Cali

Guerra a muerte en el centro de Cali: bandas criminales extorsionan, amenazan y asesinan por el control de las calles

Bandas se disputan el manejo de la prostitución, la venta de drogas y el reclutamiento de ‘trapitos’ y vendedores ambulantes en el Bulevar del Río y los barrios Sucre, Obrero, Calvario y San Nicolás.

Fuentes aseguran que son varias las mujeres e integrantes de la comunidad Lgbti que trabajan en las calles del centro de Cali que han sido golpeadas, amenazadas o que han debido abandonar el sector o la ciudad por la presión de las bandas criminales.
Fuentes aseguran que son varias las mujeres e integrantes de la comunidad Lgbti que trabajan en las calles del centro de Cali que han sido golpeadas, amenazadas o que han debido abandonar el sector o la ciudad por la presión de las bandas criminales. | Foto: Fotomontaje El País

27 de sept de 2025, 11:00 p. m.

Actualizado el 28 de sept de 2025, 07:54 p. m.

“Este es un comunicado de parte de la organización IP a todas esas mujeres que trabajan en el Obrero su vaina; a partir de este sábado, tienen que alinearse con nosotros y cada una pagar sus 50 (mil) de plaza; las que no paguen, serán incomodadas y agarradas de ejemplo para que vean que no es coba”, dice la advertencia firmada con la sigla T.D.A., como haciendo alusión al llamado Tren de Aragua.

A quienes les llegó el panfleto, fechado el 29 de mayo pasado, fueron mujeres y miembros de la comunidad Lgbti que ejercen la prostitución en las calles del Bulevar del Río y los barrios Obrero, Sucre, El Calvario y San Nicolás.

Pero detrás de esa extorsión y amenazas de agresiones, en varios casos ya materializadas y que han sembrado el pánico en algunas trabajadoras nocturnas, se oculta un fenómeno que poco conoce la ciudad: la guerra a muerte que se viene librando entre algunas bandas por el control del centro de Cali.

Varias mujeres e integrantes de la comunidad Lgbti que trabajan en el centro de Cali han sido extorsionadas, amenazas y golpeadas por integrantes de estas bandas, que exigen pago por un espacio en las calles.
Varias mujeres e integrantes de la comunidad Lgbti que trabajan en el centro de Cali han sido extorsionadas, amenazas y golpeadas por integrantes de estas bandas, que exigen pago por un espacio en las calles. | Foto: foto: generada por IA de Gemini / El País

Una confrontación armada que deja, en lo corrido de este año, al menos quince personas asesinadas y en la que están siendo obligados a ser parte del conflicto algunos trabajadores de puestos callejeros de comida, vendedores de cigarrillos y golosinas en chazas o los llamados trapitos, que cuidan carros en las bahías y calles de la ciudad.

Las labores que deben realizar quienes mueven el comercio informal en el centro de Cali, luego de que son reclutados por estas bandas criminales, están claramente definidas, según fuentes oficiales consultadas por El País.

“En el caso de los negocios de comidas callejeras, los utilizan como expendedores de droga o para ocultar armas en puntos estratégicos de la ciudad; y en el caso de los ‘trapitos’, además de que tienen que pagar extorsión para estar trabajando en un punto callejero, son obligados a expender drogas y como campaneros brindando información sobre los movimientos de las bandas rivales”, dijo la fuente.

En cuanto a las mujeres e integrantes de la comunidad Lgbti que trabajan en prostitución en las calles, agrega, “tienen un propósito más nefasto: son utilizadas como vehículo para la venta de drogas, para suministrar escopolamina a clientes que advierte la banda que tienen elementos de valor que pueden ser hurtados y también como campaneras para advertir movimientos de la otras facciones en disputa”.

También las mujeres que tienen adicción a sustancias alucinógenas están obligadas a comprarle a determinado expendedor para su consumo o el de los clientes que las recoge en alguna calle de la ciudad.

Fuentes le aseguraron a El País que las bandas tienen varios negocios de licores y vida nocturna, y que operan como centro de operaciones de los jefes.
Fuentes le aseguraron a El País que las bandas tienen varios negocios de licores y vida nocturna, y que operan como centro de operaciones de los jefes. | Foto: Foto: generada por IA de Gemini / El País

Un comercio de narcóticos al menudeo que, además de la cocaína y la marihuana, distribuyen drogas sintéticas como el Tuci o la cocaína rosada, pero que ha entrado también en disputa por el control de las líneas de comercio de heroína.

“En mi caso me extorsionaron y me obligaban a entregarles parte de lo que me ganaba a una banda que tiene un control fuerte aquí en el centro, solo porque no acepté vender o esconder droga de ellos. Eso es un tema delicado del que es mejor no hablar porque lo matan a uno sin problema”, dijo un hombre dedicado a cuidar carros.

“Esto es tan verraco, que yo anteriormente limpiaba también vidrios en los semáforos y me tocaba darles parte de lo que me ganaba a esos señores. Y ni forma de ocultarles lo que uno se hacía, porque te mantienen controlado”, agrega el hombre mientras revisa su teléfono.

De acuerdo con las personas que aceptaron hablar, durante las 24 horas del día hombres al servicio de las bandas patrullan en motocicleta ejerciendo el control del dinero que ganan los comerciantes informales, de quienes obtienen un porcentaje de su ganancia, que en ocasiones se cancela a través de Nequi.

Esas bandas trabajan por turnos y recogen en cada turno entre dos millones y cinco millones de pesos diarios aproximadamente”, dice.

Una ola de muerte

Si bien la racha violenta que provoca esta disputa por el control de la criminalidad en el centro de Cali deja una cifra verificada por las autoridades de quince personas asesinadas con arma de fuego en lo corrido del 2025, el número de muertos podría ser mayor, porque hay información que aún no logran contrastar plenamente.

Desarticulada la banda ‘La Olla’ en megaoperativo policial en el centro de Cali.
Desarticulada la banda ‘La Olla’ en megaoperativo policial en el centro de Cali. | Foto: Suministrada a El País

De lo que sí se tiene certeza es de que son varias bandas lideradas por antiguos y actuales miembros de organizaciones que tendrían vínculos con personas que se han movido en la historia de Cali con el multicrimen.

Bandas que deben pagar por esas zonas a reconocidos líderes de organizaciones criminales en la capital vallecaucana.

En esta disputa han tomado parte también algunos narcos reciclados que permanecían con bajo perfil en la ciudad y que estarían detrás de las muertes que han sido ordenadas.

La última de ellas fue el asesinato en el barrio Sucre, el pasado 9 de septiembre, de un hombre de 34 años de edad y quien sería el cuñado de uno de los jefes en disputa.

La víctima, quien recibió cinco disparos, tenía anotaciones judiciales por los delitos de concierto para delinquir agravado en un caso de homicidio y violencia intrafamiliar, según una de las bases de datos judiciales consultadas por El País.

De acuerdo con el relato de algunos testigos, esta persona ejercía control en un sector del barrio Sucre mediante préstamos ‘gota a gota’, aunque residía en un barrio de clase media alta, en el norte de Cali.

Varias mujeres y miembros de las comunidad Lgbti han sido extorsionadas, insultadas o maltratadas físicamente por mientras de estas bandas que intentan reclutarlas para sus intereses.
Varias mujeres y miembros de las comunidad Lgbti han sido extorsionadas, insultadas o maltratadas físicamente por mientras de estas bandas que intentan reclutarlas para sus intereses. | Foto: foto: generada por IA de Gemini / El País

“Era una persona muy cordial y decente; y lo veíamos por el barrio e inspiraba respeto. Además de que mediaba para el buen vivir en este sector”, dijo un mecánico que lo conoció.

En rueda de prensa reciente, tras el desmantelamiento de una estructura criminal en el centro de Cali, el secretario de Seguridad, Jairo García, indicó que la estrategia integral de seguridad implementada viene dando resultados. “No bajaremos la guardia: cada esquina, cada barrio y cada corredor de la ciudad, los vamos a recuperar”.

¿Hay Tren de Aragua?

Aunque no existen pruebas de que la banda venezolana conocida como ‘El Tren de Aragua’ tenga hombres en la capital del Valle del Cauca, la noticia falsa de su presencia en Cali se difunde a través del voz a voz como un hecho cierto.

La razón es porque varios de los cobradores que llegan a recibir la extorsión o a insultar o maltratar físicamente a quienes se dedican a actividades como la prostitución o las ventas callejeras son personas llegadas desde Venezuela.

No obstante, fuentes locales aseguraron que estas personas no tienen control de actividades ilegales, sino que han sido también reclutadas por miembros de estas organizaciones criminales para realizar “trabajos sucios” y evitar que los integrantes de estas bandas, otrora al servicio de los capos de la droga en el Valle del Cauca, salgan a dar la cara.

“Los extranjeros son parte de una banda llamada ‘La 10 bis’, que anda de noche armada por el centro, en carros haciendo bulla, consumiendo licor en las calles y envalentonados buscando problemas”, aseguró un líder social del sector.

El Bulevar del Río es uno  de los sitios turísticos de Cali donde más se registra comercio de drogas ilícitas.
El Bulevar del Río es uno de los sitios turísticos de Cali donde más se registra comercio de drogas ilícitas. | Foto: El País

No obstante, la Calle 10 Bis no existe sino la Calle 10 A, pero su nombre hace referencia al sector donde se formó hace cerca de una década una oficina de cobro al servicio del narcotráfico, o de un reconocido ‘narco emergente’ de Cali, pero uno de sus líderes fue asesinado y ellos siguen operando, con menos fuerza y bajo perfil, indicó una de las fuentes.

Varias de las mujeres y las chicas trans “han sido agredidas y abusadas por esta banda, que presiona cobros entre $50.000 y $60.000 semanales para dejarlas que se paren en la calles alrededor de la Carrera 8 con Calle 21, en San Nicolás, y cerca a la zona que hay de moteles”, explicó una persona que trabaja en defensa de la comunidad Lgbti en Cali.

“Varias de las mujeres y de la comunidad trans han sido golpeadas. El año pasado hubo una o dos que debieron abandonar el país por el temor y las amenazas de las que fueron víctimas. Pero tenemos otras que naturalmente no han querido denunciar porque vemos que algunos de los mismos de esas bandas hablan con algunos agentes con mucha camaradería y eso nos genera desconfianza”, indicó.

Al cierre de esta edición, conoció la Unidad Investigativa de El País que se busca esclarecer si otro asesinato reciente en la ciudad está relacionado con esta disputa. De confirmarse, sería oficialmente el asesinato número 16 en lo corrido del año en la puja por el control del centro de Cali.

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