente, sino para las personas”, dijo Eduardo Varela, bacteriólogo y laboratorista clínico.
Especialistas dicen que en parques se podrían disponer de canastas cerradas o tarros rojo con especificaciones donde las personas puedan botar ese material.
La recolección de los desechos
Desde enero hasta julio de este año, la ciudad produjo 390.549 toneladas de basura. Durante los meses de pandemia -desde marzo hasta septiembre-, han sido muchas las toneladas de residuos biológicos (material infeccioso como son considerados los tapabocas, por ejemplo), que han recogido las diferentes empresas prestadoras del servicio de aseo de Cali.
Desde Promo Cali, en ese periodo de tiempo se han recolectado cerca de 460 toneladas de desechos biológicos. Para su manejo, se debe contar con un transporte especial bajo unas normativas que garantizan el manejo adecuado de los residuos desde su generador, el gestor y su disposición final.
Así lo señaló Julián Duque Trujillo, gerente general de la operadora, quien además contó que entre los elementos de bioseguridad que más han desechado los ciudadanos durante este tiempo, como era de esperarse, están tapabocas, guantes, batas y demás.
Asimismo, precisó que “en el último trimestre (julio, agosto y septiembre) se ha incrementado un 12 % la generación de estos residuos en comparación al año 2019”.
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Por su parte, Katherine Arteaga, vocera de Ciudad Limpia, señaló que “desde el inicio de la pandemia se decretaron los protocolos para el manejo de residuos de implementos de bioseguridad como tapabocas, guantes, caretas, se indicaba que se deben disponer en una bolsa para el carro recolector y después la disposición final. También aclaró que en caso de tener una persona con covid o sospecha, este tipo de residuos debe entregarse al carro recolector pero en doble bolsa y garantizando que el residuo no sea objeto de separación en la fuente por parte del reciclador, y todo va al carro recolector”.
Asimismo, comentó que especialmente “en la noche y madrugada encontramos muchos tapabocas en espacio público, guantes ya no tanto, al inicio de la pandemia sí había muchos, porque la gente es un poco indisciplinada, se lo va quitando y lo va dejando donde quiera o se le ocurre. En estos casos, el personal lo recoge con los elementos de bioseguridad, no hay peligro que se vaya a contaminar, pero lo ideal es que la gente haga un manejo adecuado”, reiteró Arteaga.
No obstante, aclaró: “no todos los operarios encuentran a diario estos elementos tirados; de pronto unidades residenciales han hecho un manejo que los separa, otros los dejan abiertos; algunos recicladores no son muy comprometidos, los escogen y los sacan, pero no es muy común”.
Por ello la invitación, puntualizó, es a generar consciencia del uso adecuado de los residuos. “En este caso hay que tener mayor cuidado por el impacto de contaminación que tienen. No arrojarlos en el espacio público, presentarlo al carro recolector es esencial”, aseguró Arteaga.
En el mundo, tapabocas y guantes han sido encontrados en ríos y en el fondo del mar causando problemas ambientales.
Disposición final
Todos los residuos de la ciudad van directamente al relleno sanitario Colomba El Guabal, ubicado en Yotoco.
“Cuando los operadores (de Emsirva en liquidación) recogen toda su producción, la evacúan en una estación de transferencia, ahí se cargan esos residuos en vehículos de mayor capacidad y estos a su vez los transportan hasta el relleno sanitario de Yotoco”, explicó Jaime Artunduaga Valenciano, coordinador técnico operativo de Emsirva en liquidación.
Asimismo, especificó que hay dos tipos de residuos: los hospitalarios ordinarios que son tapabocas, guantes, gasas, algodones, entre otros elementos “que se recogen y se llevan a una planta donde se esterilizan a unas altas temperaturas, y después se descargan directamente en el relleno sanitario porque ya no tendrían ningún inconveniente”.
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Los otros residuos llamados ‘homonopatológicos’, “que son partes de cuerpos, elementos que se utilizan para hacer transfusiones de sangre, los cuales tienen un grado de contaminación mayor, esos van a un horno incinerador y se consumen”, añadió Jaime Artunduaga.
De igual forma, puntualizó que durante la pandemia, los elementos como tapabocas, guantes, “la recomendación es empacarlos en una bolsa sellada y se entregue en la ruta. Se mezcla en el relleno, pero no hay riesgo de contagio porque se hace un tratamiento de los residuos en un sitio autorizado y se está teniendo un buen manejo”, aseguró.
Las mascarillas de polipropileno, que son de uso quirúrgico y tienen una efectividad superior al 90 % en la protección ante los virus, pueden tardar más de 400 años en descomponerse.
Descomposición
De acuerdo con Carlos Humberto Barreto Tovar, director de la Licenciatura en Ciencias Naturales de la Universidad de La Sabana, la mayoría de los tapabocas están fabricados con polipropileno, que es un material plástico que se descompone en microplásticos que terminan en los ríos y los mares y son consumidos por la fauna marina. Se calcula que un tapabocas puede llegar a tardar 400 años en descomponerse.
Riesgos para la salud
Si las personas no hacen la disposición adecuada de los tapabocas, guantes y demás elementos de protección personal, cuando los entregan al operario, quien lo manipularía podría estar en riesgo si no utiliza bioseguridad.
De hecho, el bacteriólogo Eduardo Varela, dijo: “sería un riesgo para la salud de ellos y también para los ecosistemas donde pueden llegar estos desechos, si no van a un sitio específico, ya que hay gente que no utiliza el servicio de recolección de basura, sino que los transporta a otros sitios, pues entonces lo que está llevando son otros focos infecciosos, y ahí pone en riesgo no solo a las personas sino a los animales porque ellos empiezan a abrir esas basuras y puede llegar a darse una transmisión”.
Es por esto que explicó que en las empresas que manejan personal, ”estos tapabocas desechables deberían disponerse al final del día en una bolsa roja e ingresar en una ruta hospitalaria, contratar un servicio y así asegurar que van a tener una disposición final acorde con las normas de bioseguridad”.
Además, el bacteriólogo Eduardo Varela agregó que las personas que están en casa, deben desechar estos elementos en una bolsa roja, “podrían ser rociados con alcohol, taparlos y entregar esa bolsa marcada al servicio de recolección, la empresa de aseo así está enterada de que ahí va ese material que podría ser contaminante”.