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Expedición en el océano descubre lo que podrían ser restos de una nave extraterrestre
Un científico busca restos del primer objeto interestelar.
Si hay un tema que genera curiosidad al ser humano es la existencia de vida más allá de la Tierra. Aunque hay diferentes hipótesis al respecto, sigue siendo un tema del que hasta ahora no se conoce suficiente evidencia científica.
Sin embargo, sí han nacido diferentes teorías para ver el mundo desde nuevas aristas. Pues bien, el científico y profesor de Harvard Avi Loeb habría logrado un gran descubrimiento con su libro ‘Diario interestelar’.
Pues bien, el profesor recalca en su blog que después de lograr obtener las coordenadas que habría tomado el IM1, con apoyo de organizaciones institucionales como la Nasa, el científico partió en una expedición para lograr encontrar restos del mencionado objeto, con la meta de encontrar elementos que no hayan sido creados en el planeta y, por lo tanto, puedan dar luces sobre la vida más allá de la Tierra.
En este libro, el científico habla sobre la búsqueda del IM1, el primer objeto interestelar conocido en la superficie terrestre, que, se cree, podría llegar a ser un fragmento de una nave extraterrestre. En sus escritos, Loeb detalla que solo podrían encontrarse pequeños pedazos de este objeto, pues al entrar en la atmósfera empezó a descomponerse.
“La bola de fuego fue detectada por el Gobierno estadounidense el 8 de enero de 2014. Los datos indicaron que este meteoro iba a una velocidad superior a la necesaria para escapar del sistema solar”, escribió Loeb.
De acuerdo con el profesor de Harvard, una carta oficial a la NASA con fecha del 1 de marzo de 2022, reconoce su origen interestelar con más del 99 % de certidumbre.
El físico teórico publicó en su blog un nuevo hallazgo que sería parte crucial de su investigación sobre la vida extraterrestre. Con apoyo de organizaciones institucionales como la NASA, el científico inició una expedición para buscar los restos de dicho objeto.
El pasado 19 de junio, reveló que lograron encontrar un metal corroído en el lugar donde se habría estrellado el IM1 en el Océano. A pesar de que inicialmente creyeron que se trataba de un elemento común, luego notaron que estaba reforzado para soportar fuertes impactos.
“Pero cuando Ryan Weed pasó la muestra de fragmentos por el analizador de fluorescencia de rayos X (XRF), la aleación más probable que marcó fue el acero S5 con titanio, que también se conoce como acero resistente a los golpes. (…) El límite elástico del acero S5, 1,7 GPa, está muy por encima del de los meteoritos de hierro”, dijo el físico teórico.
El hallazgo de estos materiales es una luz para la investigación del científico, pues espera continuar analizando los elementos que lo componen. Entre otros detalles, reveló que es mucho más duro que los otros 272 meteoros que tiene registrados el CNEOS de la NASA, factor que concuerda con la investigación teórica que ha hecho.
“La forma de los fragmentos recuperados es casi plana, como si fueran capas superficiales desprendidas de un objeto tecnológico que experimentó una tensión material extrema”, destacó. “Los meteoritos de hierro se rompen en pequeños pedazos que son derretidos por la bola de fuego en esférulas que llueven y se recuperan en campos esparcidos como fragmentos casi esféricos”, agregó Loeb.
Finalmente, expuso que “es posible que la bola de fuego de IM1 sea el resultado de la ruptura de las capas superficiales y que el núcleo del objeto haya sobrevivido a la entrada a través de la atmósfera, como se esperaba para las naves espaciales”.
“¿Significa esta coincidencia que hemos recuperado fragmentos de IM1? Y si es así, ¿por qué un objeto interestelar estaría hecho de acero a menos que fuera fabricado tecnológicamente?”, cuestionó.