Editorial
La fiesta de las letras
El río Cali se convierte así en un refugio para perderse entre libros y las voces de sus autores que ofrecen luces sobre el caos de afuera.
En medio de días tan convulsos en Colombia y en el ámbito internacional, a Cali y el Valle del Cauca ha llegado una bocanada de aire fresco con el inicio de la Feria Internacional del Libro, que se realiza en el Bulevar hasta el próximo 22 de octubre. El río Cali se convierte así en un refugio para perderse entre libros y las voces de sus autores que ofrecen luces sobre el caos de afuera.
En esta ocasión Nápoles es la ciudad invitada, una urbe con la que Cali tiene una estrecha relación no solo por la arquitectura, los monumentos, el cine, sino también por el fútbol: ambas ciudades comparten la admiración por Diego Armando Maradona.
De hecho, como regalo a Nápoles, Cali preparó un libro sobre el astro argentino: ‘Las crónicas del Diez’, se titula. Son historias de los pasos de Maradona en Cali, desde su debut en el estadio Pascual Guerrero jugando para Argentinos Juniors en un partido amistoso contra América, en el que los ‘diablos rojos’ se impusieron 3-2 pero en el que Maradona anotó los dos goles de su equipo cuando apenas tenía 18 años.
De otro lado, en este 2023 hay una carpa en la Feria que nadie debería perderse: ‘El contenido sí importa, relatos de vida de la calle’. Allí, los libros no son de papel; son humanos. Veinte habitantes de la calle comparten las historias de su vida para entender qué es vivir en esa condición en la ciudad y qué empuja a miles de personas que tenían una familia a llegar a esa situación. Contar para prevenir; contar para sanar.
“Accedí a contar mi historia porque hoy tengo 56 años de edad, pero fui jovencita y pasé por muchas cosas que no deseo para ninguna niña; además porque por medio de mi historia espero que los padres comprendan la importancia de estar presentes en la vida de sus hijos y no tenerlos en una burbuja de comodidad”, dijo, por ejemplo, Adriana Barberena.
Otro espacio de inclusión en la Feria tiene que ver con la lengua de señas colombiana. Tras una alianza con la Fundación Saldarriaga Concha y el Instituto Nacional para Sordos, Insor, en esta fiesta de las letras habrá una decena de espacios académicos y culturales que tendrán interpretación para personas con discapacidad auditiva.
También se ofrecerán charlas y talleres sobre los obstáculos que las personas sordas aún deben sortear en Colombia, como el lío de acceder a la justicia, poner una denuncia.
Por cierto, Geovani Andrés Melendres Guerrero es el actual director del Instituto Nacional para Sordos, Insor, una entidad del Estado que vela por el bienestar de la población con discapacidad auditiva en el país. Es la primera vez que una persona sorda asume un cargo de tal importancia en una entidad del Estado.
En fin, esta fiesta de letras llega con miles de historias que dan esperanza en estos tiempos difíciles para todos. También es una oportunidad para que Cali, por fin, piense en el Bulevar del Río como el lugar donde todo el año los caleños se encuentren en una programación cultural y artística que vaya más allá de la rumba.
Dinamizar los 365 días del año el Bulevar es una urgencia para esta ciudad que ama bailar, pero también leer, escribir, comer, pintar, actuar, crear.