MODA COLOMBIA
Tapabocas, el elemento de protección que se transformó en un accesorio con personalidad
Sin aviso, el tapabocas dejó sin vigencia al labial en las mujeres y la barba de los hombres, pero el diseño hizo lo suyo y lo transformó en un elemento de moda vital.
Nadie imaginó que en un momento tan cargado de incertidumbre como el que trajo la pandemia por covid-19, un elemento tan básico y exclusivo para los trabajadores de la salud, iba a cobrar tanta importancia en el día a día de las personas comunes y corrientes.
Y es que el tapabocas, cubrebocas, mascarilla facial o barbijo, como se le conoce en algunos lugares del mundo, pasó de ser un elemento de bioseguridad, a convertirse en un accesorio imprescindible para mantenerse libre de covid, pero también para afrontar con mucho estilo esta nueva normalidad.
Normalidad que en medio de un año pandémico y ante una desbordante demanda, cientos de fábricas, negocios textiles y creativos del diseño, que antes dedicaban su producción a otro modelo de negocio, aprovecharon para mantenerse a flote y sopesar así las pérdidas provocadas por el repentino freno económico y social.
Pero, aunque la necesidad de protección estaba cubierta, tapabocas con respirador, materiales de distinto calibre, lavables o desechables, el deseo por portar un elemento visualmente agradable, comenzaba a hacerse presente, y el diseño, en cuestión de días, cobró protagonismo.
Hoy, una amplia variedad de telas estampadas, modelos y hasta excentricidades, figuran en las calles y en eventos públicos de todo el mundo: mascarillas elegantes y sobrias, con diamantes, futuristas, cómicas, con luces, taches, cadenas y mensajes, entre otros, hacen parte de la oferta.
Por eso, diseñadores como el caleño Andrés Otálora lanzaron propuestas innovadoras en textiles antifluidos con tecnologías antibacteriales y estampados llamativos que le hacen conjunto a las piezas de su colección. Una forma de darle color y alegría a los días pandémicos - de paso contribuir al ecosistema, evitando los desechables—, que según estiman los expertos podría llevarnos con este elemento hasta mediados del 2022.
“La idea es proporcionar diseños ergonómicos que se adaptan muy bien a las diferentes formas de rostros. La oferta de tapabocas ha crecido notablemente en Colombia, se pueden encontrar en telas especiales con estampados llamativos, que se pueden combinar y coordinar con el look de cada día; en materiales como seda, algodón y lino, en la parte externa y en telas antifluidos, en la parte interna. Además de las mascarillas, existen accesorios adicionales para estas como cadenas o tiras para colgarlas mientras no las estamos usando”.
Otro de los grandes nombres del gremio nacional, Raúl Peñaranda, quien ha construido una sólida carrera en el mundo del diseño y quien vive en Nueva York, unió la moda con las causas sociales, confeccionando y donando a hospitales de Estados Unidos más de 10.000 tapabocas. “Fue la necesidad y la urgencia por ayudar a otros las que me llevaron a encontrar una manera de apoyar. Ahora busco que este accesorio vital, contribuya, además de seguridad y diseño, con la sostenibilidad”, destaca.
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Con la demanda del mercado, tan solo al inicio de la pandemia cerca de 9000 empresas que tiene la industria textil en Colombia, se volcaron a la confección de este elemento.
Para mujeres poderosas
Pineapples don't have sleeves (@pdhs_official)
Esta marca con enfoque feminista y pensada para expresar con sus diseños lo mejor de la esencia femenina, confecciona tapabocas que no impacten el medio ambiente y le brindan a sus portadores, hombres o mujeres, la posibilidad de llevar color y alegría en días pandémicos.
“Como marca nos hemos tomado muy en serio la seguridad de las personas, que es fundamental en la contención del covid. Sin embargo, y aunque sea un momento difícil, no quiere decir que no podamos ser divertidos con lo que llevamos puesto”, dice su creadora Johanna Nodier.
Mensajes a juego
Maga Bazar (@Maga_Bazar) - Salmoon Tribu (@Salmoon_Tribu)
Este colectivo colombiano decidió apostar por el negocio de los tapabocas desde el inicio de la pandemia y conjugarlo con su quehacer, luego de un minucioso estudio de diseño y efectividad de las mascarillas. Unidos a talleres satélites, pusieron a disposición de las personas una serie de tapabocas a juego con su especialidad, las camisetas. Con mensajes de resiliencia, actitud positiva y mucho color, este colectivo ha logrado vender más de 7000 unidades en lo que va de la pandemia.
En datos
- Las mascarillas quirúrgicas están hechas de tela no tejida de polipropileno, producido a base de etileno, un compuesto químico derivado del petróleo por lo que tardan alrededor de 450 años en descomponerse.
- La OMS no establece un límite de tiempo de uso recomendado del tapabocas debido a que factores como la humedad o las secreciones acortarán su vida útil.
- En febrero de 2020 solo 53 empresas tenían registro Invima para la confección de este elemento, y en marzo del mismo año ya había más de 1.100 firmas habilitadas, sin contar los productores informales.