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ISABEL ALLENDE

Isabel Allende devela las claves de 'Violeta', su nueva novela

Esta semana se publicó ‘Violeta’, la nueva novela de Isabel Allende, donde cuenta la historia de una mujer apasionada que vive 100 años y en una carta a su nieto hace un retrato íntimo del siglo XX y las primeras décadas del XXI.

26 de enero de 2022 Por: Elpais.com.co
Isabel Allende, escritora chilena.

En 1920, durante un día de tormenta, nació Violeta. Era el año de la peste o “gripe española”, y allí, en un país cuyo nombre se desconoce, pero podría ser cualquiera de Latinoamérica, fue recibida por su familia.

Así empieza ‘Violeta’, la nueva novela de Isabel Allende, donde su protagonista, una mujer ya centenaria decide escribir una carta a su nieto en el lejano 2020, cuando el mundo es impactado por una nueva peste, la del Covid-19, y en esa misiva retrata todo el siglo que vivió, sus guerras, sus luchas sociales, sus amores, sus duelos, los errores de su generación y las esperanzas que alberga para el nuevo siglo que empieza.

La novela, que sería el libro número 25 de la larga trayectoria de Isabel Allende, se publicó este martes en simultáneo para Latinoamérica, España y Estados Unidos, tanto en español como en inglés. Con esta nueva historia que abarca la vida de una mujer apasionada, su familia y su siglo, la escritora latinoamericana más leída en el mundo regresa a la ficción, después de publicar su libro autobiográfico de perfiles y ensayos, ‘Mujeres del alma mía’, en 2020.

Isabel Allende, quien cumplirá 80 años este 2 de agosto, demuestra en ‘Violeta’ que su creatividad y lucidez siguen más atentas que nunca para reflexionar sobre el presente e inspirar con la literatura.

‘Violeta’ es la historia de una mujer cuya vida empieza y termina con una pandemia. ¿Por qué ese arco temporal?
El siglo XX fue fascinante y terrible, un siglo de guerra, genocidios, bomba atómica, Holocausto, y también gran progreso en áreas sociales, florecimiento del feminismo, desarrollo tecnológico y científico, etc.

Violeta vive hasta los cien años. En su lecho de muerte, aislada por la pandemia reflexiona, recuerda y le escribe a su nieto. Pensé que sería poético colocar su siglo entre las dos pandemias. Ahora que vivimos bajo la Covid-19, podemos imaginar fácilmente lo que fue la pandemia de influenza hace un siglo. Pasaron muchas cosas en estos años y aquí estamos, en el mismo lugar. ¿No es irónico?

Se intuye que hay elementos de la novela que están inspirados en acontecimientos de su historia familiar y, en especial, de su madre.

Cuando murió mi madre, hace tres años, muchas personas me sugirieron que escribiera sobre su vida. No pude. Estaba demasiado cerca de ella, no tenía distancia ni perspectiva para verla como un personaje. No tuvo una vida excepcional, pero vivió casi un siglo, un siglo fascinante de grandes cambios para la humanidad; en la correspondencia que mantuvimos, registró la mayor parte.

Mi madre era emprendedora, lúcida, visionaria, artista y muy fuerte, pero vivió siempre sometida, primero a su padre y después a su marido.
La criaron para ser hija, esposa y madre. Nunca pudo mantenerse sola y al no tener independencia económica, no pudo desarrollar sus talentos. 

Supongo que al crear al personaje de Violeta, quise que fuera física, emocional e intelectualmente como mi madre, de la misma generación y clase social, pero con otro destino.

¿Es cierto que se escribió cartas con su madre, todos los días desde 1986 hasta que murió?
Me separaron de mi madre cuando tenía 16 años. Ella estaba en Turquía con mi padrastro, que era diplomático, y yo estaba en Chile en la casa de mi abuelo. Empezamos a escribirnos casi todos los días. Las cartas tardaban semanas en llegarnos, pero no importaba, no era una conversación, era un monólogo compartido, ininterrumpido. Estuvimos separadas la mayor parte de nuestras vidas y mantuvimos el hábito de la carta diaria. Guardé sus cartas y copias de la mayoría de las mías.

Recientemente, mi hijo decidió archivar docenas de cajas con esa loca correspondencia. Calculó que tengo 24.000.

Entre todos los recuerdos, emerge el que es, sin duda, el más doloroso para una madre. ¿Han cambiado los años la forma en que afronta escribir sobre la pérdida y el duelo?

He escrito y contado mucho sobre la muerte de mi hija. Eso me ha conectado con infinidad de lectores y lectoras en todo el mundo. Todavía hoy, casi 30 años más tarde, recibo varios mensajes semanales sobre el libro. Paula está presente a diario en el trabajo que realiza mi fundación.

Su espíritu me acompaña siempre. El duelo, que al principio era un dolor paralizante, se ha ido transformando en un recuerdo vívido y poético.

Llevo a mi hija bajo la piel, estoy viviendo los años que ella no alcanzó a vivir y quiero hacerlo como lo hubiera hecho ella: con generosidad y alegría.

Parte de la trama de ‘Violeta’ está inspirada en hechos reales, ¿era su intención reflexionar sobre la historia del siglo XX?
He escrito varias novelas históricas, siempre me ha interesado mucho el impacto del pasado en el presente. Mis personajes no están desvinculados del mundo real, los acontecimientos sociales y políticos impactan en sus vidas. Mi propia vida ha estado determinada por eventos externos que no pude controlar. No puedo narrar mi propia vida sin referirme a esas circunstancias. De la misma manera, no puedo crear personajes creíbles —complejos y contradictorios como lo son las personas reales— sin describir el tiempo y el lugar donde viven.

La novela traza un itinerario sentimental del amor y la sexualidad de Violeta, que recorre todas las edades, desde su juventud a la vejez. ¿Por qué quiso describir estos diferentes momentos del amor?
Supongo que pude escribir sobre eso porque es lo que me ha ocurrido a mí. Me casé a los 77 años y estoy viviendo un amor tranquilo y contento basado en la confianza y en la gratitud.

Sabemos que nos quedan pocos años de vida, queremos gozar este momento. Estamos muy agradecidos de este regalo en la vejez, tan inesperado. Cumpliré 80 años en 2022, valoro el amor más que nunca. A menudo me preguntan cómo es amar en esta etapa. Es como enamorarse en nuestra juventud, pero con más paciencia, tolerancia, buen humor. Tenemos que disfrutarlo. Eso es lo que hace Violeta en su vejez, cuando se enamora del observador de aves noruego.

Soy una romántica invencible. Siempre he estado enamorada desde los siete años hasta el día de hoy. Así que no es de extrañar que el amor aparezca constantemente en mis escritos. Creo que es la fuerza más poderosa del mundo, de diferentes formas, mueve todo en la naturaleza.

En algunos episodios históricos de la novela hay un reflejo exacto de situaciones actuales. ¿Tan poco hemos evolucionado como sociedad?

Hemos evolucionado mucho como sociedad, pero como seres humanos seguimos siendo los de siempre, con las mismas pasiones que nos inducen a cometer los mismos errores una y otra vez.

En los 80 años de mi vida he visto el progreso. La curva de la humanidad es ascendente, pero no es recta, por eso nos parece que no avanzamos. Hay que mirar la historia para comprender que no estamos peor que antes, estamos mucho mejor.

Sobre las dictaduras

¿Por qué regresa al tema de las dictaduras en esta novela?
La dictadura en Chile cambió el rumbo de mi vida y la de millones de chilenos. No fue la única, lamentablemente. Hemos sufrido dictaduras militares y de derecha en casi todo el continente, también algunos gobiernos totalitarios de izquierda. En Centroamérica se perpetraron genocidios contra los pobres y los indígenas. No se puede contar la historia del siglo en Latinoamérica sin referirse a la situación política y social, a la extrema violencia (especialmente contra las mujeres) que nos ha marcado y sigue marcándonos.

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