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Corrupción y elecciones

Se trata de la facultad de los ciudadanos para hacer legítimamente lo que conduce a una mejor calidad de vida en su ciudad.

14 de septiembre de 2023 Por: Benjamin Barney Caldas
Benjamín Barney Caldas, columnista.

La mayoría de los problemas que actualmente padecen ciudades como Cali, no se han solucionado debido a la corrupción de la política local, que ha llevado a la creciente falta de control de la ciudad y de lo que sucede en ella, por parte de las autoridades municipales; es el caso, por ejemplo, de la seguridad, la movilidad, el civismo, la informalidad, y el caos urbano arquitectónico.

Por eso, en lugar de abstenerse de votar, lo procedente es votar en blanco, y pasar a conformar parte de un grupo de control a los candidatos que sean elegidos a la Alcaldía y el Concejo, los que nuevamente aquí lo serán por una minoría de los ciudadanos con derecho al voto y no por la mayoría de estos.

La corrupción, especialmente en las organizaciones públicas, como lo son las alcaldías y concejos municipales, lleva a la utilización indebida o ilícita de sus funciones en provecho de sus gestores, como lo son los nombramientos y contratos a dedo, o los sobornos para lograr aprobaciones ilegales o eliminar multas.

Y, por su parte, las elecciones son para designar cargos políticos mediante una votación, y es por eso, justamente, que para evitar tanta corrupción, lo responsable sea votar por los candidatos menos corruptos, o votar en blanco, si es que no los hay, en lugar de abstenerse, es decir, de no participar en algo a lo que se tiene derecho, movido por pura y simple comodidad personal.

Se trata de la facultad de los ciudadanos para hacer legítimamente lo que conduce a una mejor calidad de vida en su ciudad, pero no solamente atendiendo al interés propio sin preocuparse del de los demás; egoísmo que precisamente lleva a tantos a no votar en perjuicio de todos los otros y de ellos mismos.

De ahí la pertinencia de una adecuada educación para todos los ciudadanos, que les permita tener los conocimientos mínimos para comprender los problemas de su ciudad y las propuestas que hagan los funcionarios para resolverlos, y para que puedan identificar a los candidatos que se manifiesten en esa misma dirección, pero sobre todo que les permita comprobar que no sean corruptos.

Y los muchos diferentes movimientos políticos que ya hay, generalmente, en lugar de unos pocos partidos, deben proceder a la inspección y fiscalización de las autoridades municipales, en sus diferentes niveles, en la medida en que estas fueron elegidas por los ciudadanos, en tanto miembros activos del Estado y titulares de derechos políticos, pero sometidos a sus leyes.

Por eso, si bien abstenerse de votar no es ilegal, a menos de que sea obligatorio, si es anti ético al ser irresponsable para con los demás habitantes, y fomenta esa corrupción que impide una mejor calidad de vida para todos en las ciudades, pues cosa muy diferente es la vida en el campo y muy otros sus problemas.

Calidad de vida que no solo responda a más seguridad en la ciudad; mejor movilidad en ella; respetuoso comportamiento de parte de peatones, conductores y vecinos; más obras públicas a partir de su planificación a largo plazo, mediante concursos y licitaciones públicas, y bien diseñadas, que generarían más empleos y trabajos formales, los que disminuirían la pobreza al tiempo que enriquecen la ciudad; y habría menos caos urbano arquitectónico, lo que permitiría disfrutar más de los mejores y más emocionantes lugares de la ciudad, y en el caso de ciudades andinas, como Cali, de su bella vegetación y de los bellos paisajes naturales que la rodean. Es por todo esto por lo que hay que votar.

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