La lección de Platanitos Cope

A comienzos de la semana pasada vimos en redes el angustioso llamado del joven empresario David Arango de ‘Platanitos Cope’. Su emprendimiento de hace 16 años, basado en las recetas de su abuela con deliciosas monedas de plátano, tuvo un duro fracaso ante el cierre de Almacenes La 14, su principal comprador. Lo más grave era que en la facturación estaba registrado el Impuesto al Valor Agregado y el no recaudo de la factura por la crisis de La 14, no lo eximía de pagarle a la Dian ese IVA, por lo que se convirtió en deudor moroso. El Estatuto tributario y el Código Penal tipifican esta conducta, por lo que se corría alto riesgo de cárcel.

¿Acceso a crédito? La crisis en ventas no le permitía soportar el pago adecuado ante los bancos; tampoco se veía factible vender la empresa en un momento tan complejo, todo lo cual llevó a David a acudir a las redes sociales y a plataformas de recaudo para contar su real situación y pedir el apoyo misericordioso de la gente para recaudar los $450 millones adeudados. Él mismo lo dice en el video: “Mis papás no creen que esto sea posible, pero es mi última alternativa”.

Lo cierto es que cuando escribo esta columna la meta está a punto de cumplirse y David espera las consignaciones finales para pagar adicionalmente el impuesto de ganancia ocasional que le genera el apoyo bondadoso de miles de personas que creyeron y se conmovieron con el joven empresario.

¿Qué pasó? Tratemos de analizar el éxito del recaudo en medio de tanta desconfianza y de incertidumbre política y económica:

La sinceridad: En los videos, es evidente la sinceridad que transmite el empresario. No se las da de héroe, no hace politiquería, no llora, solo transmite con transparencia su situación, las alternativas buscadas y este video como última opción.

El valor de pedir: se necesita coraje para pedir ayuda y más si es económica. Más aún si es ante muchos conocidos y ante miles de desconocidos. Lo hacía más complejo que no era por una enfermedad o por cumplir un sueño, sino para pagarle a la Dian. Algo inédito, pero igualmente auténtico. Quedaba claro que ese joven, trabajador y sincero, con una marca familiar para los vallecaucanos, no merecía ir a la cárcel.

El uso de las redes: Fue contundente el poder de las redes. Así como estas son muchas veces usadas para mentir, difamar y engañar, también pueden serlo para causas nobles. Las redes además transmiten audio y video, lo que nos permitía analizar la mirada del peticionario; percibíamos su miedo, escuchamos la tartamudez de su angustia; nos mostraba la envoltura de ‘Cope’ y claro que recordábamos ese buen producto. Mencionaba a su abuela inspiradora y la duda de sus padres. Además, era muy fácil reaccionar con la consignación en esos 5 minutos que siguen al convencimiento, pues era hacer la transferencia a través de las aplicaciones del celular.

Todos somos Cope: David logró que nos pusiéramos su camiseta, pues el drama del pago de los impuestos se nos hizo permanente. Con un poco de conocimiento de leyes o de empresas, el riesgo del carcelazo era una realidad. Me conmovió cuando en la investigación sobre ‘Cope’ busqué referentes jóvenes que me hablaran de este emprendedor. Ellos me hablaban de su recuerdo en la Universidad Javeriana de Cali, donde este es uno de los emprendimientos icónicos. David lo había logrado: como empresarios, como jóvenes, como padres, quienes veíamos el video asumíamos como propia esta angustia y su desenlace.

La solidaridad: Al final no solo me conmovió David, a quien no conozco, y su historia familiar y empresarial. Me ha conmovido sobremanera la respuesta de miles de buenas personas de todos los estratos que se solidarizaron con la causa. Pueblo bueno que merece salir adelante como lo hará David con su emprendimiento.