COLOMBIA
Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela, la historia de dos hermanos unidos por el crimen
El clan de los Rodríguez conformó hacia 1975 una peligrosa banda dedicada al secuestro en el Valle, conocida como ‘Los Chemas’.
El trasegar de los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela por el mundo del narcotráfico se inició en la década de los 70.
Los hermanos Rodríguez nacieron en el seno de una familia de seis hijos, conformada por un pintor autodidacta y una ama de casa, que llegaron a la Cali a comienzos de los años 40.
Gilberto Rodríguez Orejuela, nacido en Mariquita, Tolima, en 1939, fue el primero que incursionó en el narcotráfico.
Gilberto hizo su bachillerato en la capital vallecaucana y posteriormente ingresó a trabajar como auxiliar en una droguería. Cinco años después ya había conformado todo un imperio farmacéutico.
Fue apodado ‘El Ajedrecista’ por su astucia para mover las fichas en el manejo de las drogas, para permanecer un paso adelante de sus rivales y saberse relacionar con autoridades de la política nacional.
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Su carrera delictiva se remonta a 1969, cuando fue acusado del secuestro de dos extranjeros y, a partir de allí, empiezan a surgir, uno tras uno, cientos de procesos en su contra por el delito de narcotráfico.
De Miguel Ángel Rodríguez Orejuela, conocido con el alias de ‘El Señor’ y nacido en Cali el 15 de agosto de 1943, se empezó a saber en el mundo de la mafia a mediados de 1975.
Para ese entonces, los hermanos Rodríguez habían conformado una peligrosa banda delincuencial conocida como ‘Los Chemas’, que a través del secuestro sembró el terror en el Valle del Cauca.
Poco después aparecieron en una lista de la aduana de Estados Unidos que contenía 113 nombres de los más temidos narcotraficantes del mundo.
En la década de los 80 su organización controlaba una cadena de boticas en todo el país (Drogas La Rebaja), una red de emisoras de radio (El Grupo Radial Colombiano), un laboratorio farmacéutico y un banco en Panamá y otro en Colombia, con políticos en sus juntas.
Entre tanto, se fortalecía bajo su mando el Cartel de Cali, considerado como el mayor traficante de cocaína hacia EE.UU. que funcionó en los años 80 y 90, y responsable del 80% de la droga que llegaba a ese país.
Proceso 8.000
Los hermanos Rodríguez Orejuela protagonizaron en 1994 el llamado Proceso 8.000. Con ese nombre se rotuló el peor escándalo de corrupción política destapado por la Fiscalía y el Gobierno de Estados Unidos, y que salpicó a numerosos personajes de la vida pública, entre ellos el propio presidente Ernesto Samper, a quien se acusó de haber recibido seis millones de dólares para su campaña presidencial.
Aunque la Fiscalía halló suficientes méritos para acusar a Samper, finalmente en un polémico fallo, la Cámara de Representantes absolvió al Mandatario de toda responsabilidad por el ingreso de esos dineros a su campaña.
Previamente, el entonces presidente Samper había creado el Bloque de Búsqueda con miembros de la Policía y comandos élite con el fin de desarticular los carteles de la droga. El gran resultado se produjo el 9 de junio de 1995 cuando este grupo élite logró la captura de Gilberto Rodríguez, en el norte de la ciudad de Cali. ‘El Ajedrecista’ fue, después de Carlos Ledher, el gran capo de la droga en ser arrestado.
Dos meses después de ser detenido Gilberto, el 6 de agosto de 1995, cayó Miguel Rodríguez, en el apartamento de una de sus esposas en Cali. En 1998, Gilberto y Miguel fueron condenados a quince y catorce años de prisión, respectivamente.
Gilberto fue dejado en libertad en el 2002 por buena conducta. Miguel no pudo salir porque sobre él pesaba un cargo de soborno, por lo que su pena se extendió cuatro años más.
De acuerdo con las autoridades norteamericanas, no había duda de que los Rodríguez continuaban dirigiendo el Cartel de Cali desde la prisión. Varios testigos denunciaron que, una vez detenidos, delegaron el negocio en el hijo mayor de Miguel, William Rodríguez.
Cuatro meses después de haber alcanzado la libertad, Gilberto Rodríguez fue recapturado por el envío de 150 kilos de cocaína a Estados Unidos, cargo que no había confesado, y extraditado a Estados Unidos en diciembre del 2004. Meses después se ordenó la extradición de Miguel.