Nuevos comienzos: la historia de superación de Luz Stella Merentes

A sus 34 años, Luz Stella Merentes dejó atrás su vida en Venezuela, incluyendo su familia, carrera y recuerdos más preciados, para buscar mejores oportunidades en el extranjero. La escasez de alimentos, los salarios impagos y el deficiente sistema de salud la obligaron a renunciar a su empleo de una década como policía y establecerse en Cali, ciudad natal de su madre.

Este nuevo comienzo no estuvo exento de desafíos, pero la perseverancia y el apoyo recibido de diversas organizaciones le permitieron encontrar estabilidad y esperanza en su nueva vida en Colombia. “Es difícil dejar todo lo construido y tener que empezar de cero. Hay mucha frustración, especialmente por el tiempo y el esfuerzo dedicado a mi carrera”, recuerda Luz Stella.

En la Sultana del Valle, la mujer se enfrentó a diversas dificultades por su condición de migrante, por ello tuvo que trabajar en lo que ‘saliera’ y vivir del diario.

“Al principio fue muy duro porque todo está sobre la marcha. Hay que pagar arriendo, servicios y además enviar dinero a Venezuela. Ahí es donde las personas se aprovechaban de la falta de conocimiento”, sostiene, recordando que escuchó, en varias oportunidades, comentarios xenófobos por acciones negativas que hacían algunos de sus compatriotas.

A la par que se desempeñaba como auxiliar de cocina en diversos restaurantes de la ciudad, Merentes hizo el curso de guarda de seguridad, pues sabía que no podía ejercer como policía por superar el límite de edad establecido. Una vez culminada su formación, entregó hojas de vida en ‘todos lados’, sin éxito.

Fue en ese momento cuando Luz Stella encontró el apoyo de la Corporación de Desarrollo Productivo, CDP y el Proyecto Oportunidades Sin Fronteras de USAID,  “Ellos me capacitaron en dos cursos y me enseñaron cómo usar las bolsas de empleo online. Después de eso, se convierten en el trampolín, te comparten ofertas laborales, te acompañan al lugar de la entrevista, te orientan en la construcción de la hoja de vida y te brindan acompañamiento psicológico para que nos podamos destacar. Me ayudaron mucho”, reconoce.

Ahora, gracias a esta capacitación, a sus 41 años, es empleada de Crepes and Waffles como auxiliar de cocina y está próxima a disfrutar de su periodo de vacaciones. “Son las primeras después de tanto tiempo, ¿se imaginan la emoción? Después de tanto tiempo trabajando al día y no poder gozar de los beneficios de estar vinculado formalmente... es un gran alivio”, menciona Merentes.

Su experiencia trabajando en esta exitosa y reconocida empresa colombiana ha sido positiva, pues destaca que se ha adaptado bien a la rigurosidad con la que se trabaja allí. “Desde el día uno, aprendiendo, pero puedo decir que ya tengo todo bien calculado. En cuanto a mis compañeras, me han recibido bien, siempre que les necesito me apoyan”, destaca la mujer migrante, que hoy cuenta con su nacionalidad colombiana como derecho adquirido.

Luz Stella sueña con tener vivienda propia, por medio de su actual trabajo. “La empresa hizo una reunión para las interesadas en un proyecto de vivienda. Hicieron entrevistas y nos asesoran para poder vincularnos”, sostiene.