Salud
Así funciona la “terapia suave” que ayuda a tratar la migraña, reduce la ansiedad y fortalece el sistema inmune
La terapia craneosacral es la mejor alternativa para combatir el dolor de cabeza. No es invasiva.
Desde la década de los 80 la terapia craneosacral, más conocida como terapia suave, se ha convertido en una gran alternativa de tratamiento para la migraña, reducir la ansiedad y fortalecer el sistema inmune
Este tipo de terapia tiene origen común con la osteopatía, y su enfoque suave y no invasivo es lo que la convertido en una de las más buscadas por quienes sufren esos padecimientos. Pese a que por su nombre solo pareciera que abarcara solo tratamiento para el cráneo, la verdad es que esta terapia trata la totalidad del organismo.
“Mi primer acercamiento a la terapia fue como paciente. Durante varios años sufrí intensos dolores en las manos, las cervicales y la cabeza. Consulté a varios especialistas pero los síntomas no mejoraban. Un conocido me recomendó acudir a un terapeuta craneosacral. Sin saber mucho sobre esta terapia, decidí intentarlo”, manifestó Diego Pugliese, quien ahora se desempeña como terapeuta craneosacral.
Según recordó, no necesito muchas sesiones para empezar a sentir mejoría. Sus manos ya no se hinchaban tanto y los dolores de cabeza no eran tan intensos. “Parecía un acto de magia. La terapia realmente había transformado mi vida. Lo que más me sorprendía era el contacto del terapeuta, un toque tan sutil que a veces resultaba imperceptible”, explicó.
Para quienes no conocen sobre este método, se trata de un enfoque holístico que reconoce la capacidad inherente del cuerpo para sanarse a sí mismo y trabaja en armonía con este principio para facilitar el proceso de curación.
A las pocas sesiones comenzó a notar mejoras: sus manos ya no se hinchaban tanto y los dolores de cabeza no eran tan intensos. Meses después, los dolores habían desaparecido por completo. “¡Parecía un acto de magia! La terapia realmente había transformado mi vida. Lo que más me sorprendía era el contacto del terapeuta, un toque tan sutil que a veces resultaba imperceptible”, señala Pugliese.
“Poco a poco fui dejando las agujas, la moxa, las maniobras y la digitopuntura del shiatsu, hasta reducirlo a su mínima expresión. En esta búsqueda llegué a la terapia craneosacral, una vertiente de la osteopatía que plantea más la escucha y la quietud biodinámica, para que a través del vínculo terapeuta-consultante, se encuentre una autorregulación-equilibrio de ambos en el vínculo. Es el terapeuta que, por medio de su propio centro interno (quietud), invita en el toque o maniobra con el consultante a esta búsqueda. Realmente es una terapia no invasiva, suave y sutil, con muy buenos resultados según mi corta experiencia”, señaló Campolonghi.
Una terapia apropiada para todas las edades
Algunos de los principales beneficios incluyen alivio del dolor, mejora del sueño, reducción del estrés y la ansiedad y mejora de la movilidad y flexibilidad, por lo que es una terapia apropiada para todas las edades.
“El terapeuta busca diagnosticar posibles alteraciones del organismo mediante la percepción y el contacto de sus manos con diversas estructuras anatómicas. Cada estructura: huesos, músculos, ligamentos, tejido conectivo, órganos tienen una fase de expansión y retracción llamada MRP (Movimiento Respiratorio Primario). Estos movimientos son muy sutiles pero perceptibles al tacto del terapeuta. En caso de una disfunción, el MRP se expresa de forma alterada”, explicó Pugliese.
De esa manera, mediante una “escucha” respetuosa y profunda de los tejidos, el terapeuta puede diagnosticar y posteriormente acompañar a las estructuras que haya encontrado en disfunción a armonizar su movimiento.
La sesión puede durar entre 45 minutos y una hora y cuarto. Una vez que el paciente se recuesta en la camilla, el terapeuta busca diagnosticar posibles alteraciones del organismo mediante la percepción y el contacto de sus manos con diversas estructuras anatómicas.
Martín Lionel Muñoz es médico y terapeuta craneosacral. Y al igual que muchas personas, conoció esa terapia buscando mejorar su calidad de salud. “Probé varias terapias sin resultado satisfactorio hasta que con la craneosacral encontré el alivio y la conciliación que buscaba. Comencé a notar que la terapia no solo me ayudaba con mis síntomas físicos, sino también impactaba en aspectos emocionales y vinculares”, señaló.