INSTITUTO NACIONAL DE SALUD
La desnutrición, una materia urgente para el gobierno de Gustavo Petro
Basados en cifras de la FAO y de la Encuesta Nacional de Situación Nutricional, la desnutrición en el país debe ser un tema prioritario para el futuro mandatario.
El presidente electo, Gustavo Petro, prometió que desde el primer día de su gobierno desplegará un plan de choque contra el hambre. La propuesta cobra relevancia ya que en la última semana de junio el hambre habría ocasionado la muerte de cuatro menores de cinco años, según el Instituto Nacional de Salud.
Para garantizar que en el país no se repitan estos hechos, el próximo jefe de Estado señaló que durante los primeros seis meses de gobierno implementará un programa de asistencia alimentaria mediante entrega directa de mercados o bonos alimentarios según se trate de zonas rurales o urbanas.
Según un reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sobre el estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo, Colombia tiene un registro de 4,2 millones de personas en condiciones de desnutrición. Es decir, cerca del 8% de la población nacional.
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No obstante, las cifras podrían ser más altas si se tiene en cuenta que la última medición de la situación nutricional de la población es de 2015, mucho antes de la pandemia que agudizó los problemas del hambre en el mundo, según ha dicho el organismo.
Según la Encuesta Nacional de Situación Nutricional de 2015, ENSIN, en el país la prevalencia de desnutrición crónica o retraso en la talla (DNC) en menores de 5 años es de 10,8%, lo que significa que hay más de 500.000 menores con esta enfermedad irreversible que les impide su adecuado crecimiento y desarrollo.
De acuerdo con los expertos, la desnutrición crónica o retraso en talla (DNC) es un asunto multicausal de salud pública con efectos devastadores en el desarrollo de uno de cada nueve niños en Colombia, que a su vez genera un impacto en el desarrollo económico y en el capital social del país. La DNC en la primera infancia impide el desarrollo pleno de capacidades físicas y cognitivas, con consecuencias en la vida adulta en el coeficiente intelectual, la educación y los ingresos.
La profesora Sara Eloísa del Castillo, del Departamento de Nutrición Humana de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional, explica que “dado que el curso de vida de una persona se inicia en la primera infancia, lo que se haga o deje de hacerse en esta etapa para proteger su salud y nutrición tendrá grandes impactos en las condiciones de calidad de vida y salud en las etapas posteriores. Las deficiencias en el estado nutricional alteran el crecimiento y el desarrollo cognitivo, situaciones que muchas veces son irreversibles”.
Por su parte, la Encuesta de Pulso Social presentada por el DANE, en enero de 2021, evidenció que la cifra de hogares que consumían tres comidas al día bajó a 69,9%, lo cual mostró que aproximadamente el 20% de los hogares entraron en inseguridad alimentaria, situación que incrementa las deficiencias de vitaminas y minerales en general para toda la población.