Columnista
El Valle no puede ser otro caso de oportunidades ferroviarias perdidas
Presidente Petro, este puede ser uno de los grandes legados de su gobierno para el suroccidente colombiano.
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2 de nov de 2025, 12:11 a. m.
Actualizado el 2 de nov de 2025, 12:11 a. m.
El mundo está lleno de proyectos ferroviarios que nunca se construyeron. En Venezuela, el ferrocarril Tinaco-Anaco fue abandonado a mitad de construcción, desperdiciando 7,5 mil millones de dólares sin conexión ferroviaria de carga. En Filipinas, la Fase 1 del ferrocarril de Mindanao ha sido repetidamente pospuesta, perpetuando la desigualdad regional. En Brasil, el ferrocarril Transnordestina fue detenido tras construcción parcial, aislando regiones agrícolas enteras. Cuando la política se antepone al progreso, quien paga el precio es siempre la gente.
El Valle del Cauca está, en este momento, a una firma de distancia de evitar convertirse en otro caso de oportunidad perdida. El Tren de Cercanías del Valle tiene más de una década de estudios rigurosos, respaldo unánime de los gremios regionales, y compromiso financiero del 70% de la Nación y 30% de los municipios. Todo está listo. Solo falta que el Gobierno Nacional firme el convenio de cofinanciación antes del 8 de noviembre, cuando entra en vigencia la Ley de Garantías.
Si esa firma no se concreta, el proyecto quedará paralizado por dos o tres años más. Se perderán 14.000 empleos, la reducción del 33 % en tiempos de viaje para 150.000 pasajeros diarios, la prevención de 2900 accidentes anuales, y la disminución de 1,2 millones de toneladas de CO2 al año.
Han existido roces políticos entre el presidente Gustavo Petro y la gobernadora Dilian Francisca Toro, abanderada prominente del proyecto. Pero esas diferencias son irrelevantes ante lo que está en juego. La población del Valle, que representa el 10% del PIB nacional, no puede quedar rehén de disputas partidistas.
Sobre los hombros de Julián López, presidente de la Cámara de Representantes, recae una responsabilidad crucial. López representa la región que más se beneficiaría del tren y preside la Cámara que controla el presupuesto nacional. Se conoce el conflicto interno dentro de su partido, pero este es el momento en que un verdadero líder regional debe elevarse por encima del ruido. Los congresistas vallecaucanos fueron elegidos para defender los intereses de sus constituyentes, no agendas partidistas. Ahora esos intereses son cristalinos: el Valle necesita ese tren.
La carta que 45 gremios dirigieron al presidente Petro es un clamor unificado que trasciende ideologías. Cuando el Comité Intergremial, la Cámara de Comercio de Cali, ProPacífico, Asocaña y decenas de líderes empresariales hablan con una sola voz, expresan algo que los políticos no pueden ignorar: este proyecto no es de un partido ni de un gobierno, es de una región entera.
“Que sea una causa compartida, una decisión que trascienda partidos y gobiernos”, dice la carta. Esa debe ser la única consigna que importe ahora.
Presidente Petro, este puede ser uno de los grandes legados de su gobierno para el suroccidente colombiano. Julián López, este es su momento de demostrar que el poder que ostenta sirve primero a quienes lo eligieron. Sabemos que la voz de la Gobernadora no ha parado de clamar por esta obra. A todos los actores políticos: la historia no perdona a quienes, teniendo el poder de actuar, eligieron el silencio o la inacción.
El mundo ya tiene suficientes ejemplos de trenes que nunca se construyeron. El Valle del Cauca no puede convertirse en uno más de esos casos.
¡Que no se nos vaya el tren!
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