Colombia
El orgullo LGBTIQ+ se viste de muchos colores en Cali y Colombia; conozca la historia de esta conmemoración mundial
En Colombia, la primera marcha del orgullo se realizó en 1982, dos años después de la derogación del Código Penal que consideraba la homosexualidad un delito. Sigue la lucha por los derechos.

28 de jun de 2025, 07:48 p. m.
Actualizado el 28 de jun de 2025, 07:48 p. m.
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La población multicolor inunda calles y avenidas, las tonalidades de la diversidad se toman los lugares donde mucho tiempo atrás era prohibido demostrar un afecto diferente al normativo.
La bandera arcoíris del orgullo LGBTIQ+ (lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, intersexuales y queer) es mucho más que una decoración colorida: representa orgullo, espacios seguros y apoyo inquebrantable a la diversidad.
Creada por Gilbert Baker en 1978 por encargo de Harvey Milk, conocido como el primer cargo electo abiertamente gay en California (EE. U.U.), esta bandera debutó en el Desfile del Día de la Libertad de Gays y Lesbianas en San Francisco el 25 de junio de ese año.

Inspirada en la bandera de Estados Unidos, su versión original tenía ocho franjas, cada una con un significado: rosa (sexo), rojo (vida), naranja (curación), amarillo (luz del sol), verde (naturaleza), turquesa (magia), azul (armonía) y morado (espíritu).
Tras el lamentable asesinato de Harvey Milk en noviembre de 1978, la demanda de la bandera aumentó, lo que llevó a eliminar las franjas rosa y turquesa por limitaciones de fabricación. Los seis colores del arcoíris restantes se convirtieron en el símbolo perdurable del orgullo gay y la lucha contra la homofobia.
Como afirma Robert Kesten, del Museo Stonewall, la bandera muestra que “la comunidad LGBT existe en todas partes, ejemplificada por el arcoíris”.
Con motivo del mes del orgullo LGBTIQ+, celebrado a nivel internacional en junio, diversas organizaciones en Colombia, hacen un llamado a la ciudadanía y al Estado para garantizar el respeto y protección de los derechos de lesbianas, gays, bisexuales y personas trans en el país.
Es por eso que cada 28 de junio, diversas ciudades en todo el mundo y a nivel nacional vuelven a teñirse de colores con marchas y manifestaciones que buscan visibilizar a una comunidad que, pese a avances constitucionales, continúa enfrentando violencia y discriminación.

Organizaciones en Colombia y el Valle del Cauca
Desde 2004, Colombia Diversa trabaja en el país promoviendo litigios estratégicos, incidencia política e investigaciones sobre derechos humanos, con el objetivo de construir una sociedad en la que todas las personas puedan amar, ser y expresarse sin miedo a represalias.
En un contexto donde hace apenas unas décadas era impensable hablar de matrimonio igualitario, adopción o siquiera manifestar afecto en público sin riesgo, la labor de esta ONG a nivel nacional ha sido clave para transformar la realidad jurídica y social de miles.
El informe ‘Entre el miedo y la resistencia’, elaborado por Colombia Diversa, muestra con crudeza el panorama: solo en 2016, 108 personas LGBTIQ+ fueron asesinadas, y apenas en dos casos hubo responsables judicializados.
Las cifras actuales continúan siendo alarmantes, mientras la impunidad alimenta un ciclo de violencia que golpea especialmente a quienes son más visibles en su diversidad.

Déborah Skenassy, directora ejecutiva de Santamaría Fundación, hace un fuerte llamado a las autoridades locales, departamentales y nacionales para que cumplan con sus obligaciones en materia de derechos humanos y garanticen la vida, integridad y libertad de las personas trans en Colombia.
En diálogo con El País, Skenassy explicó que Santamaría Fundación es una organización de base comunitaria con más de 20 años de trabajo, centrada en la defensa de los derechos humanos de mujeres trans, trabajadoras sexuales, habitantes de calle y estilistas, especialmente en Cali y el Valle del Cauca, aunque con redes colaborativas en todo el país.
“Somos una organización que históricamente ha impulsado agendas de personas trans, de las que hacemos parte la mayoría en la organización”, afirmó.
Desde su experiencia, la entidad trabaja en procesos de exigibilidad de derechos, incidencia política, movilización social y formación política, con el objetivo de brindar herramientas a mujeres trans para que puedan defender sus derechos.
Además, a través del Observatorio Ciudadano Trans, “documentamos y hacemos observancia a la realidad de los derechos humanos de las mujeres trans en diferentes temas como transfeminicidios, tentativa de transfeminicidios, violencia policial, violaciones de derechos sociales, económicos y culturales; todo esto muy en clave del derecho a la salud, a la educación de personas privadas de la libertad. También tenemos un programa que hace acompañamiento psicosocial y psicojurídico a mujeres trans, hombres gay y bisexuales privados de la libertad en el centro carcelario de Villahermosa”.

Skenassy destacó que, pese a importantes avances impulsados por el movimiento social trans, la respuesta del Estado sigue siendo “tibia e insuficiente”.
Igualmente, resaltó la reciente socialización de la primera ruta para el acceso a la Justicia de mujeres trans víctimas de violencias basadas en identidad o expresión de género no normativa. Aunque el proyecto estaba planeado solo para Cali, Santamaría Fundación decidió elevarlo al nivel nacional.
Skenassy alertó sobre el hecho de que, desde hace dos décadas, el Valle del Cauca ocupa el primer lugar en cifras de violencias transfóbicas, incluidas violencias policiales y transfeminicidios, según reportes propios y de otras organizaciones, “los informes muestran consistentemente que seguimos siendo la población más violentada”.
Cali tuvo su primera marcha en 2001
La primera marcha del orgullo en Cali se realizó en el año 2001, así lo cuenta Mao Garcés, activista a favor de los derechos de la población LGBTIQ+, “partimos desde lo que hoy es la plazoleta Jairo Varela —que en ese entonces aún no existía— y caminamos por toda la Calle Quinta hasta llegar a la Plaza de las Banderas. Fue una movilización pequeña, conformada por unas 20 o 25 personas".
“La organización estuvo a cargo de la Fundación Vivir Mejor, liderada por Denis Silva, junto con Daniel Agudelo y Eugenio Sánchez, quienes encabezaron la convocatoria. También se contó con el respaldo de algunas discotecas de la ciudad. Recuerdo una anécdota muy particular de ese día: en mi caso personal, era el año 2001, yo apenas estaba saliendo del clóset y decidí asistir bastante maquillado. Resultó que solo dos personas íbamos maquilladas, y justamente sobre nosotras se concentraron las cámaras de los medios que cubrieron la marcha”, recordó.

“Este primer desfile del orgullo fue muy significativo, porque marcó la primera vez que se realizó una movilización de este tipo en Cali. Aunque éramos apenas unas cuantas personas en la calle, muchos otros nos acompañaron de forma indirecta: algunos iban en sus carros, daban vueltas y regresaban para seguir viendo la marcha; otros caminaban de manera paralela por las aceras, sin atreverse aún a unirse directamente, pero haciéndose presentes. Fue, sin duda, un momento muy bonito para la ciudad, un acto pionero que abrió camino para las futuras manifestaciones del orgullo”, concluyó.
Ley Sara Millerey
Este año, la demanda es contundente: sacar adelante la Ley Integral Trans, considerada una deuda histórica con una de las poblaciones más vulneradas del país. Denominada también Ley Sara Millerey, en memoria de la mujer trans asesinada en abril en Antioquia, esta iniciativa busca garantizar derechos fundamentales para personas trans y no binarias.
Actualmente, el proyecto ha logrado superar el primer filtro en el Congreso, la Comisión Primera de la Cámara de Representantes, donde fueron aprobados 45 de sus 50 artículos. Para convertirse en ley, aún debe pasar tres debates.

Comunicador social y periodista de Univalle, a la que le debo todo. Bailador caleño, realizador y apasionado por el cine documental, como dice Patricio Guzmán: "Un país que carece de cine documental es como una familia sin álbum de fotografías".