A vacunarse contra el dengue

Por Daniel Echeverri – director de Salud, ProPacífico

El dengue no es ajeno ni a Cali ni al Valle del Cauca y no lo ha sido nunca. Esta enfermedad, transmitida por el mosquito Aedes aegypti, hace parte de nuestra historia urbana, sanitaria y social.

Tan solo en el 2024, el Valle del Cauca reportó casi 38.000 casos de dengue, una cifra casi tres veces mayor a los 13.400 de 2023 y muy superior a los apenas 2.870 de 2022.

En junio, se declaró emergencia sanitaria en Cali, con cerca de mil casos nuevos cada semana y, para entonces, al menos cuatro muertes confirmadas a causa de la enfermedad y otras trece en investigación.

La situación fue crítica y si tenemos en cuenta que el dengue es cíclico, estas epidemias vuelven a ocurrir y una persona se puede contagiar hasta cuatro veces a lo largo de su vida.

Adicionalmente, es una enfermedad que en Colombia genera un impacto anual de 1 billón de pesos entre costos directos como medicamentos y tratamientos, e indirectos como la pérdida de ingresos por incapacidad o cuidar a alguien enfermo, según lo revela la revista PLoS Neglected Diseases.

Sin embargo, hoy como caleños tenemos una nueva oportunidad para cambiar el rumbo de esta enfermedad. Cali fue pionera en los estudios clínicos de la vacuna contra esta enfermedad, convirtiéndose en un punto clave para validar esta herramienta de prevención.

El Centro de Estudios en Infectología Pediátrica de nuestra ciudad participó en los estudios de fase III y gracias a ese esfuerzo esta vacuna ya está disponible.

Vacunarse no es solo un acto de cuidado individual, es también un acto de memoria colectiva. Es reconocer que la historia del dengue está íntimamente ligada a la historia de Cali, a territorios que han sabido resistir frente a las adversidades sanitarias y sociales, y que se han organizado para proteger la vida.

La vacunación contra el dengue se convierte así en una apuesta por el futuro que, combinada con las medidas preventivas para el control del mosquito como la fumigación, vigilancia y educación comunitaria, aporta un enfoque integral de prevención. Una herramienta poderosa para reducir hospitalizaciones, complicaciones y sufrimientos evitables. Pero para que esta estrategia funcione necesitamos acceso equitativo, organización comunitaria y, sobre todo, confianza: confianza en una vacuna con raíces caleñas para los caleños, una de las poblaciones más afligidas por el dengue.

También necesitamos del compromiso conjunto del sistema de salud, familias, líderes sociales, empresarios, sector privado y cajas de compensación, como actores clave para promover la inmunización y llevar el mensaje a cada barrio. Esta es una tarea de todos.

Cali ha enfrentado crisis sociales, desafíos estructurales y emergencias sanitarias y una y otra vez ha sabido levantarse con dignidad.

La vacunación puede ser un símbolo de esa esperanza colectiva: una señal de que es posible construir una ciudad más saludable, justa y solidaria.

Hoy, la vacuna está disponible. Es momento de actuar, de informarnos, acudir a los puntos habilitados y animar a nuestras familias a sumarse. Esta vacuna no es lejana ni ajena: fue probada aquí y hoy puede salvar tu vida o la de quienes más te importan.

Vacunarse es cuidarse. Vacunarse es honrar nuestra historia. Vacunarse es creer en un futuro mejor para Cali.