¿Inteligencia artificial podría extinguir a la humanidad? Experto hace advertencia

A lo largo del tiempo, la humanidad ha imaginado diversos escenarios que podrían llevarla a la extinción, desde desastres naturales hasta conflictos nucleares. En la actualidad, uno de los peligros más discutidos es el desarrollo desmedido de la inteligencia artificial (IA).

En este panorama, el especialista en informática e inteligencia artificial Subhash Kak lanzó una advertencia preocupante sobre el futuro de la humanidad. Según sus proyecciones, la población mundial podría reducirse de manera drástica hasta alcanzar apenas el 1,2 % de su tamaño actual, debido a los efectos colaterales que la IA podría provocar en los sistemas que sostienen la civilización.

A diferencia de las clásicas predicciones apocalípticas, el especialista sostiene que la inteligencia artificial generativa no causará una guerra ni desatará fenómenos naturales catastróficos. En cambio, alerta sobre un fenómeno más silencioso y prolongado: un desgaste paulatino del sistema económico y social, que se desmoronaría internamente sin señales evidentes al principio, pero con efectos profundamente destructivos y difíciles de revertir.

Lo más inquietante de este panorama es que la transformación no ocurriría de forma repentina ni evidente, sino como un deterioro progresivo impulsado por la automatización total de los trabajos y la desconexión del ser humano respecto a sus roles fundamentales en la vida diaria. Tareas esenciales como tener hijos, trabajar o relacionarse con otros podrían volverse irrelevantes.

Si estas predicciones se cumplen, la humanidad podría enfrentar una disminución poblacional sin precedentes. Para finales del año 2300, se estima que la población global podría reducirse a solo 100 millones de personas, una cifra similar a la actual población del Reino Unido. Esta reducción drástica implicaría un colapso a gran escala del orden civilizatorio, con consecuencias irreversibles para la estabilidad social, económica y cultural del planeta.

El profesor Subhash Kak, reconocido por sus estudios sobre el impacto social de la inteligencia artificial, propone una visión alternativa al temor común de una rebelión tecnológica. Según su perspectiva, el verdadero peligro no radica en una IA agresiva, sino en una tecnología que progresivamente reemplace al ser humano en la mayoría de sus funciones, dejando su papel en el trabajo y la vida social casi en desuso.

Cada vez que una máquina asume una tarea antes realizada por una persona, se genera una reacción en cadena que erosiona los cimientos de la economía. Cuando el empleo escasea o se vuelve irrelevante, las personas pierden su sustento, lo que limita gravemente su capacidad para construir un futuro seguro.

En ese contexto, formar una familia se convierte en un privilegio al que pocos pueden acceder, sobre todo en ciudades donde el costo de vida continúa elevándose.

Por tanto, la caída de la natalidad no se explicaría por una transformación cultural o ideológica, sino por barreras estructurales que la vuelven inviable. Tener hijos dejaría de ser una posibilidad concreta en un entorno sin garantías económicas ni razones claras para proyectarse hacia el mañana.

De esta forma, Kak advierte que el planeta podría ir quedando cada vez más despoblado, no por un evento súbito o violento, sino por la pérdida paulatina del sentido de la existencia humana en un mundo regido por la automatización.