Cali Incluyente
Un lugar que recibe a los jóvenes con los brazos abiertos
A través de actividades para el aprovechamiento del tiempo libre se refuerzan valores de los niños y jóvenes de la comuna 9 de Cali.
Sin excepción alguna, niños, niñas y jóvenes del barrio Obrero son recibidos en el programa juvenil de liderazgo que tiene la Fundación del Museo de la Salsa. Este programa busca fortalecer el tejido social en el territorio a través de actividades sociales, culturales y artísticas.
Carlos Molina, director del Museo de la Salsa, contó que la Fundación nació en el 2013 a raíz de las dificultades que se vive en la comuna 9. “El barrio Obrero tiene mucha población vulnerable, por eso, creé una fundación que ayuda en temas de fortalecimiento social para las personas y en especial a los jóvenes. Yo trabajo hace 30 años con esta población y buscamos impactar a los jóvenes y sus familias”.
Asimismo, Molina expresó que la falta de oportunidades es un factor que persiste en el Obrero, por eso, el principal objetivo del programa es mantener a los jóvenes ocupados en diversas actividades sociales y lúdicas para que no caigan en el consumo de sustancias psicoactivas o en actos delictivos.
“Nosotros damos charlas y capacitaciones, también hemos ido con los jóvenes a recorrer Siloé, y próximamente, queremos hacer una jornada de recuperamiento de la zona donde está la Fundación. De igual manera, queremos ayudar a que el parque Obrero esté más limpio, pero la falta de recursos nos frena bastante”, dijo Carlos Molina.
En ese sentido, la Fundación se consolida como un espacio de posibilidades que busca impactar en la calidad de vida de las personas, pues a través del programa de liderazgo se refuerzan los valores en los jóvenes, se les da una perspectiva diferente de la vida y se les impulsa a cumplir sus metas.
“La idea del programa es enfocarse en nuevas oportunidades, brindarle a los jóvenes una visión diferente de su futuro, fortalecer sus conocimientos, habilidades y autoestima para que cada uno pueda tener un plan de vida”, contó Molina.
Actualmente, el programa tiene 26 jóvenes, de los cuales 12 son migrantes venezolanos y la unión y el amor que hay entre todos, es un valor que enorgullece y resalta el director de la Fundación.
El éxito del programa se debe, en gran medida, a la satisfacción que tienen los jóvenes, pues por medio del voz a voz y la amistad que hay entre ellos, se ha generado un reconocimiento para la Fundación. El programa tiene jóvenes que están entre los 14 y 19 años de edad.
Molina recalcó que en la fundación no hay espacio para la discriminación ni la xenofobia. De hecho, a los jóvenes se les inculca valores como el respeto, la tolerancia, el amor y la amistad.
El programa de Jóvenes beneficia a más de 150 personas indirectamente que están en todo el territorio, esta cifra contando a las familias de los niños vinculados, los vecinos que apoyan las actividades, los voluntarios que contribuyen con las funciones en el Museo de la Salsa y el Grupo de música Melaza.
La meta a mediano plazo que tiene la fundación es poder adquirir más recursos y ayudar a más jóvenes que lo necesiten, porque ahora, no cuentan con gran capacidad. Sin embargo, hacen todo lo que está a su alcance.
Por otra parte, el Grupo Melaza es otro destacado del Museo, pues se trata de una orquesta de formación de salsa para jóvenes y adultos.
Joseph Arango, director musical, expresó su sentir respecto al grupo. “Para mi trabajar con el grupo melaza significa un aporte a las futuras generaciones, un aporte cultural, psicológico, mental y hasta medicinal, pues la música logra muchas cosas en la humanidad y que bueno que le transmitimos eso a las futuras generaciones, pues la música nos puede salvar y cambiar nuestras vidas como me pasó a mí”.
Desde hace cinco meses, aproximadamente, que el profesor Arango está dirigiendo el Grupo Melaza han tenido 4 presentaciones, 3 de esas en el Museo de la Salsa y la otra en una fiesta privada.
El grupo tiene 11 integrantes que ensayan todos los jueves en el Museo de la Salsa, ubicado en la carrera 11b #24-44, en El barrio Obrero.
Finalmente, Carlos Molina espera que el Museo siga siendo un referente para locales y turistas, ya que es un lugar insignia de la ciudad en el que las personas pueden conocer la historia y la trayectoria de la salsa. “Considero que el Museo de la Salsa puede llegar a hacer la esperanza para el barrio”, puntualizó Molina.