Colombia
Aprender divirtiéndose; conozca la propuesta que impacta a los niños de Urabá
El País pudo conocer de primera mano las estrategias pedagógicas que desde Comfenalco Antioquia se adelantan en esta región de Colombia.
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10 de nov de 2025, 09:54 p. m.
Actualizado el 10 de nov de 2025, 09:54 p. m.
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¿Cómo hacer de la educación un proceso divertido y significativo? Por décadas, esta pregunta ha permeado las aulas de todo el mundo. No obstante, en la región del Urabá, en Colombia, existe un espacio que pareciera haber encontrado la respuesta.
Desde hace 23 años, el programa de Atención Integral a la Primera Infancia (AIPI) de Comfenalco Antioquia brinda sus servicios a las familias de esta zona del país, marcada por una historia de violencia durante el conflicto armado.
A través de la metodología “Crisol”, su propuesta pedagógica tiene como protagonista a la participación infantil, enfocada en la educación inicial de los niños y niñas desde la gestación hasta los cinco años.
“Esta metodología tiene como pilar al arte, la cultura y la participación. Desde esos principios, no trabajamos bajo una pedagogía conductista o tradicional”, explicó Doris Rodríguez Acosta, coordinadora Zonal de Niñez Urabá para Comfenalco Antioquia.
A palabras de Rodríguez, los menores cuentan múltiples competencias y habilidades que les permiten analizar, proponer, construir y resolver problemas.
“Por esta razón, propiciamos escenarios con elementos y estrategias de mediación pedagógica que le permiten a los menores hacerse preguntas, formular hipótesis y también dar solución”, agregó.
Jenny Paola Chanci, profesora del Centro de Atención Integral a la Infancia con sede en el barrio 4 de junio, en el municipio de Apartadó, argumentó que este método permite profundizar en el pensamiento creativo de los pequeños.
“¿Quién no quiso aprender desde el juego?, eso es muy divertido para ellos, no es doloroso y aquí ajustamos ese componente, potencializamos el arte y permitimos que los niños se expresen con libertad, siempre les pedimos que nos cuenten y nos digan más", expresó.
Anualmente, entre 2.800 y 3.000 personas son atendidas por el programa, que también presta sus servicios en Carepa, Turbo y Chigorodó, y el corregimiento de El Reposo.
“Tengo dos niñas y aquí hemos aprendido muchas cosas. Mis hijas vienen aquí desde que estaban en mi vientre y aquí nos cuidan, nos forman y nos enseñan”, relató Dalila Largo, una madre de familia quien, desde su primer embarazo, hace parte de este centro educativo.
Además de la educación, los niños que asisten a estos espacios reciben aproximadamente el 65% del valor calórico nutricional diario, en desayunos, refrigerios y almuerzos. Así mismo, pueden acceder a expertos en diferentes a áreas de la formación del ser.
“Contamos con acompañamiento psicosocial tanto para los menores como para sus familias e incluye la formación a agentes educativos, entendidos como los padres o cuidadores, para que construyan en sus comunidades una cultura por el cuidado y la protección de los pequeños”, aseguró Rodríguez Acosta.

Sumado a esto, las madres también pueden participar del programa. Clases en convenio con el Sena les permiten obtener conocimientos y habilidades en diferentes manualidades con la que se busca incentivar al emprendimiento.
“A las mamás que no tienen esa forma de trabajar nos enfocan por medio del Sena porque a veces tenemos muchas cosas y nos enseñan a emprender desde la casa, cuidando los niños”, dijo Largo.

Comunicadora social y periodista egresada de la Universidad Autónoma de Occidente. Cuento con habilidades de producción y edición de video, así como conocimientos de diseño que disfruto de unir a mis conocimientos de escritura.
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