Las inútiles ‘Bibliotecas de la Calle’ que están en Cali; ¿un detrimento patrimonial?

Seguramente todos los caleños alguna vez han visto una de estas estructuras (ver fotos) y no tienen claro para qué son. Inicialmente, estos elementos recibieron el nombre técnico de casetas de venta-mogadores, e iban a ser entregadas a vendedores ambulantes. Pero, 20 años después de su construcción, no han sido puestas en funcionamiento y se convirtieron en paisaje.

Normalmente, estas casetas están ubicadas a un costado de los paraderos del MÍO que están en las vías de la ciudad y, con el pasar del tiempo, algunas han sido vandalizadas y hasta son usadas para disponer basuras.

El inicio de este proyecto se remonta al año 2000, durante la alcaldía de Ricardo Cobo, cuando fueron entregadas para su administración a una empresa.

“Estos módulos eran para los vendedores de revistas, periódicos, chicles y cigarrillos. En ese entonces, la empresa Eucol firmó un contrato con la Alcaldía y los llamaron ‘Bibliotecas de la Calle’. Nosotros hicimos una propuesta de diseño, pero, cuando las entregaron, nos sentimos engañados porque eran tan pequeñas que no se podía exhibir mercancía ni taparse del sol o del agua. Por eso no se recibieron”, expresó Jimmy Núñez, presidente del Sindicato de Vendedores Ambulantes y Estacionarios de Cali, Sintraviecali.

La propuesta inicial de esta agremiación era que las casetas tuvieran una medida de 1,50 metros de ancho por 1,20 metros de alto, pero miden 80 centímetros de ancho por 2 metros de alto.

“Ya llevan 25 años puestos, los han trasladado e incluso tratado de entregar con diversos temas políticos, pero no se ha podido. En su momento, nosotros denunciamos, unos pocos años después de iniciado el proyecto, pero no hemos obtenido ningún resultado”, agregó Núñez.

¿Se podría considerar detrimento patrimonial?

En total, el proyecto contempló la construcción de 160 de estos elementos, los cuales estaban enmarcados en el contrato de concesión de publicidad del Municipio con Eucol, que tuvo un costo de $ 29.200 millones.

 Producto de ese contrato, se entregaron 4905 elementos de mobiliario urbano en el año 2005, entre ellos las 160 casetas.

 Dicho acuerdo también contempló la instalación de los módulos que exhiben publicidad en los paraderos del MÍO. Estos sí llegaron a operar, pero las casetas nunca lo hicieron.

 El País consultó a la Personería de Cali para conocer si actualmente existe una indagación abierta por este hecho, pero se precisó que no existe ningún seguimiento a este proyecto.

 Este diario también se comunicó con la Contraloría General de Santiago de Cali, donde aseguraron que actualmente no hay ninguna investigación sobre el particular, pero que sí se tuvieron los ojos puestos en las casetas en el 2020.

 En ese momento hubo una petición ciudadana de indagar a los responsables de instalarlas por un presunto detrimento patrimonial, pero, debido al tiempo que transcurrió, no se tuvo mayor resultado.

La Contraloría respondió que, según la Ley 403 de 2020, “la acción fiscal caducará si transcurridos diez años desde la ocurrencia del hecho generador del daño al patrimonio público, no se ha proferido auto de apertura del proceso de responsabilidad fiscal”.

El resultado de dicha vigilancia del ente de control se emitió el 10 de mayo de 2021, es decir 16 años después de la instalación de los elementos.

Y, como no se abrió un proceso con anticipación, la responsabilidad fiscal de los implicados caducó.

 No obstante, la Contraloría precisó que sí se evidenció que hubo un incumplimiento en la entrega, por lo que se elevó un hallazgo de naturaleza sancionatoria a la Dirección Operativa de Responsabilidad Fiscal, Cobro Coactivo y Sanciones del ente. Pero, al cabo de un tiempo, esta no prosperó.

 “El 9 de enero de 2020 decidió archivar el proceso sancionatorio contra tres exfuncionarios de la Alcaldía de Cali, al considerar que se trató de una medida contemplada en el Plan de Mejoramiento absolutamente imposible de cumplir por falta de soporte legal necesario, que generó un caso de falta de competencia”, aclaró la Contraloría.

¿La actual Alcaldía tiene conocimiento del caso?

Se debe recordar que la concesión de la Alcaldía con Eucol finalizó en el 2021. Por ello, y teniendo en cuenta que las casetas están ubicadas en algunos paraderos del MÍO, El País se comunicó con Metrocali para obtener respuestas, pero negó tener competencia en el tema.

“Aunque no son de nuestra competencia directa, hemos sostenido una mesa de trabajo con diferentes dependencias de la Alcaldía con la finalidad de acompañar el funcionamiento y entrega de los 50 eucoles (casetas) que se encuentran prestando el servicio de bodega en nuestra estación Menga. El objetivo es que sean entregados a emprendimientos de la ciudad”, comentó Andrea Rodríguez Cáceres, jefe de Cultura y Gestión Social de Metrocali.

Recibida esta respuesta, y con las indagaciones de este medio, se encontró que la responsabilidad de estas casetas fue asignada en febrero de 2024 a la Secretaría de Seguridad y Justicia, que, según indicó, no tiene conocimiento de investigaciones por detrimento patrimonial relacionadas con las casetas.

Esta dependencia también aclaró que, al hacer un seguimiento al proyecto, se encontró que se realizó en diciembre de 2018 una convocatoria para adjudicarlas. Se recibieron 39 solicitudes y, en teoría, 35 cumplieron con los requisitos y pudieron elegir cuál de estos módulos querían.

“Desde el organismo, y de acuerdo con los fallos judiciales allegados, en los cuales se ha ordenado la reubicación de vendedores informales por ocupación irregular del espacio público, se quiere asignar estos módulos, pero la aceptación de los vendedores informales ha sido negativa”, le dijo Javier Garcés a El País días antes de dejar su cargo como subsecretario de Inspección, Vigilancia y Control de Cali.

Sin embargo, los vendedores ambulantes de la capital del Valle del Cauca desmintieron esa situación. “Hemos tenido algunas mesas de trabajo, pero no le hemos propuesto nada frente a ese tema, pero ellos tampoco lo han hecho”, aseveró Jimmy Núñez, presidente de Sintraviecali.

Así las cosas, 20 años después de la instalación de estas casetas, queda claro que las mismas nunca fueron usadas, que no hay responsables castigados por ese posible detrimento y que no hay luces de su puesta en operación.