Bienestar

Revisar el celular constantemente puede dañar su memoria y disminuir su concentración, revela un estudio

La investigación evidencia cómo la frecuencia de las interrupciones afectaría la memoria.

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El tiempo que pasas usando las redes sociales es muy valioso para las empresas. Foto: AFP/BBC
La frecuencia con la que se revisa el dispositivo puede tener serias implicaciones en la facilitad para concentrarse. | Foto: AFP-BBC

2 de dic de 2025, 03:16 a. m.

Actualizado el 2 de dic de 2025, 03:16 a. m.

Mirar el celular una y otra vez a lo largo del día, incluso sin notificaciones nuevas, podría estar deteriorando la capacidad de recordar información y de sostener la atención.

Esta es la principal advertencia de una investigación realizada por la Universidad de Gestión de Singapur, que examinó cómo las interrupciones breves pero repetitivas influyen en los fallos cognitivos cotidianos.

El estudio determinó que no es la cantidad de horas frente a la pantalla lo que más impacta en el rendimiento cognitivo, sino la frecuencia con la que se revisa el dispositivo. Los investigadores encontraron que la simple conducta de “chequear” el celular predice un aumento significativo de olvidos, pérdida del hilo en conversaciones o tareas, descuidos cotidianos y dificultades para mantener el foco. Esto ocurre incluso cuando las consultas duran pocos segundos.

Una pantalla que muestra neuronas humanas es fotografiada en la startup suiza FinalSpark en Vevey.
Una pantalla que muestra neuronas humanas es fotografiada en la startup suiza FinalSpark en Vevey. | Foto: AFP

Los autores explicaron que esta dinámica fragmenta la atención porque obliga al cerebro a interrumpir lo que está haciendo para evaluar si hay algo nuevo o relevante en el teléfono.

Aunque cada revisión parezca irrelevante, el cerebro debe desconectarse de la tarea principal, procesar la nueva información y luego intentar retomar la actividad previa. Este ciclo repetido decenas o cientos de veces al día genera lo que los especialistas llaman costos de conmutación, un deterioro acumulado en la capacidad de concentración.

Una encuesta citada por el Washington Post reveló que muchos usuarios creen revisar su celular entre 40 y 50 veces al día, pero los registros internos de los dispositivos muestran cifras mucho más altas. Para algunos, el número real supera las 100 consultas diarias. Esa discrepancia indica que gran parte del hábito se da en piloto automático: el usuario desbloquea el teléfono sin pensarlo, sin motivo claro y sin esperar un mensaje urgente.

Para los neurocientíficos, este comportamiento está vinculado con circuitos de recompensa que se activan ante la posibilidad de recibir un aviso, un mensaje o una actualización. Esa anticipación genera una especie de vigilancia constante que mantiene al cerebro en alerta, una condición que consume recursos cognitivos esenciales para tareas como memorizar, resolver problemas o mantener la atención por periodos prolongados.

Un empleado estudia fragmentos de cerebro humano en el laboratorio del hospital Bispebjerg de Copenhague.
Un empleado estudia fragmentos de cerebro humano en el laboratorio del hospital Bispebjerg de Copenhague. | Foto: AFP

Incluso tener el teléfono a la vista, aunque no se utilice, puede generar esta tensión subterránea, porque el cerebro permanece parcialmente orientado hacia la posibilidad de una interrupción.

Sentir inquietud cuando el celular no está cerca, usarlo para evadir momentos breves de aburrimiento o interrumpir tareas para revisarlo compulsivamente son señales de un patrón que puede afectar la memoria de trabajo y la capacidad de concentración.

Comunicadora social y periodista de la Universidad Autónoma de Occidente, con experiencia en medios digitales y en radio. En El País se desempeña como periodista multifuente desde el año 2022.

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