“Estaré en la orilla en la que está mi partido, la independencia”, anuncia presidente del Senado, sobre su posición ante el Gobierno

Cada tiempo trae su afán, y es precisamente lo que dice por ahora Efraín Cepeda, quien desde el pasado 20 de julio se convirtió en el presidente del Senado, cargo en el que ya estuvo en el 2017, en un escenario político muy diferente.

Para entonces, él hacía parte de una fuerte coalición que apoyaba al entonces presidente Iván Duque, pero hoy, asegura, está en la otra orilla, siendo un fuerte crítico de Gustavo Petro, a quien ya le notificó que muchas de sus posturas lo que hacen es dividir, en vez de unir, al país e irrespetar la institucionalidad.

Cepeda insiste en que, desde su presidencia, no apoyará reformas como el ‘fast track’, ni mucho menos la convocatoria a una asamblea nacional constituyente.

¿Le ha gustado la estrategia que está utilizando ahora el Gobierno Nacional de buscar concertar los proyectos antes de radicarlos?

Sí, ha habido un cambio, hay que aceptarlo, de la imposición del Gobierno en los dos primeros años, que pretendía que los partidos fuéramos notarios de las iniciativas.

Por eso se hundió la reforma a la salud, por eso el Partido Conservador estuvo en la orilla del no y se le quedó la iniciativa. Complace que el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, haya dicho que no presentará ninguna iniciativa hasta que no la discuta con los partidos.

Nosotros estamos dispuestos a escuchar. Por ejemplo, de la reforma a la salud, lo que pedimos era construir sobre lo construido, porque habíamos aceptado el giro directo, la atención primaria, etcétera, y este es un sistema de salud de los mejores, al menos del continente.

Este es un partido de 175 años de historia, que no puede ser notario de nadie. En la presidencia del Congreso procuraré que todas las bancadas sean escuchadas en la búsqueda de los consensos, y con garantías.

¿Debería priorizar el Gobierno algunos proyectos?

Yo creo que las prisas en radicación lo que traen son dificultades en los debates. Que inviertan el tiempo que sea necesario. Los campesinos de la tierra de mis abuelos y mi padre en Sabanalarga, Atlántico, decían que era mejor “invertir el tiempo amarrando, que buscando”. Es decir, que cuando llegaban a un sitio, era mejor amarrarlo bien y demorarse un poquito y no medio hacer cualquier lacito, para que cuando salieran tuvieran que ir a buscar la bestia. Yo aplicaría ese sabio dicho de los campesinos: si se demora el consenso, pues que se demore, porque cuando llegué al Congreso, si llega consensuado, será un trámite más rápido.

¿Pero, en particular, cuál tema?

El tema descentralización, que anunció también el ministro Cristo, es lo de lo más importante que hay, porque hoy el 80 % de los recursos del Estado se manejan desde el nivel central. Solo el 20 % en las alcaldías y las gobernaciones, y ese 20 % está amarrado allá para educación, salud, no hay libre inversión. Eso no puede ser, y no puede ser que se sospeche de los alcaldes y de los gobernadores, que si le dan una plata para ejecutarla, hay corrupción.

Todo lo contrario, yo creo que los alcaldes y los gobernadores son los más celosos de que los dineros que se consigan se ejecuten bien. Es el pellejo de ellos. Hay que mirarlo desde ese punto de vista.

Por eso, fue un desastre la ejecución presupuestal del 2023, que fue una de las peores de los últimos 15 o 20 años. Esos recursos son de la gente, hay que ejecutarlos. Ese es uno de los temas que veo con buenos ojos. Como veo con malos ojos la posibilidad de una constituyente, que es una caja de Pandora, un salto al vacío; un ‘fast track’ y mucho más una reelección presidencial, son temas polarizantes.

¿Entonces el conservatismo no le camina a la constituyente?

De ninguna manera, ni como presidente del Congreso. Eso sería, repito, polarizante, un salto al vacío, una caja de Pandora, y los colombianos no la quieren. Además, no he visto ambiente en el Senado de la República, no sé en la Cámara, pero en el Senado no le veo ambiente.

La senador Isabel Zuleta, del Pacto Histórico, le dijo al Ministro del Interior que su agenda no es la agenda del petrismo. ¿Esto puede llegar a afectar el trámite de los proyectos de ley del Gobierno?

Eso es fuego amigo, que tienen ellos que dirimir, y creo que a la senadora no le gusta la descentralización.

Entonces, estaríamos en la orilla los partidos de oposición y los independientes y no estarían los de Gobierno. Que le pregunten a los alcaldes y a los gobernadores qué están pensando de eso. Insisto, el camino es el Congreso. En 33 años se ha reformado 55 veces la Constitución Nacional: 108 artículos, y constituciones de muchos partidos del mundo, que tiene más de cien años, no se han tocado.

¿Va a mantener esa línea crítica del Gobierno que expuso el 20 de julio en su discurso de posesión?

Claro, yo creo que es mejor ponerse rojito en un momento, que rosadito toda la vida. Llevo 33 años en el Congreso y he aprendido que aquí lo que hay que hacer es fijar posturas, posiciones en lo que nos gusta, en lo que no nos gusta, en lo que se puede consensuar y en lo que no se puede consensuar, de manera que estaré en la orilla en la que está mi partido, en la independencia.

¿Qué opina de la evolución del escándalo de corrupción en la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo de Desastres que rodea al Gobierno?

Yo lo dije también en mi discurso de posesión: tenemos que rodear y fortalecer la justicia colombiana. Yo creo en la justicia colombiana y en los jueces. Lo que veo en la Fiscalía General de la Nación, en la Procuraduría, y lo que requerimos de estos organismos, es que tomen decisiones, y tenemos que aceptarlas, y que sean ojalá decisiones rápidas.

¿Debe irse del cargo el ministro Ricardo Bonilla, como lo hizo Carlos Ramón González?

Pues Álvaro Gómez decía que a la gente hay que creerle: el Ministro de Hacienda ha dicho que él no es ejecutor del gasto, de manera que también, frente a las conclusiones, hay que anteponer una presunción de inocencia. Conozco al ministro, es un hombre serio, un hombre limpio y creo que va a salir airoso de esta situación.