cop16
Rosa Gálvez, parlamentaria ambientalista canadiense presente en la COP, está preocupada: “Estamos llegando a puntos de no regreso”
Presidenta de la Red para las Américas de Cambio Climático y Sostenibilidad, dice que las cumbres mundiales por el clima, la biodiversidad y la desertificación deben trabajar juntas, “porque es imposible que sigamos tratando estas crisis de manera independiente”. Entrevista.
“Si hubiésemos comenzado la transición tecnológica o eléctrica hacia las energías renovables hace 30 o 40 años, cuando ya las petroleras sabían de todo el impacto, habríamos tenido una transición ordenada que nos hubiera permitido adaptarnos a los cambios que están sucediendo. Pero no fue así, entonces, en vez de ser una maratón, se ha convertido en una carrera de los 100 metros, porque tenemos que llegar al (clima) cero en 2050 y lo que nos falta es decidir, por cada cinco años, cómo lo estamos evaluando “.
Ella es Rosa Gálvez, canadiense de origen peruano, que lleva 39 años hablando de tratamiento de aguas, desagües, polución, cambio climático y ecotoxicidad. Ingeniera civil de profesión, en el 2016 fue nominada a senadora independiente al Parlamento de Canadá.
En calidad de vicepresidenta de la Amistad Parlamentaria para las Américas, ente que agrupa todos los parlamentos de América Latina, presidenta de la Red para las Américas de Cambio Climático y Sostenibilidad e integrante de la Red de Parlamentarios por un Futuro Libre de Combustible Fósil, esta madrina de varias leyes de protección ambiental, vino a la COP16 y habló con El País.
Parlamentarios de todo el mundo están trabajando en un estudio sobre la Amazonía, ¿por qué?
Porque es un bien común planetario, y tenemos varias crisis en el planeta, el calentamiento global, la pérdida de biodiversidad, la desertificación y la producción de plásticos, y todas tienen en común lo mismo: combustibles fósiles que están dañando todo el planeta y están haciendo perder el equilibrio. Estamos llegando a puntos de no regreso en cuestiones de biodiversidad, calentamiento climático y polución. Entonces, muchos parlamentarios nos hemos reunido con la idea de proteger los bienes comunes y estamos yendo a las COP de cambio climático, pero también a las de biodiversidad.
En esta COP16, en Cali, el centro de la discusión es el financiamiento: cómo vamos a lograr proteger el 30 % de la tierra y el mar antes del 2030. Y en eso todos tenemos la misma responsabilidad, pero no tenemos que contribuir de manera igual, porque las contribuciones que hemos hecho a esa situación son diferenciadas.
De otra parte, estamos trabajando todavía en silos cuando sabemos que un elemento común a esta cuestión viene del hecho de que nuestro sistema económico produce mucho desecho que no es procesado, pese a que está en las legislaciones de protección de casi todo el mundo. Por eso tomamos la iniciativa de venir y decir un poco más fuerte que, todos los ecosistemas que verdaderamente tienen un rol esencial único en el mundo, como el Amazonas, debemos protegerlos de la polución debida a esta cuestión de los combustibles fósiles.
Se dice que las COP son muy importantes por las decisiones que se toman en ellas, pero que son los congresos del mundo los que convierten en leyes esas decisiones...
Nosotros tenemos que ver lo que nuestros vecinos están haciendo y está dando los mejores resultados y traemos esa información a nuestros parlamentos y adaptamos esas leyes a nuestras condiciones y tratamos de impulsarlas, pero tenemos que hacer bastante educación con nuestros compañeros, porque no todos tenemos el mismo nivel de comprensión y en los diferentes países hay resistencia a estos cambios.
Las mayores barreras son la desinformación, el lobby de las compañías petroleras y la incapacidad de buscar alternativas, porque existe la tecnología solar, la del viento, las olas, la nuclear, la biomasa y muchas otras para producir electricidad que no sea a partir de los combustibles fósiles, pero no todos los países tienen acceso a las tecnologías ni al conocimientos. Tiene que haber un aspecto muy importante de transición justa a los trabajadores y un avance en la reconciliación entre el Norte y el Sur, porque el Sur es visto como un recurso que es infinito y donde podemos ir a sacar todo.
Incluso en la transición energética, es importante no repetir los errores que se han cometido en el pasado con respecto a la colonización, hacer un desarrollo más sostenible y ver estas crisis como interdependientes y con un enfoque más holístico.
¿A qué se refiere exactamente?
Si hubiésemos comenzado la transición tecnológica o eléctrica hacia las energías renovables hace 30 o 40 años, cuando ya las petroleras sabían de todo el impacto, habríamos tenido una transición ordenada que nos hubiera permitido adaptarnos a los cambios que están sucediendo y frenar la cascada de eventos que están ocurriendo. Pero no fue así, entonces, en vez de ser una maratón, se ha convertido en una carrera de los 100 metros, porque tenemos que llegar al (clima) cero en 2050 y lo que nos falta es decidir, por cada cinco años, cómo lo estamos evaluando. Entonces, el rol de los parlamentarios es ver lo que están haciendo los otros y pensar cómo podemos ser eficaces, pero también forzar a nuestros gobiernos nacionales a implementar la ley y ver si estamos progresando en nuestros compromisos.
Con respecto a esos compromisos, me estoy dando cuenta de que Naciones Unidas tiene desde hace muchos años estas COP. Estamos en la COP de clima 29 y en la 16 de biodiversidad y nos damos cuenta de que no estamos avanzando a una velocidad adecuada. Los parlamentarios tienen que ponerle presión a los gobiernos para decir: esto es lo que hemos prometido y a esto tenemos que llegar en dos o cinco años, de manera que lleguemos a nuestro objetivo de 2050 a 1,5 máximo (de contaminación).
A propósito, como usted dice, hay una COP climática, otra biodiversa y también una sobre desertificación. ¿No es mejor hacer una sola COP, ya que el fin es conservar el medio ambiente?
Sí. Con la COP del clima vamos a una velocidad muy pequeña y luego es la COP de la biodiversidad y la COP de la desertificación, y son mundos aislados. Me explico, las causas son las mismas: si tenemos desertificación es porque en otro lado hay demasiada humedad y esa humedad es causada por el calentamiento climático. Necesitamos que estas tres COP se coordinen y sean más eficientes.
Yo saludo a la Ministra de Medio Ambiente de Colombia, que ha hecho esfuerzos para hablar con los líderes de la COP del clima y de la COP de desertificación para que se organicen, porque es imposible que sigamos tratando estas crisis de manera independiente, cuando se sabe que el origen de todo es el mismo: el modelo económico, el extremo capitalismo, no en todos los países, que toma toneladas de materia prima naturales y después el 60 % se desecha en emisiones de gas que contaminan el agua, el suelo y la atmósfera, y eso es lo que crea estos problemas planetarios.
Como experta que ha asistido a varias de estas cumbres, ¿cómo se puede medir el éxito de una COP?
Pues, primero los gobiernos hacen intenciones, después vienen las promesas y las declaraciones, que son casi oficiales, y luego están los objetivos y las tareas. En el caso de la COP16, que es sobre financiamiento, vemos las promesas de los países que van a donar dinero para financiar a otros, pero hay una diferencia entre lo que se ha prometido y lo que luego se ha transferido al organismo que va a gestionar estos fondos, así como entre lo que se ha utilizado para hacer el cambio necesario, porque vemos que hay bastante burocracia y lentitud, y esto es lo que te dice si una COP tiene éxito o no.
Por ejemplo, las islas del Caribe deberían recibir un cierto financiamiento, porque han contribuido poquito a este problemota, pero están sufriendo los impactos más grandes. Allí hay una injusticia: ellos deberían ser la prioridad. ¿En dónde estamos con esa ayuda? Si está en cero, no hay éxito. Al contrario, el sistema de COP que hemos creado no está funcionando, se diría. Pero si vemos que hay transferencias de financiamiento que sí están ayudando a estos países altamente vulnerables, veremos el éxito de la COP.
¿Cuándo esperan tener listo el estudio de parlamentarios de todo el mundo sobre la Amazonía?
Estamos ya en la tercera reunión, pero te quiero decir que en todas las Américas y en todo el mundo hay áreas protegidas por los gobiernos. Sin embargo, cuando uno va al detalle de estas zonas, se encuentra que todavía hay explotación de petróleo, lo que está en contradicción con la propia ley, entonces los parlamentarios tenemos que ver qué está pasando allí.
Desde su experiencia en las COP, ¿cómo analiza la que estamos viviendo en Cali por estos días?
Yo estoy muy contenta de estas COP que están realizando en América Latina. Pienso que son ambiciosas y que se diferencian de las últimas COP de clima que hemos tenido en países que son altamente productores de petróleo, donde no se quiere decir que hay que salir de los combustibles fósiles, pero no porque alguien lo está imponiendo o porque Naciones Unidas lo diga y la tenemos que seguir. No, las razones son lógicas, económicas y de salud y seguridad, porque ahora tenemos las tecnologías. De hecho, los expertos dicen que una economía basada en combustibles fósiles es inflacionaria, porque necesitas energía para buscar el petróleo, refinarlo y transportarlo, y todo eso hace que los precios aumenten, sin contar con el hecho de que el petróleo y el gas dependen de una geopolítica en la cual no todos los países tienen el mismo poder, mientras la energía renovable, que es limpia y ahora está mucho más barata y accesible, es desinflacionaria, porque es local.
No es que tengamos que dejar el petróleo porque no hay nada más interesante. Al contrario, todo lo que está disponible es más económico y más limpio que lo que teníamos, y hay que recordar que esta no es la primera revolución industrial que el planeta vive, hemos vivido varias y, como digo siempre, en la Edad de Piedra no se dejó la piedra porque ya no había piedras sino porque se encontró una manera mejor de hacer lo que se tenía que hacer Ahora estamos en la misma situación.