Cali
Entre tumbas y números: la historia de la ‘chontica’ que hace el chance en el cementerio
Todos los domingos, la chontica Cira Narváez llega al Cementerio Metropolitano del Sur para vender chance. Algunos hacen los números de las tumbas de sus seres queridos mientras que otros les apuestan a las lápidas de los famosos: Jairo Varela, Freddy Rincón, ‘Junior Jein’, ‘Palomo’ Usurriaga.

Frente a la tumba de su mamá, Cira Narváez dice que, a veces, hace el chance con el número de la lápida, el 1654. Este domingo 16 de marzo de 2025 decide hacerlo. Después comenta que en un rato volverá a cortar con tijeras la hierba que sobresale alrededor del osario. Antes, debe hacer otros números del chance que le piden los visitantes a este, el Cementerio Metropolitano del Sur, en Cali.
Cira Narváez es la ‘chontica’ que cada domingo llega al cementerio para vender chance. No son pocos los clientes que le piden que haga los números de las tumbas de los famosos. Ella se sabe de memoria, por ejemplo, el 1324, que es el número de la lápida de Freddy Rincón, uno de los más grandes futbolistas de la historia de Colombia.
En la tumba de Freddy siempre hay balones como decoración y una foto suya celebrando el gol que lo inmortalizó: ante Alemania, en el último suspiro de aquel juego de la Selección en el Mundial de Italia 90.

El número de su tumba llegó a hacerse tantas veces, que las casas de apuestas decidieron bloquearlo en su momento.
Mientras recorremos el cementerio haciendo chances, Cira narra su historia. Nació en el Cauca, pero se crio en el Valle. Desde los 19 años -tiene 67- se dedica a la venta de chance. Todo empezó en su casa, con una hermana, cuando decidieron poner un cajón en la cuadra. En aquella época era impensable que el chance se hiciera como hoy, a domicilio y con datáfonos. Cira lleva el suyo siempre en la mano, tiene puesta la camiseta azul con fucsia de las ‘chonticas’, una gorra con el logo de Bet Play y un tapabocas.
Hace unos días no alcanzó a esquivar un aguacero en la calle mientras vendía chance en el barrio Tequendama y la mojada le generó una gripa incipiente que no le impide levantarse de la cama. Cira vive sola, en Siloé, y con lo que se gana vendiendo chance paga el arriendo y la comida, por lo que, explica, no se puede dar el lujo de invertir mucho en juegos de azar.

Ahora nos detenemos en la tumba del maestro Jairo Varela, fundador del Grupo Niche. No son pocos los que aseguran haber ganado con los números de su tumba. La mayoría juega el 25 –que es el número del lote donde está Jairo– con otras cifras.
Es una de las lápidas más visitadas del cementerio. También la más fácil de encontrar, pues está en la entrada, frente a la iglesia. El 9 de diciembre, cuando Jairo cumple años, sus amigos llegan hasta aquí para brindarle serenatas. Esta mañana de domingo su tumba es visitada por una seguidora, Carmen Elisa Borrero. Ella cuenta que vino al sepelio de Jairo, en agosto de 2012, y no cabía una aguja.
“Bendito Dios, que esté en la paz del Señor. En esta vida a uno le hacen la guerra siempre, y solo cuando se muere es que descansa. A mí siempre me gustó su música”, dice Carmen y enseguida le pregunta a Cira cómo cayó la lotería de Boyacá. Ella le responde sin dudarlo: 3365. Después Carmen le pregunta por la lotería del Cauca, y Cira saca de su canguro el listado con todos los números ganadores.
El concejal Roberto Ortiz, uno de los precursores del chance en Cali, asegura que desde que está en el negocio del azar, hace 40 años, conoce que hay ‘chonticas’, como Cira, que van a los cementerios para que los acompañantes a los diferentes entierros jueguen la tumba del que acaban de enterrar.

—Es tan acucioso su trabajo, que saben los números de las tumbas antes que los mismos dolientes. Muchas veces dicho número de la tumba ha caído el mismo día o a los días sale. Igual, las ‘chonticas’ sugieren la placa del vehículo funerario para que los asistentes lo jueguen, e inclusive algunas se consiguen la fecha de nacimiento del finado y lo sugieren– dice Ortiz.
Cira no sugiere números, prefiere que sea la intuición y la fe de cada apostador lo que les indique el número a jugar. Ahora vamos camino a la tumba de Henry ‘La Mosca’ Caicedo, uno de los mejores defensas centrales del fútbol colombiano, exjugador del Deportivo Cali. Junto a la lápida de Henry hay una foto suya, mientras se amarra un guayo, en la previa de un partido en el estadio Olímpico Pascual Guerrero.
Cira dice que no le gusta el fútbol, a diferencia “de los muchachos”, sus hijos. Tiene un nieto al que están promoviendo como jugador profesional.
La tumba de ‘La Mosca’ Caicedo tiene el número 1195, y Cira sugiere jugarlo “seriado”, porque “el combinado paga muy poquito”. Como la tecnología, las formas de hacer chance han evolucionado y hay apostadores expertos, que a diario invierten hasta $30.000. Cira comenta que esa es la forma más fácil de ganar, y recuerda un señor que, tras un sepelio en el cementerio, le hizo un chance de $ 50.000.

Los horarios de Cira, un nombre de origen persa que significa ‘Pastora’, están sincronizados con los sorteos. Ella trabaja en las mañanas. En semana lo hace recorriendo el barrio Tequendama, de Cali; el domingo, en el cementerio. Llega a eso de las 9:00 y se va a la 1:00 de la tarde, cuando juega el Chontico.
Ahora nos dirigimos a la tumba del cantante ‘Junior Jein’, quien nació en Buenaventura el 3 de julio de 1982 y fue asesinado en Cali el 14 de junio de 2021.
Según los apostadores, el mismo día de su sepelio cayó el número de la tumba, aunque todo se trató de un error. Alguien en redes sociales publicó que el número de la lápida era 347. La gente corrió a hacerlo y efectivamente cayó, aunque la lápida tiene inscrito una cifra distinta: 327. La suerte tiene sus maneras de manifestarse.
Cira lee el año de nacimiento de ‘Junior Jein’, 1982, y advierte que el 982 ha caído varias veces en los últimos días. “Es un número lindo”, dice. Mientras hace el chance en el datáfono, comenta que no le teme a la muerte. Que el día que le toque morirse a uno, se murió y listo; sencillo. Cira tiene el temple de quienes se han caído y se han parado de nuevo una y otra vez.

Ahora buscamos la tumba de Albeiro ‘el Palomo’ Usurriaga. Cira no la tiene referenciada. Desconoce que Albeiro jugó en el América, en Independiente de Argentina, en la Selección Colombia, y que un gol suyo nos dio la clasificación al Mundial de Italia 90.
Hace unos años, en 2019, el número de su tumba hizo que 1800 caleños se ganaran el chance. El mito es que cada que se cumple un aniversario de la muerte del ‘Palomo’ –fue asesinado el 11 de febrero de 2004– cae el 3582. El domingo 11, pero de agosto de 2024, el número volvió a caer completo con la lotería Caribeña Día.
Camino a la tumba del ‘Palomo’ pasamos por otras lápidas de personajes famosos, picoteadas por las aves que recorren el cementerio. Está la tumba del narcotraficante Hélmer Francisco Herrera Buitrago, más conocido como ‘Pacho’ Herrera, o la de Agapito Lenis Hinestroza, fundador de la discoteca Agapito.

Mientras hacemos el recorrido, a Cira un sepulturero le dice en broma “buenos días, salada”, y ella muy seria le recuerda que varios clientes suyos han ganado. El premio más grande que recuerda es de $ 6.000.000. Siempre le dan la respectiva comisión.
Un jardinero le cuenta una mala noticia: Ana, la señora que venía cada ocho días a visitar la tumba de su esposo, falleció. Cira lo lamenta. Siempre se sentaba a conversar con ella. Además de hacer chances y recargas de celular, es compañía para los visitantes que llegan solos al cementerio.
Antes de entrar a la iglesia para escuchar la misa del mediodía –Cira jamás se la pierde- un funcionario del camposanto le pide hacer varios números. Tiene una hoja en su mano. Es el listado de los once fallecidos que en este domingo serán sepultados o cremados.
Sin perder de vista el papel, dice:
-Hágame el 9101, el 1423, el 1742, el 1943, el 3276, el 3289, el 5782, el 6908 y el 0374, de $ 300, con Chontico.
Cira se sienta ahora en una banca a las afueras de la iglesia y mientras escucha la liturgia, sigue haciendo chances.
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