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Los héroes de la patria que hoy salvan caleños con su palabra: esta es su historia de vocación y resiliencia

25 veteranos pensionados de la Policía atienden la línea 123. Muchos resultaron heridos en labores de servicio en alguna zona del país.

Los policías en uso del buen retiro se sienten felices por poder continuar desarrollando sus habilidades y compartiendo su experiencia con sus demás compañeros y la comunidad caleña.
Los policías en uso del buen retiro se sienten felices por poder continuar desarrollando sus habilidades y compartiendo su experiencia con sus demás compañeros y la comunidad caleña. | Foto: Raúl Palacios/ El País

20 de jul de 2025, 11:17 a. m.

Actualizado el 20 de jul de 2025, 01:58 p. m.

Las heridas de guerra no fueron impedimento para 25 policías en Cali, quienes, a pesar de estar retirados por invalidez o por cumplir su tiempo en la institución, siguen sirviendo a los colombianos.

Aunque ya no patrullan las calles, hoy son la primera voz de ayuda para los que se comunican con la línea nacional de emergencias 123, pues, a pesar de sus secuelas físicas y psicológicas, encontraron una forma de seguir protegiendo a los caleños.

Los héroes de la patria que salvan caleños con su palabra: vocación y resiliencia| El País Cali

Yo estaba dejando la niñez, tenía 19 años recién cumplidos, cuando perdí mi pierna izquierda”, narró el patrullero en uso del buen retiro Héctor Fabio Alzate, quien en un hostigamiento de las extintas Farc a la estación de Policía de Tame, Arauca, el 21 de mayo de 1997, recibió dos impactos de fusil.

El uniformado perdió la conciencia y, luego de ser estabilizado, lo trasladaron al Hospital Central de la Policía, en la capital del país.

Dos días después de llegar a Bogotá me dijeron que no había nada que hacer por la pierna, porque ya tenía necrosis. Debíamos tomar la decisión de amputar, ya que podría ser más grave la situación, puesto que estaba afectando el riñón”, recuerda dolorosamente Alzate.

Esta noticia lo sacudió, ya que era un joven activo, apasionado por el fútbol y la natación y un policía orgulloso, pero tuvo que reaprender a vivir.

El patrullero (r) Héctor Fabio Alzate perdió su pierna en medio de un hostigamiento en Tame, Arauca, cuando tenia 19 años. Hoy disfruta ayudando a los ciudadanos que llaman a la línea de emergencias.
El patrullero (r) Héctor Fabio Alzate perdió su pierna en medio de un hostigamiento en Tame, Arauca, cuando tenia 19 años. Hoy disfruta ayudando a los ciudadanos que llaman a la línea de emergencias. | Foto: Raúl Palacios/ El País

Luego de una larga recuperación se fue a trabajar a Armenia, donde la vida le cambió nuevamente el 23 de enero de 1999.

Estuve un año y ocho meses trabajando en Armenia, y allí, con el tema del terremoto del Eje Cafetero, perdí todo, por lo que me trasladaron para el Valle y acá me llegó la pensión aproximadamente después de dos años de la amputación”, afirma quien ahora es un hombre sonriente y calmado.

Con la llegada del retiro, la vida de Héctor paró de golpe y tuvo tiempo de asimilar lo que le había ocurrido: “A diferencia de muchas personas, yo me sentía muy orgulloso de portar el uniforme y quería culminar la carrera. El 1 de agosto de este año cumpliría 29 años en la institución”.

A pesar de que quería escalar en la institución y salir “por la puerta grande”, como indica con una sonrisa triste, se dio cuenta rápidamente de que tenía que continuar con su vida desde otros espacios y se dedicó a estudiar.

“Estuve estudiando periodismo, luego traté de estudiar ingeniería electrónica, pero no fui capaz, porque no era muy bueno con las matemáticas. Ahora soy administrador de empresas y candidato a grado de especialización en dirección de empresas; me gradúo en un mes”, afirma orgulloso.

Una vida dedicada al servicio

Héctor Fabio siempre añoró volver a la institución. Por eso, cuando se enteró a través de un mensaje de WhatsApp en el grupo de la Dirección de Veteranos y Retirados de la Policía, que había vacantes para hacer parte del programa Héroes por Vocación, de la Alcaldía de Cali, no lo dudó ni por un segundo.

Estoy muy contento porque es volver a tocar temas policivos y conocer las necesidades de las personas porque, a través de las llamadas, uno se da cuenta de tanta necesidad de la gente”.

El programa nació en Cali en junio de 2024, con el objetivo de darle empleo a policías en uso de buen retiro, muchos de ellos  heridos en actos del servicio.
El programa nació en Cali en junio de 2024, con el objetivo de darle empleo a policías en uso de buen retiro, muchos de ellos heridos en actos del servicio. | Foto: Raúl Palacios/ El País

El patrullero en retiro está casado, tiene dos hijas adultas y recibe todo el apoyo de su familia. Actualmente es uno de los 25 uniformados retirados que atienden las llamadas que ingresan al sistema de emergencias a través de la línea 123, aportando su experiencia y vocación para dar indicaciones a los caleños y enviar la ayuda necesaria.

“El programa busca reivindicar la labor de aquellos héroes que han estado en la Policía y que fueron dados de baja por haber sido heridos durante su servicio y que, lamentablemente, como sociedad muchas veces son rechazados y, si bien pueden salir con una pensión, en uso de buen retiro, muchas veces son olvidados y subvalorados”, explica el subsecretario de Seguridad de Cali, Álvaro Pretel.

Otro de los policías retirados que hace parte del programa es Luis Alfredo Llanos, quien todos los días llega a las oficinas del Centro Automático de Despacho de la Policía de Cali para recepcionar las llamadas de los caleños.

“El día a día acá es muy ameno, grato, porque estamos haciendo los turnos. Las llamadas son continuas y buscamos brindar una excelente atención al ciudadano y reportar rápidamente el caso para que el cuadrante llegue inmediatamente para conocer las novedades”, afirma Llanos.

El Centro  Automático de Despacho de la Policía de Cali también cuenta con pantallas en las que se puede monitorear la seguridad de toda la ciudad. Los uniformados retirados trabajan en turnos de ocho horas atendiendo llamadas y despachando los cuadrantes para ayudar.
El Centro Automático de Despacho de la Policía de Cali también cuenta con pantallas en las que se puede monitorear la seguridad de toda la ciudad. Los uniformados retirados trabajan en turnos de ocho horas atendiendo llamadas y despachando los cuadrantes para ayudar. | Foto: Raúl Palacios/ El País

En medio de la conversación muestra su personalidad amable y se acomoda en varias ocasiones las gafas, las cuales usa permanentemente desde que perdió la visión en el ojo izquierdo por una herida mientras frustraba el atentado sicarial de un comerciante en el centro de Cali.

Mi lesión ocurrió en mayo de 2007 en el barrio Obrero. Iba con un compañero a la apertura de un banco que quedaba en la Carrera 8 con Calle 24 y en la ruta vimos que en la Carrera 9 con Calle 23 un sujeto abordaba a un ciudadano para, al parecer, asesinarlo”, recuerda.

El cómplice del criminal, que lo esperaba en una motocicleta, alertó sobre la presencia policial y comenzaron a dispararles a ambos uniformados.

“Recibí un disparo fragmentado, se reventó contra una varilla y me ingresaron esquirlas al ojo izquierdo, lo que me produjo el daño en la retina y la ceguera inmediata”, explica Luis Alfredo.

Fue trasladado a un centro asistencial donde, luego de múltiples procedimientos y más de nueve meses de incapacidad, volvió a la Policía.

No puedo volver a la calle por la situación de discapacidad. Por eso me ubicaron en labores administrativas en el complejo talento humano y después acá, en el Centro Automático de Despacho”, indica, asegurando que continúa siendo valioso para el servicio.

“Me siento afortunado y muy contento por seguir aportando en la seguridad y la convivencia ciudadana. Estoy prácticamente en mi casa nuevamente, con compañeros que conocí acá”.

En el primer semestre de 2025 se registraron más de 495 mil llamadas al 123 en Cali. El 70% fueron solicitudes de orientación general
En el primer semestre de 2025 se registraron más de 495 mil llamadas al 123 en Cali. El 70% fueron solicitudes de orientación general | Foto: Raúl Palacios/ El País

Uno de los colegas con los que comparte a diario es el intendente en uso del buen retiro Elkin Armando Páez, quien tuvo todas sus heridas de batalla en Cali, en la Estación de Policía El Vallado, donde vio morir a varios de sus compañeros.

Eran las 7:00 de la mañana del viernes 4 de agosto de 2006 cuando detonó un carro bomba frente al lugar. Páez, quien reconoce no ser bueno con las fechas, no olvidará nunca a sus seis compañeros que murieron trágicamente en el atentado perpetrado por las extintas Farc.

“Ese día nosotros recibimos segundo turno a las 7:00; lo que querían las Farc era que hubiera un mayor grupo de muertos ese día, pero los que venían ingresando para el cambio de relevo fueron los que sufrieron ese atentado”, dice tristemente el expolicía.

Aunque no resultó herido, el evento fue traumático. Un año y medio después, en el mismo barrio, le dispararon en la pierna derecha.

Eran más o menos las 5:30 de la mañana de un Domingo de Ramos, cuando pasó un bus de la empresa Río Cali y los pasajeros manifestaron que los habían hurtado”, recuerda.

Estación de policía El Vallado
Estación de policía El Vallado, donde Elkin Armando Páez sufrió todas sus lesiones. | Foto: Archivo/El País

Con la descripción del sujeto comenzaron a buscar en las calles aledañas y, cuando lo vieron, inició la persecución. “Son unas cuadras bastante cortas, como callejones, pero lo perdimos de vista. Yo era el que conducía la motocicleta, entonces no podía seguir de largo, porque me podía impactar, pero, cuando lo teníamos cerca, salió corriendo, disparó el arma y preciso me impactó en la pierna derecha”.

Tras la recuperación, que duró un mes y medio, volvió a la misma estación de Policía. “En El Vallado sufrí todas las lesiones que tengo en mi cuerpo”, dice entre risas, pues años después, atendiendo una riña en la madrugada, lo apuñalaron en el brazo derecho.

Luego de 23 años de servicio solicitó el retiro para dedicarle tiempo a su esposa y a su hijo menor de edad, ya que sacrificó por años su tiempo de descanso con ellos: “Imagínese no estar con la familia un 24 o un 31 de diciembre”.

Aunque asegura ser tímido, Páez esboza una gran sonrisa al recordar todas sus aventuras en el servicio, puesto que, a pesar de las dificultades y lesiones que vivió, fue gracias a su trabajo que conoció a una caleña de la que está perdidamente enamorado.

Actualmente, 25 expolicías hacen parte de Héroes por Vocación, de la Alcaldía de Cali, atendiendo las llamadas que ingresan a la línea nacional de emergencias 123.
Actualmente, 25 expolicías hacen parte de Héroes por Vocación, de la Alcaldía de Cali, atendiendo las llamadas que ingresan a la línea nacional de emergencias 123. | Foto: Raúl Palacios/ El País

“A mi esposa la conocí en la Estación de Policía de El Vallado. Yo soy de Bogotá, pero Cali me acogió. En esos procedimientos policiales es como conocemos a nuestras esposas la gran mayoría de policías”, confiesa entre risas.

Por su parte, el intendente en uso del buen retiro José Alfredo Angulo ahora también puede compartir más tiempo con su familia. Es uno de los 25 uniformados de Héroes por Vocación, donde apoya a los ciudadanos que reportan emergencias en Cali en la línea 123.

“Me siento feliz porque estoy haciendo lo que conozco. Somos técnicos profesionales en servicio de Policía, sabemos sobre las problemáticas de la comunidad y me siento muy orgulloso al continuar sirviéndole a la gente que verdaderamente lo necesita”, expresa.

El uniformado tuvo una rotura de clavícula en 2011 mientras cumplía con labores del servicio. “Sufrí una lesión por causa de un camino minado en la zona de erradicación manual de cultivo ilícito en Tumaco, Nariño. Posterior a eso, estuve cerca de un año en terapias y continué con la carrera hasta el 2019, cuando, por voluntad propia, solicité el retiro”.

Sin embargo, cuando le dieron la oportunidad de volver a trabajar en la Policía aceptó el llamado y está contento de que su esposa e hijos se sientan orgullosos de él.

Están felices porque ellos me vieron crecer en la institución y servir a la Patria. Son testigos de los sacrificios que realicé durante mi servicio, por eso al verme nuevamente acá están muy alegres”, dice.

Comunicadora social de la Universidad Santiago de Cali. He sido reportera en temas étnicos, tengo experiencia como periodista comercial y judicial. Disfruto la moda, las tendencias y soy apasionada por la lectura, el café y las buenas historias.

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