Ojo, dueños de perros en conjuntos residenciales podrían enfrentarse a una multa de $700.000

En un contexto donde la convivencia en conjuntos residenciales exige el respeto de reglas claras para garantizar el bienestar colectivo e individual, también hay normas establecidas para los propietarios de mascotas.

Aunque la decisión de tener animales como perros y gatos en los hogares es una decisión personal y en ocasiones familiar ya sea por su compañía, temas de seguridad o amor por ellos, su estadía en zonas comunes se encuentra estrictamente regulada y el desconocimiento de las normativas podría desencadenar afectaciones económicas a través de sanciones.

Por lo tanto, los dueños de perros en Colombia enfrentan una multa de $711.750 si no cumplen con las normas de tenencia responsable al transitar con sus mascotas en áreas comunes como pasillos, jardines y ascensores.

La normativa que respalda estas sanciones combina disposiciones del régimen de propiedad horizontal y el Código Nacional de Policía y Convivencia. Según la Ley 675 de 2001, las copropiedades pueden regular actividades que afecten la seguridad, la tranquilidad o la salud de los vecinos, incluso cuando estas están relacionadas con la presencia de animales.

Sin embargo, la sanción económica más fuerte proviene del Código Nacional de Policía, que consolidó los lineamientos de la tenencia responsable de mascotas, incorporando obligaciones como el uso obligatorio de correa para todos los perros y el bozal para aquellos considerados “potencialmente peligrosos”, tanto en espacios públicos como en zonas comunes del conjunto residencial.

El valor de la multa, equivalente a 15 salarios mínimos diarios legales vigentes en 2025, busca disuadir conductas que pongan en riesgo la convivencia de los habitantes del conjunto residencial.

No respetar estas obligaciones puede implicar no solo la sanción económica, sino también

Las administraciones de propiedad horizontal podrán tomar medidas más severas si la conducta del animal representa un peligro constante para la comunidad, especialmente para los menores de edad. También están facultadas para aplicar sus propios reglamentos internos, siempre y cuando estos hayan sido aprobados democráticamente en asamblea, y deben convivir con las normas superiores establecidas por ley.

Esto significa que los manuales de convivencia no pueden contradecir la normativa nacional, y las sanciones impuestas deben tener sustento legal.

Más allá de las multas, la tenencia responsable implica recoger los desechos de las mascotas, garantizar que no causen molestias o daños y respetar los espacios usuales.

De esta forma se promueve un ambiente armonioso entre los residentes y se evita que las sanciones afecten el bolsillo de los propietarios.