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Salud

¿Cuáles son los mitos y verdades a la hora de donar sangre? Expertos explican su importancia

El 14 de junio es el Día Mundial del Donante de Sangre, una práctica que se debería convertir en hábito.

Profesionales de la Cruz Roja, seccional Valle del Cauca, se encargan de recibir a las personas que desean donar su sangre.
Profesionales de la Cruz Roja, seccional Valle del Cauca, se encargan de recibir a las personas que desean donar su sangre. | Foto: Bernardo Peña / El País

13 de jun de 2025, 10:44 a. m.

Actualizado el 13 de jun de 2025, 04:36 p. m.

Cuando se trata de donar sangre, son múltiples las excusas para evitar hacerlo. Algunas de las más conocidas son “tengo el periodo menstrual”, “tengo tatuajes” y “soy fumador”. Pero estos, son mitos.

Para ser donantes, las personas deben ser mayores de 18 años y menores de 65, pesar más de 50 kilos, no haber tenido cirugías en los últimos seis meses, esperar entre seis y doce meses si se ha hecho algún tatuaje o piercing y no haber consumido alcohol en las últimas 48 horas.

La falta de información con frecuencia alimenta prejuicios de todo tipo que impiden que en el país se instaure una cultura de la donación. Además de los anteriores, existen otros mitos a los que los profesionales de salud se enfrentan en su día a día al momento de requerir sangre para alguno de sus pacientes.

Después de obtenidas, las muestras son guardadas en lugares en donde la temperatura las conserva hasta que son utilizadas.
Después de obtenidas, las muestras son guardadas en lugares en donde la temperatura las conserva hasta que son utilizadas. | Foto: Bernardo Peña / El País

Sandra Lorena Jiménez es médica del hemocentro de la Cruz Roja Colombiana, Seccional Valle del Cauca, en donde se desempeña como acompañante de procesos de hemovigilancia.

Según ella, la primera de las falsas leyendas es: la sangre, una vez extraída del cuerpo de la persona, pasa a la venta. Si bien es cierto que el procesamiento y la atención prestada en los bancos de sangre implica un costo operativo, pues se trabaja con tecnología de punta, este es asumido por las instituciones prestadoras del servicio.

“Sí existe una retribución económica por el procesamiento, pero la donación como tal es algo completamente altruista”, indica Jiménez.

La segunda creencia errada está relacionada con la idea de que los hemocentros funcionan como bancos que guardan las unidades hasta que los donantes las necesitan. Aunque en países europeos esto es posible, en Colombia es distinto.

“Quisiéramos decirles a todos los donantes ‘si tú donas hoy, y mañana tu mamá lo necesita, lo vas a tener’. Pero no podemos prometer lo que no es posible, porque no tenemos toda la cultura ni la constancia en las donaciones, de manera que no hay suficientes unidades”, explica la doctora.

En el imaginario general sobre la donación también hay espacio para aspectos estéticos. Por eso, otro de los mitos tiene que ver con la sospecha de que, una vez hecho este procedimiento, la persona engordará.

Para la médica Jiménez, aunque más del 60 % del peso de una persona proviene de líquidos, estos no se alojan necesariamente en el torrente sanguíneo, tal y como se cree. “A veces esa es la percepción que tiene la gente, que le van a sacar sangre y va a quedar más flaca o se va a poner fea, pero el volumen de tu peso no depende del volumen de sangre que vamos a extraer”, dice.

La doctora Sandra Jiménez es la encargada de verificar que el proceso de donación se dé de manera exitosa, tanto para el donante como para la persona que recibirá la sangre.
La doctora Sandra Jiménez es la encargada de verificar que el proceso de donación se dé de manera exitosa, tanto para el donante como para la persona que recibirá la sangre. | Foto: Bernardo Peña / El País

Un último mito corresponde a quienes acuden a donar sangre con otros propósitos: descartar alguna enfermedad de transmisión sexual.

“Si tú quieres saber si estás sano y no portas VIH, sífilis, hepatitis o alguna otra infección, tienes que ir al médico”, aconseja la médica, y agrega que, en los casos en los que esto se conoce después de realizar la extracción de sangre en el centro de acopio, deben proceder a incinerarla.

¿Qué ocurre con la sangre que dono?

Una vez obtenidas las unidades de sangre, estas pasan por una cadena de frío que busca preservarlas hasta el momento en el que sean requeridas. Esto se hace en bancos de refrigeración, lugares en donde la temperatura está parametrizada, y va hasta las neveras en las que son transportadas a los centros de salud.

Al proceso de determinar el estado en el que salen y llegan las unidades se le conoce como hemovigilancia.

Este procedimiento es de vital importancia, dado el tiempo de vida útil de la sangre.

Según Gloria Amparo Gallego, bacterióloga y directora del Banco de Sangre del Hospital Universitario del Valle (HUV), “la sangre tiene una vida útil de 42 días, mientras que las plaquetas solamente de 5. Los componentes celulares como el plasma, en una temperatura menor a 25°C, alcanzan a durar hasta un año”.

Antes de transfundir la sangre, se realiza una prueba cruzada, un examen que determina que el sistema inmunológico de la persona a la que va dirigida no va a rechazarla.

Este estudio se realiza debido a que no todos los tipos de sangre son compatibles entre ellos, y aún entre los compatibles puede haber casos adversos que dificulten el éxito del procedimiento.

Para la directora del Banco de Sangre del HUV, las personas con tipo de sangre O+ registran mayores cifras de requerimientos, debido al porcentaje de la población que lo tiene.

Los centros de acopio de sangre en la región disponen de tecnología de punta para la extracción de sangre y sus compuestos, como el plasma.
Los centros de acopio de sangre en la región disponen de tecnología de punta para la extracción de sangre y sus compuestos, como el plasma. | Foto: Bernardo Peña / El País

“Aproximadamente el 60 % de la población es O, tanto + como -, y es el que más se requiere, porque, en caso de alguna emergencia, como cuando alguien llega en un estado de shock y necesita ser transfundido sin pruebas, le pasamos el O”, explica Gallego.

Por el contrario, en casos como el AB-, el tipo de sangre menos común, la demanda es por tanto mucho menor.

Frente a este último, centros de acopio como el de la Cruz Roja prefieren optar por la prudencia: “Si no tengo una demanda del grupo AB, no voy a perder el componente por vencimiento, ya que es algo vivo”, dice la doctora Jiménez y añade que en estos casos lo que se hace es instar al potencial donante a estar pendiente de que desde el hemocentro se pongan en contacto con él para cuando sea necesaria una transfusión de ese tipo.

La donación como un hábito

A la hora de donar sangre, lo más importante es hacer de ello un hábito.

Este es el caso de Andrea Ortiz, estudiante de ingeniería mecánica, quien en 2017 aceptó donar gracias a la invitación de un amigo de la universidad.

Desde aquella primera vez, Andrea (O+) acude a donar por lo menos una vez al año. Según ella, la atención en los puestos ha sido permanente, y lo hace por la satisfacción de ayudar a quienes lo necesitan.

“Es muy bonito cuando, después de unos días, te llaman a decirte ‘se utilizó tu sangre y nos sirvió de mucho’”, opina.

Por su parte, Valentina Jojoa, analista de selección de personal en la Clínica Colombia, pudo donar por primera vez el año pasado en una de las jornadas que se realizaron en su empresa. Según cuenta, aunque había querido donar desde antes, no había podido debido a que no cumplía con el peso mínimo requerido.

Valentina asegura haberse sentido nerviosa, pues no estaba segura de la cantidad de sangre que le extraerían, además de que vio cómo un hombre que donó antes de ella se descompensó. Sin embargo, cuando llegó su turno no hubo mayor inconveniente. “A mí me sacaron la sangre relativamente rápido, de cinco a diez minutos”.

Aunque su mamá la había aconsejado en contra de esta decisión, la joven había escuchado que la donación era benéfica para su organismo, ya que su tipo de sangre (B+) puede ayudar a múltiples personas que lo requieran.

El proceso de donación de sangre trae consigo un registro riguroso del tipo de RH de los donantes.
El proceso de donación de sangre trae consigo un registro riguroso del tipo de RH de los donantes. | Foto: Bernardo Peña / El País

Debido a que no tiene facilidad para acudir a centros de acopio, Jojoa no ha podido convertir la donación de sangre en un hábito, pero espera poder hacerlo en algún momento: “Lo hice en julio del año pasado aproximadamente, pero planeo sostenerlo en el tiempo”.

En caso de estar interesadas en donar sangre, las personas tienen a su disposición los bancos de sangre de la Fundación Valle del Lili, del HUV, del Centro Médico Imbanaco y de la Cruz Roja.

Comunicador Social y Periodista con sensibilidad por las artes, las humanidades y la cultura. Con larga experiencia en la cobertura de la realidad social, tanto regional como nacional. Interesado en cubrir fenómenos de medioambiente, posconflicto y DD.HH.

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