Encuestas y percepción ciudadana

Hasta el veredicto del resultado electoral, las encuestas de opinión juegan un papel importante en el pulso de la opinión pública y también en su direccionamiento. El mes pasado, una de las más serias encuestadoras, Cifras y Conceptos, presentó los datos de ‘Polimétrica’, una encuesta que busca conocer la percepción de la ciudadanía sobre temas de opinión pública y coyuntura social. Para ello, hicieron 1596 encuestas presenciales en Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla, entre hombres y mujeres, mayores de 18 años, votantes activos en los últimos cinco años.

El universo de la población estimada fue de 6,6 millones de votantes; se hizo un muestreo por etapas, estratificado y sustentado en el inventario cartográfico del último censo de población. El margen de error estimado de la muestra fue del 4,3 %. En otras palabras, un muestreo técnicamente hecho y confiable, pero que amerita observaciones. La más importante de ellas es que la encuesta no refleja la situación del conjunto de la Nación, especialmente de esa Colombia profunda que ha venido votando crecientemente y que no está en las cuatro principales ciudades del país.

Esta es una de las razones por las cuales las encuestas muchas veces difieren entre lo que pronostican y los resultados electorales. Pero, ¿qué nos dice la encuesta, teniendo en cuenta esta limitación?

Al comparar en una serie de tiempo, se confirma una tendencia estructural de una preferencia por posiciones de derecha del 27 % de los encuestados, de izquierda del 23 % y del centro del 50 %. Al preguntar por la afinidad partidista, 53% afirma no tener partido, 17 % se identifica con el Pacto Histórico y 10 % con el Centro Democrático. La opinión sobre Evaluación del Gobierno le es favorable en el 45 % y desfavorable en el 52 %. En cuanto a la Gestión del Gobierno, esta tiene 25 % de adherentes y 22 % de inconformes. En el momento que se hizo la encuesta, 57 % sí estaba de acuerdo con la consulta popular, mientras 40 % no lo estaba. En conclusión, hay una polarización estructural que se manifiesta coyunturalmente, con un centro cuantitativamente mayor, pero indefinido.

 En estas circunstancias, es crucial que se precisen pocos nombres que reflejen las opciones políticas más claras y delimitadas, pero, por el contrario, últimamente estamos frente a una explosión de candidaturas sin sentido. Las preguntas sobre Cultura Política son de la mayor importancia: 86 % de los encuestados considera que votar sí ayuda a transformar y solucionar los problemas del país. Inquieta saber cuál es la alternativa en mente del 14 % restante. Hay entonces una relativa confianza en el sistema electoral, pero 82 % no tiene decidido por quién votar. Al proponer opciones, 16 % votaría por el que diga Petro y 10 % por el que diga Uribe.

La derecha tradicionalmente se ha identificado con el sostenimiento del orden y la izquierda con la búsqueda del cambio. Colombia se ha mantenido entre los polos del lema de su bandera, pero predomina el talante conservador.

Hay credibilidad en el sistema electoral y esto tiene arraigo de tiempo atrás. La polarización existe, pero ninguno de los polos alcanza la magnitud del centro que puede buscar el cambio, pero de manera organizada, planificada, sostenible, sin sobresaltos. En cualquier caso, hay que salirle al paso a posiciones que argumentan que la violencia política sigue siendo una alternativa para Colombia. Hay que desterrar las opiniones que siguen sustentando de lado y lado: la combinación de las formas de lucha. Se trata de defender la contienda democrática y no violenta.