SALVAJINA
Opinión: Salvajina, una represa que debe preocuparnos
El empresario y exgerente de Macroproyectos del Valle Fernando Garcés sostiene que el fuerte invierno ha desnudado serios problemas en esa estructura.
Es muy preocupante la información de que la Salvajina, represa que pagamos su construcción todos los agricultores del Valle del Cauca, hace más de 40 años, se quedó inconclusa, por no haberse construido adecuadamente el vertedero, o sea el sistema que permite que el agua salga de la represa cuando el embalse llega a su tope y tampoco los canales interceptores de las aguas de las zonas altas que podrían llegar por gravedad al río, ni las obras de regulación de varios ríos tributarios al Cauca.
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¿Qué significa lo anterior? Nada menos que la capacidad de control de aguas del río Cauca se disminuye cuando no se puede dejar llegar a su límite el represamiento de las aguas, sino que hay que soltar el agua a través del sistema de generación eléctrica. Pero me pregunto ¿qué pasaría si la cantidad de agua que entra a la represa es mayor que la que tienen las tuberías de las turbinas para evacuar el agua por el sistema de generación eléctrica?
Si eso sucediera el agua saldría por el vertedero, que no ha sido construido adecuadamente. Y ¿qué daño podría causar el hecho de qué se llegue al 100% del embalse? ¿El vertedero o rebosadero que no está debidamente adecuado podría causar daños irreparables a la represa?
Pienso que esto lo deben responder los responsables que son EPSA, la dueña de la Salvajina desde hace 25 años y también nuestra querida CVC a la que el Gobierno Nacional le arrebató desde ese entonces la Salvajina que fue construida esencialmente para controlar las aguas del río Cauca en épocas invernales como la que estamos viviendo.
En estos días el embalse ha llegado al 90% de su capacidad y no tendría nada de raro que llegara al 100% por recibir más agua de la que puede evacuar por las turbinas, con el 100% de generación eléctrica.
Todo lo anterior produce un gran riesgo para la ciudad de Cali, que en el caso de reventarse Salvajina borraría del mapa a la mitad de la ciudad afectando a más de un millón de habitantes cuando el Jarillón invadido todavía por cerca de 8.000 familias (32.000 personas) se desintegre por una avalancha de esas magnitudes.
Pero además, lo que viene sucediendo desde hace muchos años es que EPSA tiene como su principal objetivo generar y vender electricidad al sistema eléctrico nacional, dejando como una segunda actividad el control del río, evitando que el Valle del Cauca y sus municipios se inunden.
Por más que exista un comité técnico que prevé cuándo se genera o no, es muy preocupante que haya que abrir las compuertas para generar, perdiéndose hasta cerca del 30% de control por parte de la represa, por no poder llegar hasta el límite del embalse.
Creo que es el momento para que las fuerzas vivas del Valle del Cauca asuman este tema de Salvajina, el plan Lilienthal y el manejo futuro de inundaciones, como prioritario para el desarrollo y el futuro,
especialmente porque está en riesgo la vida de muchos ciudadanos y la estabilidad económica de la región. Además para nadie es un secreto que el calentamiento global traerá inviernos y veranos impredecibles, con máximos y mínimos radicales, más difíciles de controlar.