Volcán Nevado del Ruiz este viernes 21 de julio: cómo evoluciona la actividad y qué viene ahora

El Servicio Geológico Colombiano (SGC) dio a conocer que desde hoy, el nivel de actividad del volcán Nevado del Ruiz cambió nuevamente a Amarillo.

La decisión es resultado de la evaluación de los parámetros monitoreados por la entidad, los cuales indican que el volcán ha entrado en un periodo de menor inestabilidad, lo que permite regresar al nivel de actividad Amarillo.

El SGC señaló que después de 89 días en nivel de actividad Naranja, la probabilidad de ocurrencia de una erupción en términos de días o semanas, ha disminuido.

Cabe indicar que durante varias semanas los cambios en los parámetros evaluados no han sido drásticos, sino que por el contrario han empezado a presentar fluctuaciones menores con tendencia a la disminución.

El volcán Nevado del Ruiz es uno de los más activos de Colombia y uno de los 25 volcanes activos monitoreados por el Servicio Geológico Colombiano.

Está ubicado a 5.321 m.s.n.m. sobre la cordillera Central de Colombia, en el límite entre los departamentos de Tolima y Caldas.

No hay que bajar la guardia

Para John Makario Londoño, director técnico de geoamenazas del SGC, el Nevado del Ruiz se encuentra como un paciente que lleva muchos días en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).

“Ha empezado a estabilizarse y por esa razón, es trasladado a una habitación con toda la precaución del caso. No obstante, así como el paciente que ahora está en habitación puede empeorar y volver a la UCI, la actividad del volcán Nevado del Ruiz puede incrementar de manera importante y repentina, lo que aumentaría la probabilidad de que haga una erupción considerable y nos obligaría a volver a nivel Naranja para prevenir al máximo los impactos de una eventual erupción”.

El director agregó además que estos fenómenos naturales no son predecibles, por lo que la clave está en mantenerse preparados y atentos a la evolución de la actividad del volcán.

¿Qué pasó con el volcán?

Desde el 24 de marzo, la actividad sísmica en el sector suroccidental del volcán empezó a incrementarse.

Además se produjo el aumento en las anomalías térmicas observado desde el mes de octubre 2022 y a la recurrencia de las emisiones de ceniza.

Todo ello dio paso para que el 30 de marzo, el SGC cambiara el nivel de actividad de Amarillo a Naranja, destacando la probabilidad de que se presentara una erupción mayor a las que ha hecho en los últimos 11 años.

El cambio se produjo con el ánimo que las autoridades y actores encargados de gestionar el riesgo volcánico activaran todos los planes y acciones preventivas posibles.

El propósito mayor era evitar que los impactos de una ocasional erupción derivaran en un desastre como el presentado en 1985 con la tragedia de Armero, en la que 25 mil personas fallecieron sobre todo por el flujo de lodo que bajó por los ríos.

¿Qué sucederá ahora?

Julio Fierro Morales, director general del SGC advirtió que como la actividad volcánica no se puede predecir, es imposible saber si un volcán cuya actividad aumenta finalmente hará erupción o no.

“Por esta razón, siguiendo el principio de precaución y la misión que nuestra entidad tiene de informar al país sobre potenciales geoamenazas, era fundamental cambiar el nivel de Amarillo a Naranja”, dijo.

Fierro Morales detalló que el cambio llevó a que el Sistema Nacional para la Gestión de Riesgo de Desastres se activara y tomara las acciones pertinentes con el fin de estar preparados ante una eventual erupción considerable.

“En consecuencia, hoy estamos más preparados para ello que hace tres meses”, aseguró.

Como el volcán Nevado del Ruiz continúa con inestabilidad, en cualquier momento su actividad podría incrementarse, llevando incluso a que este retorne a nivel Naranja o, incluso a que pase a Rojo, que es el nivel de erupción inminente o en curso, por lo que los especialistas seguirán atentos a su evolución.

Además desde el SGC recalcaron que aún es posible que se presenten fenómenos contemplados en el nivel de actividad Amarillo, como el aumento en la actividad sísmica, emisiones de cenizas, ruidos, olores de gases volcánicos, entre otros, los cuales podrían alterar la calidad de vida de los pobladores del sector.